Amplían el léxico científico: Contacto por señas

13 de Enero de 2013

De a poco, gracias a los recursos en internet, a los estudiantes sordos que buscan signos relacionados con las ciencias se les facilita más encontrarlos y compartirlos.

Imaginen tratar de aprender biología sin nunca haber usado la palabra “organismo”. O estudiar para ser botánico cuando la única forma de referirse a la fotosíntesis es deletreando la palabra en forma concienzuda, letra por letra.

Para los estudiantes sordos, el juego de la “contraseña” científica ha sido de tiempo atrás una experiencia cotidiana en el salón de clases y el laboratorio. Palabras como “organismo” y “fotosíntesis” –por no hablar de términos más oscuros y difíciles de deletrear– no tienen un solo equivalente ampliamente aceptado en el lenguaje de señas. Esto significa que los estudiantes sordos y sus profesores e intérpretes deben improvisar, lo cual dificulta aún más que aquellos puedan destacar en ciencias y seguir una carrera en ellas.

“Muchas veces implicaba deletrear mucho con los dedos y mucha improvisación. Para la mayoría de los términos tratábamos de encontrar la seña correcta, y si no preexistía nada, se nos ocurría un signo que fuera aceptable para ambas partes”, dijo Matthew Schwerin, un físico sordo del Departamento de Alimentos y Fármacos (FDA) de EE.UU., sobre sus años universitarios.

Ahora, gracias a los recursos en internet –particularmente el auge de los videos–, a los estudiantes sordos que buscan signos relacionados con las ciencias se les facilita más encontrarlos y compartirlos. Se realizan proyectos de trabajo colectivo en varias universidades, tanto en la lengua de signos estadounidense como en la británica, lo cual permitirá que los sordos se unan en torno a señas para términos de uso común.

El año pasado, uno de esos recursos, el proyecto de glosario del idioma de signos británico del Centro Sensorial Escocés, agregó 116 signos nuevos a los términos de física e ingeniería, incluidos “años luz” (se alza una mano y se abren los dedos hacia abajo para indicar “luz”, luego, se juntan las manos frente al pecho y se separan lentamente para “año”); “masa” y “rayos X” (se forma una X con los índices y con el derecho se señala hacia afuera).

Un equipo de investigadores del Centro, una división de la Universidad de Edimburgo en Escocia que desarrolla herramientas de aprendizaje para estudiantes con discapacidades visuales y auditivas, desarrolló las señas. Los investigadores pasaron más de un año solicitando ideas a sordos que trabajan en ciencias, haciendo circular listas de propuestas de signos y, finalmente, se reunieron en un “fin de semana intenso” para una votación final, contó Audrey Cameron, asesora en ciencias del proyecto. (Cameron también es sorda y respondió preguntas por correo electrónico, al igual que todos los entrevistados para este artículo y que no oyen).

Falta ver si prenden los signos del Centro Sensorial Escocés entre su público. “Se adoptarán algunos y es probable que nunca se acepten otros. Tendremos que esperar para ver qué sucede”, dijo Cameron.

Desarrollo natural

Idealmente, la estandarización de los signos facilitará que los estudiantes sordos sigan el ritmo de sus compañeros que sí oyen durante las clases. “Solo puedo escoger atender una cosa a un tiempo”, dijo Schwerin, del FDA, recordando su formación científica, “y con frecuencia significaba escoger entre el intérprete, el pizarrón, la pantalla, el material o tomar notas. Era escoger una y dejar fuera las demás”.

Datos

El año pasado, el Centro Sensorial Escocés agregó 116 nuevos signos científicos

El problema no termina al graduarse. De hecho, solo se intensifica a medida que nuevos descubrimientos agregan términos desconocidos al léxico científico. “He sostenido numerosas reuniones en las que no pude participar apropiadamente porque los intérpretes no podían entender la jerga y no sabían ningún signo científico”, dijo Cameron.

Una queja general sobre los esfuerzos para estandarizar los signos para los términos técnicos es la idea de que, en gran medida como el lenguaje oral, se debería permitir que el de señas se desarrolle orgánicamente en lugar de dictarlo desde arriba. “Es más probable que la comunidad acepte rápidamente los signos que se desarrollan naturalmente; por ejemplo, que se prueban y refinan en la conversación cotidiana”, explicó Derek Braun, el director del laboratorio de genética molecular en la Universidad Gallaudet, en Washington D.C., el cual, dijo, es el primer laboratorio biológico diseñado y administrado por científicos sordos.

Al menos desde 1970, científicos sordos han tratado de abordar la falta de uniformidad reuniendo signos comunes para términos científicos en manuales impresos y videocintas. El problema siempre ha sido hacer que los adopten los estudiantes sordos y sus intérpretes.

A menudo, en las conferencias científicas, “los intérpretes locales, a quienes no conocemos de antemano, usan con frecuencia signos diferentes para los mismos términos, lo que lleva a confusiones”, comentó Caroline Solomon, una profesora de Biología en la Universidad Gallaudet, quien es sorda.

Gallaudet ha intentado asumir un enfoque democrático del problema: colabora en el foro ASL-STEM, un sitio web, estilo wiki, dedicado a “permitir el crecimiento del lenguaje de señas estadounidense en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas” (STEM) que establecieron investigadores en la Universidad de Washington, en el 2009. Cualquiera puede entregar, criticar y votar por los signos para las ciencias, los cuales se muestran en videos. La idea es permitir que quienes tienen alguna afectación auditiva y estén estudiando ciencias decidan cuáles signos nuevos deberían ser de uso común.

Hasta ahora el enfoque del trabajo colectivo parece efectivo, al menos en Gallaudet. Aunque “muchas de las señas publicadas en el foro ASL-STEM son de estudiantes y docentes de Gallaudet”, dijo Solomon, y, por tanto, ya se utilizan en el campus. Hay otros “publicados por usuarios que no son de Gallaudet que nos gustan más y hemos empezado a usarlos”.

Los que oyen y los que no

Hacer que las ciencias sean más accesibles para los sordos es una prioridad no solo para quienes tienen problemas auditivos, sino, en general, también para los educadores de este campo. En tanto buscan aliviar la escasez mundial de profesores STEM, entidades como el Instituto de Física, una sociedad científica mundial con sede en Londres, financian proyectos para facilitarles a las personas con discapacidades ingresar a carreras en ciencias. “No solo queremos brindar apoyo, queremos elevar las aspiraciones, decirles a las personas: pueden hacer esto”, comentó Peter Main, el director de educación y ciencia del Instituto, que ayudó a financiar el proyecto del lenguaje escocés de señas.

Es sorprendente que algunos estudiantes sordos digan que confiar en el lenguaje de signos les da una ventaja sobre los estudiantes que oyen. Debido a que se representa con todo, desde expresiones faciales hasta velocidad en el movimiento, aquello disponible como herramienta para transmitir significado, y porque, en muchas formas, está menos codificado que el lenguaje escrito, el idioma de signos puede ilustrar mejor que el tradicional los principios científicos difíciles.

“Con frecuencia hay mucha confusión en los primeros años de física entre masa y peso” entre los estudiantes que oyen, porque ambos conceptos son muy similares, dijo Main, quien es sordo. Sin embargo, debido a que masa no tiene una señal universalmente aceptada, los intérpretes tienen libertad para crear movimientos de las manos para ilustrar su significado específicamente en contraposición al peso.

Por ejemplo: “Si quisiera indicar masa, es probable que elevara un puño”, dijo Kate Lacey, una intérprete en la Universidad George Washington, quien a menudo trabaja con estudiantes de ciencias. “Luego, para indicar peso, dejaría caer ese puño hacia el piso”. La implicación es que el peso representa el efecto de la gravedad sobre la masa, que es casi la definición más clara que uno puede encontrar.

Tales personificaciones elegantes de engañosos conceptos científicos hacen que algunos estudiantes sordos compadezcan a quienes dependen de los oídos.

Fuente: The New York Times

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