Imágenes de Saramago

Por Clara Medina
19 de Mayo de 2013

Pronto se cumplirán tres años de la partida de José Saramago, el Nobel de Literatura portugués. Y coincidentemente, en estos días vi un documental sobre él, que se titula  José y Pilar. Es un filme que muestra la última etapa de este prolífico escritor, padre de novelas clave como Ensayo sobre la ceguera o El evangelio según Jesucristo, a quien, según sus propias palabras, todas las cosas buenas le llegaron tarde: empezó a escribir en la madurez, el Nobel lo ganó pasados los 70 años. Incluso Pilar, su esposa, fue un amor de madurez. En el libro Las pequeñas memorias, una especie de autobiografía del autor, la dedicatoria es: “A Pilar, que todavía no había nacido y tanto tardó en llegar”.

Pilar del Río, periodista española que un día de mediados de la década de los 80, llamó al escritor, le dijo que iría a Lisboa y quería conocerlo –ese encuentro propició una larga relación sentimental–, es también protagonista del filme y figura clave de la vida de Saramago: con ella el autor se radicó en Lanzarote, España.

Se convirtió en la traductora al español de la obra del Nobel, escrita originalmente en portugués; en su asistente, en coordinadora de citas. En su acompañante permanente. Más tarde en presidenta de la Fundación Saramago y hoy en preservadora y difusora del legado del escritor, fallecido el 18 de junio del 2010, a los 87 años. El documental muestra una vida compartida. Presenta a dos seres que se encontraron y complementaron.

Saramago tuvo una actividad intensa en los últimos años de su vida y el filme lo refleja. Pilar, menor que el novelista, defendía que así fuera. Se negaba a que la vejez fuera sinónimo de inactividad. De quietud y silencio.

El Nobel portugués escribía, viajaba, daba conferencias, firmaba autógrafos, siempre acompañado de ella. Se pronunciaba a favor de los derechos humanos. Era un hombre comprometido con su palabra. Con su obra. Con la vida. Ver el documental sobre este personaje, es como un regalo, al igual que los libros que él escribió. Y leer sus obras es hacer que él siga viviendo.

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