El congreso Mediamorfosis que se desarrolló en Quito hace pocos días tuvo una particularidad, según Moisés Pinchevsky, quien aterrizó allí con muchas expectativas futuristas. Los grandes descubrimientos en los avances de la tecnología mediática están ligados a otra variedad de maestros de las comunicaciones, muchos de ellos fallecidos hace décadas. Allí apareció Alfred Hitchcock como un referente, cuando se presentó su campaña publicitaria para su legendaria Psicosis, donde advertía que era requerido ver la película desde el principio. No se permitía la entrada a nadie cuando se apagaban las luces de la sala. Lo decía él en carteles y en el tráiler, donde solo mostraba el set del motel donde sucedía “algo horripilante”, a la manera de un guía turístico. El mensaje era clarísimo, cada minuto de lo que uno vería era crucial. En la parafernalia mediática actual, la lección es absolutamente necesaria: hay que ser cuidadosos en las redes que nos conectamos, es la única manera de reconocer lo que es realmente valedero y lo que no. (O)