“La crítica demanda más cultivo que la creación”, decía Oscar Wilde. La verdad es que en la vida diaria no hay nadie que pueda evitar una posición –o actitud– que no involucre la crítica. Desde el hogar al trabajo, pasando por la vida estudiantil, crecemos en un escenario donde siempre estamos expuestos a lo que dicen de nosotros y también a lo que decimos de otros. La sociedad coloca a los individuos en ambos frentes. Este es el enfoque que destaca Diana León en ‘Críticos y criticados’, nuestra nota de psicología.

Y aquí regreso a mister Wilde. El gran escritor británico llevó la crítica a un plano artístico que se convirtió finalmente en su contribución a la literatura. Una sociedad que no se nutre positivamente de ese aspecto característico de los seres humanos no avanza.