Rita Karanauskas: La cazamentiras
Es autora de un libro que explica cómo saber que se están diciendo mentiras, imparte clases sobre el tema y asesora a quienes no quieren ser engañados.
Fue invitada a colaborar en uno de los procesos judiciales más sonados de Colombia en los últimos años: el caso Colmenares, que vinculó a varios estudiantes de una prestigiosa universidad en Bogotá con la muerte de uno de sus compañeros de clase.
Karanauskas no es ajena a este tipo de casos, que son objeto de estudio constante en el diplomado en Técnicas y habilidades de detección de mentiras, que ella imparte en la Universidad del Rosario, en la capital colombiana.
Pero, de hacerse efectiva la invitación de la Fiscalía, esta sería la primera vez que la cazamentiras colombiana estaría asistiendo de forma oficial a las autoridades de su país, un poco a la manera de la serie de televisión estadounidense ‘Lie to me’ (‘Miénteme’), que contaba con la asesoría técnica de uno de sus maestros.
Efectivamente, para aprender a detectar posibles mentiras en la palabra hablada, esta licenciada en Administración de Empresas de 50 años primero estudió con Statement Analysis, el grupo que entrena y asesora al servicio de alguaciles de EE.UU.
Y para aprender a identificar posibles mentiras en el lenguaje corporal y las expresiones faciales también hizo lo propio con el Grupo Paul Ekman, quien asesoró a la serie ‘Lie to me’.
“Es que la detección de mentiras no es una carrera como tal, que tú puedas decir voy a estudiar detección de mentiras. Empecé a estudiar comunicación no verbal y en el camino me topé con personas que hablaban de la detección de mentiras, y decidí empezar a profundizar”, agrega.
Buscando señales
Pero ¿qué es lo que hace exactamente un cazamentiras? ¿Y qué tan confiables son sus hallazgos? Karanauskas explica que lo que ella hace es identificar “posibles señales de mentira”.
“Posibles señales que luego hay que validar con evidencia adicional”, aclara.
Una típica señal podría ser la falta de consistencia en un relato. Y la experta también aconseja sospechar de los comportamientos poco habituales a la hora de contestar.
“Es por eso que en la medida que más conozcas a la persona más asertivo serás (a la hora de identificar una posible mentira), porque ya sabes cómo es su comunicación no verbal usual”, dice.
“Y cuando la persona se aleja de su comportamiento usual, eso te da la primera señal”, explica.
Por ejemplo, la cazamentiras ofrece el de una persona que acostumbra mover las manos al hablar y que al momento de contestar una pregunta difícil de pronto las deja quietas. Pero también advierte que no hay que saltar a conclusiones apresuradas. “Para que sean confiables las señales generalmente suceden por lo menos de a tres, simultáneamente”, dice Karanauskas.
“La persona hablaba mucho con sus manos, de pronto se quedó quieta, esa es la primera señal. La segunda señal, por ejemplo: se apartó de mí. Ese es un comportamiento de supervivencia, alejarse de algo que me da miedo. Y la tercera (señal) podría ser cambio de color en su cara”.
Y luego todavía hay que averiguar qué hay detrás de las señales. “Son señales de estrés, pero ahora necesito averiguar de dónde viene el estrés. Porque puede ser simplemente que la persona se haya acordado de algo”, explica.
De utilidad
Así las cosas, la detección de mentiras dista mucho de ser una ciencia exacta. Y la justicia colombiana todavía tiene que decidir si y cómo emplear las habilidades de Karanauskas.
La cazamentiras, sin embargo, está convencida de que sus técnicas pueden resultar útiles en investigaciones judiciales como el caso Colmenares. “Es un punto de partida. Pero si la evidencia la recoges bien, o si las preguntas que siguen las haces adecuadamente, llegarás a la verdad”, destaca.
“(En el diplomado) hay abogados, psicólogos, empresarios, poligrafistas, periodistas… de todo. Este es un tema que le llama muchísimo la atención”, dice Karanauskas.
“Trabajo con poligrafistas, haciendo control de calidad. Trabajo con abogados que necesitan saber si lo que les está diciendo su cliente es confiable…”, agrega.
Las suyas son además habilidades que también resultan útiles en la vida cotidiana. “Toda la gente miente. Pero hay mentiras, como las mentiras piadosas, que son necesarias, así que no me estreso ni un poquito. No siempre necesito saber tanta verdad”, concluye.