Pocas veces se ha visto vibrar las resplandecientes estructuras del Palacio de Cristal en el Malecón como en los dos días del segundo Funka Fest, la semana pasada. Los ecuatorianos Catalina Reyes y José Miguel Rohon –socios, gestores y pareja en la vida real– ejecutaron una visión creativa y pluralista que celebraba diversas manifestaciones artísticas con un vigor juvenil encomiable. “Y somos neutrales en todo lo que se vio: no recomendamos ni quitamos ni ponemos nada que no pase por nuestros curadores”, dicen.

Esta joven dupleta tuvo el apoyo financiero de la Empresa Pública Municipal de Turismo de Guayaquil, presidida por Gloria Gallardo. “Sin el Municipio y el auspicio de la empresa privada no podría haberse dado esto, especialmente al haber reconocido que esto es una compleja gestión cultural y no un negocio más”. Así su gran oferta artística se hizo accesible a miles de personas. (O)