El renovado teatro de Pasaje

20 de Noviembre de 2016
Texto y fotos: Moisés Pinchevsky

Hace un año, los reflectores volvieron a encenderse en el mayor teatro de El Oro.

Tal como si fuera una iglesia o una corte de justicia, toda población necesita un teatro. “Es el lugar donde se gesta la cultura, donde las personas pueden distraer su mente, donde los niños y jóvenes se acercan a la música, el teatro, la danza”, opina Salomón Amaya, presidente de la Casa de la Cultura, núcleo de Pasaje.

Por ello considera que el 7 de agosto de 1966 es una fecha histórica para Pasaje, porque ese día se inauguró el Teatro Coello. “Enrique Coello Lecaro era un hombre acaudalado, bananero, quien quiso entregarle a Pasaje un espacio tipo teatro-cine para el desarrollo cultural. Por eso construyó este teatro, que ayudó a esta población a convertirse en el referente artístico de toda la provincia de El Oro”, dice Amaya sobre ese edificio proyectado por ingenieros que viajaron a México a conocer las características de ese tipo de estructura.

Amaya recuerda que se inauguró con la proyección de la película Atila frente a Roma (1954), con Anthony Quinn y Sophia Loren. “Yo vine con mi padre. El pasajeño veía mucho cine italiano, francés, inglés, que luego fue reemplazado por las películas de Hollywood. Aquí se estrenó Cabaret (1972), con Liza Minnelli…”.

También recibió a artistas como Ernesto Albán, Celia Cruz, Los Dávalos del Perú, Yaco Monti y muchos más. El Teatro Coello vivió su apogeo hasta 1975, tras lo cual ingresó en un periodo de 35 años de abandono.

La Casa de la Cultura, núcleo de El Oro, quiso rescatarlo cuando en el 2009 compraron el inmueble, por gestiones del Dr. Luis Serrano García, presidente de esa entidad. El propósito era que el Gobierno Nacional les asigne una partida presupuestaria para reactivarlo. Hubo la solicitud formal, pero eso no ocurrió.

Ayudas diversas

La Casa de la Cultura, núcleo de Pasaje, tomó el compromiso de readecuar el hoy denominado Teatro Público Alejandro Campoverde Andrade, “sin tener un centavo en el bolsillo”, refiere Amaya. “No podíamos permitir que este espacio muriera, queremos que se convierta nuevamente en un patrimonio del pueblo”.

Con ese propósito solicitó la ayuda de entidades como el Teatro Nacional Sucre (Quito), que donó 1.200 butacas, de las cuales 370 están instaladas en la sala principal y 200 en un apartado en un segundo piso, dispuesto como salón para charlas.

El colegio técnico José Ochoa León envió a sus alumnos de mecánica industrial a instalar esos asientos, gracias a su rectora, Mayi Quezada, y el profesor Aníbal Nieto. El Municipio de Pasaje donó los instrumentos musicales que los niños y jóvenes utilizan, paga los honorarios de dos profesores de música y se encarga de la limpieza del inmueble, y el Dr. Xavier Ayala, ilustre empresario pasajeño, donó los equipos de luces y sonido. Los baños también fueron adecuados.

Amaya agradece esos gestos solidarios para dar nueva vida a este teatro que fue reinaugurado el 26 septiembre de 2015 y que en agosto cumplió 50 años.

Ese recinto ya ha presentado al Ballet Metropolitano de Quito, la Orquesta de Cámara del Museo Municipal de Guayaquil, una delegación de la Universidad de Tumbes (Perú) y músicos del Museo de la Música Popular Julio Jaramillo (Guayaquil).

Casa del arte y la juventud

La Casa de la Cultura, núcleo de Pasaje, ha logrado que este tradicional teatro funcione nuevamente como centro de las artes locales y provinciales. Édison Medina Arce es el profesor de artes escénicas de unos 20 niños y jóvenes. “El teatro ahora es nuestra casa, nuestro hogar. Tiene la acústica precisa para nosotros los actores, ya que no usamos micrófonos y debemos proyectar nuestra voz”.

Guillermo Salguero, profesor de violín, también destaca la acústica. “No necesitamos amplificadores, la música se percibe sin micrófono en todo el salón”, indica Salguero, quien trabaja con una orquesta compuesta por once niños y jóvenes, con violín, viola, chelo, guitarra y piano. Darwin Durán es el profesor de clown. Antes de que reabrieran el teatro, dictaba las clases en sitios como la plazoleta del malecón, el parque acuático, en la barriada del Cisne”. Pero ahora dice que ya tienen “casa” en el teatro.

Jonathan Chavarría Ayala enseña danza y baile moderno a unos 120 alumnos. “El teatro ayuda a fomentar el arte y la cultura. Antes debíamos ocupar espacios prestados, en una casa o local”.

Salomón Amaya comenta que aún faltan obras para mejorar el espacio. “Necesitamos tumbado, acondicionador de aire, arreglos en los camerinos”. Y confía en que el Gobierno Central los ayudará para que El Oro recupere el gran templo de la cultura que, insiste Amaya, toda ciudad, toda provincia debería tener. (I)

Teatro Público Alejandro Campoverde Andrade: Llamado así en honor a un ilustre poeta local, ya fallecido. Dirección: Calle Machala, entre Azuay y Bolívar, 099-378-4231. Facebook: Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo de Pasaje. 

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