Hasta para un recalcitrante editor apasionado del cine y del teatro, el Mundial de Fútbol que comienza este jueves implica agendas trastocadas por reuniones espontáneas, citas canceladas y brújulas readecuadas a los partidos que se transmitirán cada día, con el plus máximo de todos los máximos: la participación de la Tricolor. Pero dejando patrioterías efusivas a un lado, el Mundial es para todos una auténtica celebración global que  –trasladada a la euforia futbolística de Brasil– trae la misma alegría del carnaval carioca y lo acerca mucho más a nuestras congestionadas veredas. Así que en esta edición los revisteros nos alineamos a la locura con el especial de E, en el que además de varias notas alusivas está la guía de compras (pág. 27) con papás de algunos países residentes en Guayaquil, con los colores de sus equipos.