Philip Glass: Clásico e innovador
Philip Glass no teme que nuevos compositores y artistas ‘jueguen’ con su música. Así lo demuestra en Rework: Philip Glass Remixed, un álbum en el que fusiona su experiencia con jóvenes talentos musicales, después de que The New York Times lo coronó como “el más grande de los compositores contemporáneos de la actualidad”
La cercanía, a nivel personal y profesional, del compositor norteamericano Philip Glass con importantes artistas del mundo del rock y del pop se remonta a los años sesenta.
Una muestra reciente de esta estrecha relación se encuentra en el álbum 26 mixes for Cash, lanzado en el 2003, en el que Glass colaboró con David Bowie, músico y compositor de rock británico.
Aunque las piezas de Glass llegaron a ser consideradas por algunos como “minimalistas”, él prefiere llamarse a sí mismo como un compositor “con estructuras repetitivas”. Basta con hacer una pequeña revisión a su trayectoria para despegar por completo la etiqueta de minimalista.
En su biografía, publicada en el sitio www.philipglass.com, se detallan entre sus trabajos más de 20 óperas, largas y pequeñas; ocho sinfonías; dos conciertos para piano, también para violín y timbales; bandas sonoras para películas; cuartetos de cuerdas, una creciente obra solo para piano y órgano, entre otros.
Su versatilidad ha quedado probada a lo largo de su vida profesional en la cual el único proyecto que no tendría cabida es el de retirarse de la música.
Ecuador no ha sido excluido del mapa de presentaciones de este artista. Glass visitó Quito a mediados del 2010 invitado por la Youth Orchestra of the Americas.
Durante su paso por la capital, el artista ofreció dos conferencias y también supervisó la grabación de su concierto para Cello en la Fundación Filarmónica Casa de la Música.
Glass mixeado
En una entrevista para The New York Times Magazine, publicada en octubre del año pasado, Glass comentó el álbum Rework: Philip Glass Remixed.
Estoy interesado en lo que sucede con la música cuando otros la utilizan. Creo que las personas deben hacerlo, porque crean cosas que ni siquiera puedo imaginar”, Philip Glass.
En este trabajo tuvo la colaboración de Beck, músico y compositor estadounidense. También, del dúo de música electrónica My Great Ghost, del guitarrista Tyondai Braxton, Cornelius, el compositor y productor islandés Jóhann Jóhannsson, el productor de música electrónica Hendrik Weber, conocido como Pantha du Prince y otros.
Algunas de las piezas compuestas por Glass se reinventan con el sonido de sus colegas musicales invitados. “Estoy interesado en lo que sucede con la música cuando otros la utilizan. Considerando que existen compositores a quienes no les gusta que nadie toque su música. Creo que las personas deben hacerlo, porque crean cosas que ni siquiera puedo imaginar. Me opongo al hecho de ser posesivo con una pieza”, dijo Glass. “Cuando escucho a compositores jóvenes, no tengo claro si estudiaron en un conservatorio o si su formación sucedió en bares o restaurantes, o en los sitios de la música pop en las grandes ciudades”, agregó al ser cuestionado sobre la influencia de su trabajo en la música pop.
Rework mantiene la huella inconfundible de Philip Glass, pero al mismo tiempo evidencia grandes cambios a partir de las piezas originales. Una fusión que, de acuerdo con Beck, fue una de las cosas más difíciles de conseguir.
Para Glass, el problema de los compositores jóvenes no debería ser el hallar “su estilo”, sino liberarse del mismo una vez que lo encuentren. “Les digo, sé que estás realmente preocupado sobre encontrar tu propia voz. Vas a encontrarla. Cuando tengas 30, la encontrarás. El problema será liberarte de ella. Tendrás que encontrar un motor de cambio. Y eso es lo que el trabajo colaborativo consigue. Lo que sea que hagamos juntos, nos hará diferentes”, subrayó.
Al hablar sobre el paso del tiempo y su trabajo: “Para mí todo tiene una fecha. Porque no puedo escribir la misma música otra vez. No puedo escribir Einstein en la playa otra vez. No creo que haya dicho esto en público, pero creo que la música que escribimos refleja exactamente la forma en que nuestro cerebro trabaja y nuestro cerebro está constantemente evolucionando. Nuestros cerebros son plásticos. Siguen creciendo”.
Un trabajo interconectado
Que un compositor diga que es perfectamente comprensible que el público se quede dormido durante uno de sus espectáculos, es algo que no se escucha a menudo.
Pero David Sillito, corresponsal de la BBC, sí escuchó esta frase de Philip Glass, al entrevistarlo a propósito del regreso de su ópera Einstein en la playa en el Festival de Londres 2012. Einstein en la playa fue la primera ópera escrita por Glass y se estrenó por primera vez el 25 de julio de 1976 en el Festival Avignon de Francia.
El Philip Glass Ensemble, un grupo musical fundado por el compositor en 1968, tuvo a cargo su interpretación.
Conformada por cuatro actos, la obra tiene una duración aproximada de cinco horas, sin intermedios. “Recientemente escuché a Bob (Robert Wilson) hablando con alguien acerca de eso y él dijo: ‘Bueno, si te duermes, cuando te despiertes, el espectáculo todavía seguirá”, recordó su autor.
Glass reveló que una de sus razones para poner esta ópera nuevamente en escena fue debido a que las generaciones más jóvenes no la han visto. “Es la clase de trabajo del que todo el mundo habla, pero que no suficientes personas han visto. Pienso que Einstein es una experiencia que todos desean ver”, expresó.
Para su autor, esta ópera no ha cambiado significativamente desde que se presentó en 1976, pero el público sí lo ha hecho. “Enseñamos a la gente malos hábitos como espectadores. Cortos periodos de atención e historias que son fácilmente reconocibles. No obstante, creo que eso cambiará ahora. Los más jóvenes tienen la clase de apetito por la innovación que Bob y yo teníamos cuando teníamos 20 o 30”, dijo.
Einstein en la playa, junto con las óperas Satyagraha y Akhnaten forman una trilogía en la que Glass afirma que existe una conexión entre cada una de las piezas que la integran. “Einstein en la playa, una ópera sobre un gran matemático que amaba la música (...), Satyagraha, un trabajo sobre un hombre liderando a su gente hacia la libertad (...). Mientras que en Akhnaten, mi énfasis es con la orquesta, con el coro y algunos solos compartiendo terreno común con la orquesta”, detalló. “Creo que las tres óperas deberían ser interpretadas dentro de un corto lapso de tiempo (en la misma semana, por ejemplo). La conexión interna sería cada vez más evidente y brindará a la audiencia una coherente experiencia musical y teatral”.
También en el cine
El cine no es ajeno a las composiciones de Philip Glass. La primera cinta con la que colaboró fue Koyaanisqatsi: Life Out of Balance, en 1982. Le siguieron Mishima: A Life in Four Chapters, dirigida por Paul Schrader en 1985, y Kundun, dirigida por Martin Scorsese, por la cual Glass obtuvo su primera nominación a los premios de la Academia.
En la película El show de Truman, Glass haría una pequeña aparición, escasamente visible, tocando el piano. Glass ganó un premio Globo de Oro por Mejor Banda Sonora. En el 2002 obtuvo su segunda nominación a un premio Óscar por Las horas y ganó un premio BAFTA (British Academy of Film and Television Arts) a Mejor Música Original. Más recientemente compuso también la música de las películas La ventana secreta, El ilusionista y Watchmen, en el 2009.
Glass y Disney
El perfecto americano es el trabajo operático más reciente de Philip Glass, basado en la novela homónima del escritor estadounidense, de habla alemana, Peter Stephan Jungk. “Es la primera obra dedicada a una figura, la de Walt Disney, que como ninguna otra ha influido en el mundo del consumo actual”, describe el sitio web del Teatro Real de Madrid en donde se presentó del 22 de enero al 6 de febrero.
El barítono inglés Christopher Purves dio vida a Disney, mientras que la dirección musical recayó en Dennis Russell Davies. “En oposición al mundo feliz que ideó, la existencia de este perfecto americano estuvo marcada por una juventud desgraciada y una personalidad de ‘corrección política’ superior a la de Richard Nixon”, continúa la descripción.