Vuelven los artefactores

13 de Noviembre de 2016
  • Foto: Amaury Martínez
  • Collage, de Flavio Álava.
  • Dispensador de humitas, de Paco Cuesta.
  • Ababella 2, de Jorge Velarde.
  • Paco Cuesta. Foto: Amaury Martínez
  • Marco Alvarado. Foto: Amaury Martínez
  • Marcos Restrepo. Foto: Amaury Martínez
  • Jorge Velarde. Foto: Amaury Martínez
  • Xavier Patiño. Foto: Amaury Martínez
  • Flavio Álava. Foto: Amaury Martínez
Diana J. León

El MAAC inaugura la exposición ¿Es inútil sublevarse? y que convoca a los miembros de La Artefactoría. Abre el 15 de noviembre.

“¿En qué año naciste?”, me preguntaron. “En 1988”, respondí. “¡Uff! Tú naciste cuando nosotros estábamos creando”. El sol golpea la fachada del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil y, en el interior, estoy reunida con los integrantes de La Artefactoría, agrupación de artistas guayaquileños cuya obra marcó un punto de quiebre entre lo contemporáneo y lo moderno.

Ellos son Jorge Velarde, Xavier Patiño, Paco Cuesta, Marcos Restrepo y Marco Alvarado (en el momento de esta entrevista Flavio Álava aún no llegaba al país), quienes fueron reunidos, hace más de 30 años, por el historiador de Arte ecuatoriano Juan Castro y Velázquez.

Esa tarde también me acompañan Matilde Ampuero, investigadora y curadora de la exposición; Sara Bermeo, custodio-curadora de la colección, y Juan Pablo Ordóñez, a cargo de la museografía.

Antes de sentarnos, atravesé el espacio de la exposición titulada ¿Es inútil sublevarse?, que se inaugurará el martes 15 de noviembre, a las 19:30. Sus organizadores calculan un área de más de mil metros cuadrados.

“Consideramos que el museo tenía la obligación de presentar una propuesta de este tipo”, comenta Sara. “Porque hay muchas nuevas generaciones y mucha gente que ni siquiera sabe qué pasaba en aquel entonces, en los años ochenta”. Sin embargo, no se trata solo de una antología, advierte Ampuero. “La exposición ofrece al público una síntesis histórica de la situación social y política de inicios del siglo XX, señalando hitos que permiten analizar cuáles fueron las circunstancias que propiciaron la formación de otros grupos de artistas, esenciales para la historia de las ideas y del arte en el Ecuador. Asimismo, describe los acontecimientos que tuvieron lugar en décadas posteriores, especialmente en los años de formación de los artistas, señalando sus referentes inmediatos y qué determinó el deseo de separación”.

Cada artista tendrá su propio espacio para el cual han preparado nuevos trabajos y además habrá una sala audiovisual para los visitantes.

Su creador

“A inicios de la década de los ochenta conocí a un grupo de jóvenes, muy jóvenes, artistas guayaquileños que habían egresado del Colegio de Bellas Artes, pero quien primero me visitó fue Jorge Velarde; ellos estaban interesados en seguir trabajando como grupo, pero bajo la ayuda de una institución”, recuerda Juan Castro y Velázquez, quien entonces era director de la Pinacoteca del Banco Central en Guayaquil (Antepara y 9 de Octubre), donde, según relata, no había todavía espacios para talleres y menos aún la intención de ayudar a los artistas jóvenes económicamente. “Por esa razón tomé la decisión de reunirlos en un grupo y apoyarlos con mi propio dinero. Así se creó La Artefactoría, yo decidí incluir a otros artistas jóvenes e invité a Paco Cuesta y Marco Alvarado; además colaboraban en la producción dos amigos, Mónica Alvear y Luis Carlos Pontón. La Artefactoría empezó en la casa de mis padres, donde había un espacio para invitados, y allí fue donde se hizo el primer trabajo conjunto, que fue la revista Objeto Menú”. Luego convenció a su amiga Hilda Thomas de que les permitiera exponer en su restaurante, La Tertulia de Hilda, lugar frecuentado por los artistas. “El lanzamiento de la revista estuvo a cargo de la crítica y docente Cecilia Ansaldo”, relata.

Redescubrir

“Están invitados a re-conocer en esta exposición los planteamientos éticos y estéticos de los artistas de La Artefactoría y su relación con una ciudad saturada de estímulos, sin reglas ni normativas, una ciudad caótica, de ritos espontáneos: Guayaquil, ciudad escandalosa”, dice Ampuero. La versión de la ciudad en la que esta periodista nació. (I)

Visitas: Abierto al público de martes a domingo desde las 10:00 hasta las 17:00. Grupos con cita previa al 042-309-400. Entrada libre.

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