La nostalgia suele estar amarradita a los sentimientos que inspiran los ineludibles festejos de diciembre. Así también lo decía Charles Dickens: “¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!”.

Tenemos mucho de eso en esta edición con la guía de regalos, que también explora estas fiestas a través de sinceras visiones infantiles (llenas de espontaneidad), paternales (envueltas en reflexiones) y de los abuelitos (aderezadas con recuerdos). La guía se inspira en los juguetes de antaño que tanto nos acompañaron a aquellos que ya pintamos algunas canas en la cabeza.

Sin embargo, seamos conscientes de que la mayor inspiración de estos festejos –coinciden niños, padres y abuelos– reposa en la familia, en el calor del hogar, en aquel sentimiento que con alegría renovamos en estas fechas con rituales diversos, como la corona de Adviento o la entrega de regalos, pero que tenemos el deber de mantener encendido a lo largo del año con la certeza de que no hay mejor nostalgia que aquella que nace de un presente bien vivido.