Andrea Fiallos y Natalia Roca: Recuperando el verdor de Guayaquil

03 de Enero de 2016

Para estas dos guayaquileñas, quienes tuvieron una infancia al aire libre, la naturaleza está viva y hay que protegerla. Andrea Fiallos, de Fundación la Iguana, y Natalia Roca, representante de Árboles sin Fronteras en Ecuador, se han impuesto esa misión en sus vidas. Su mayor preocupación es la recuperación de los árboles autóctonos de Guayaquil.

La labor de Natalia comenzó en 2010, cuando se unió como voluntaria a la ONG Árboles sin Fronteras, de Argentina. Y con toda la experiencia que acumuló decidió convertirse en representante de esta organización en su país natal, Ecuador. “La reforestación comunitaria, con árboles autóctonos, es nuestra primera misión. Hemos sembrado en la Universidad Estatal, en la Espol; tenemos convenios con la Universidad Agraria, con la Universidad Santa María, hemos sembrado vía a la costa y en el Bosque Protector Cerro Paraíso”, explica. “Creo que lo primero es volver a reconocernos como habitantes del bosque seco y que nuestros árboles son el ceibo, el palo santo, el fernán sánchez, el cascol. No especies introducidas u ornamentales que normalmente buscamos para nuestras casas o negocios. Sembrar especies autóctonas es lo más inmediato que podemos hacer”, dice.

Esto se conecta con los planes 2016 de Fundación La Iguana. “Tenemos proyectado sembrar diez mil árboles nativos durante el 2016 en varias ciudades, publicaremos los libros Árboles del Gran Guayaquil; y presentaremos el trabajo de la Fundación con conferencias dentro y fuera del país”, detalla Andrea. “Con la campaña Sembrando una ciudad realizamos siembras de árboles nativos en varias ciudades de Ecuador para lograr cambios inmediatos, visibles y tangibles, y rescatar nuestros paisajes nativos”.

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