Biografía de Paul Auster

Por Hernán Pérez Loose
13 de Mayo de 2012

En su último libro, Diario de invierno (Anagrama, Barcelona, 2012), Paul Auster (1947) trae a colación la anécdota sobre un encuentro de James Joyce con una dama en París.

La dama que era una gran admiradora del escritor irlandés al verlo se le acercó entre entusiasmada y embelesada para pedirle que le permita besarle la mano, la mano que había escrito Ulises, la gran novela de todos los tiempos. Ante lo cual Joyce le respondió: “Permítame recordarle, señora, que esta mano ha hecho muchas otras cosas”.

Auster se cuida, sin embargo, de darle una versión más recatada a la frase de Joyce anticipando que lo que buscaba en realidad la señora era simplemente estrecharle la mano al famoso escritor y no realmente besársela.

La anécdota, a propósito, aparece en el libro de Christopher Hitchens  Amor, pobreza y guerra.

Auster nos recuerda la frase de Joyce, pues, una buena parte de su reciente libro es una reflexión interesante sobre lo que podría decirse es una suerte de biografía de su cuerpo, de sus manos, sus piernas, su cara, su tos, sus ojos.

De cómo han ido cambiando todas sus expresiones físicas con el pasar de los años, y sobre todo de las marcas que en cada una de estas partes suyas se habían ido registrando hechos y capítulos de su pasado.

Ahora que Auster ha pasado el umbral de los sesenta y cinco años, y se apresta a recibir el invierno, cree que es el momento de mirar hacia atrás. “Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona en el mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”. De cómo a Auster le pasaron cosas que siempre creyó que nunca le pasaría, cosas que inclusive uno cree que nunca le sucederán.

Desde un accidente infantil mientras jugaba béisbol hasta un accidente en que su esposa resultó herida pasando por su primera experiencia sexual, una presentación en Arles con su admirado Jean-Louis Tringtignant (quien le confesó que a los setenta y cuatro años se sentía más joven que a los cincuenta y siete) y el recuerdo de sus padres, Auster pasa revista a hechos claves de su vida.

En ellos incluye una breve y animada descripción de las ventiún casas y apartamentos donde habitó hasta encontrar su actual morada en Brooklyn.

Auster es autor de estupendas novelas como Brooklyn Follies y La Trilogía de Nueva York. En el 2008 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras.

hernanperezloose@gmail.com

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