Arte contemporáneo en la Antártida

15 de Abril de 2012
  • Ni el viento e incluso los pingüinos hicieron que Mieles dejara de filmar.
  • Sobre su espalda Allan Jeffs llevaba su obra a los diferentes puntos.
  • En estado de contemplación se encuentran estos personajes de la instalación de Jeffs.
  • Autorretrato de Jeffs. Levaduras, bacterias y hongos antárticos sobre Placa Petri.
  • Ex+sistencia. Hongo y bacterias antárticos sobre medio nutritivo en Placa Petri.
  • Isla Dee, Pasaje Orión. Hongos y bacterias antárticas (por identificar) sobre Placa Petri.
  • La estación Pevima cuenta con aproximadamente 60 equipos científicos para uso de los investigadores. Se están adquiriendo 15 más.
  • El elefante marino antártico es el gigante en la familia de las focas.
Lorena León Velásquez. Fotos: Allan Jeffs y Fernando Mieles

Un artista visual y un cineasta se aventuran a un territorio lejano lleno de magia. En este, uno de ellos desarrolla una instalación artística; mientras que el otro la documenta. Pero juntos descubren la belleza de la naturaleza polar que les regala conocimientos del arte microbiano.

“La Antártida nos hizo un llamado”, sostienen el artista chileno, pero radicado en Ecuador, Allan Jeffs, y el cineasta ecuatoriano Fernando Mieles. Al parecer, la magia que existe en esta tierra los atrajo.

Jeffs llevó a cabo una instalación de arte la cual denominó Ex+Sistencia e inició el desarrollo de su concepto de Arte+Ciencia a través de la microbiología (estudio de los microbios).

Mientras que el cineasta Fernando Mieles realizó el ensayo cinematográfico sobre el proyecto de Jeffs. Además de documentar la actividad de los científicos en la estación ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado (Pevima) en la isla Greenwich. Según comenta Mieles el ensayo se encuentra en etapa de posproducción.

Para los dos artistas esta residencia en el continente blanco significó un escape total de la realidad común, esa que está llena de tumultos, presiones, enredos. Por ejemplo, Fernando se convirtió en “hombre orquesta” en el proceso de filmación del ensayo. Además de hacer su trabajo como realizador, se inauguró como fotógrafo y sonidista.

También se cumplió lo que en algún momento había decretado al terminar su último filme, Prometeo Deportado (2009). Dijo: La otra película que haga tendrá un personaje contra fondo blanco (risas). El cineasta comentó que realizó una ardua labor para terminar Prometeo.

Para Jeffs, en cambio, además de ejecutar su instalación artística y aprender un poco sobre el mundo de los microorganismos, este continente le dejó algo más allá... perdió el miedo a morir. “Por las condiciones climatológicas en la Antártida nada está a tu favor, puedes morir congelado en cualquier momento. Esto genera un acercamiento casi normal a la muerte, y aunque no lo crean, eso generó en mí una paz”.

Es así como estos dos artistas se introducen en esta aventura que formaba parte de la tercera etapa de la XVI Expedición a la Antártida, en la que estuvieron 33 personas, entre investigadores y personal de logística. El periplo se realizó desde el 22 de febrero hasta el 8 de marzo de este año. Cada expedición actualmente tiene tres etapas y cada una de estas tiene una duración aproximada de 20 días.

“Las dos ocasiones que he visitado la Antártida he sentido que hay inspiración, mucho espíritu. Allá uno es tan chiquitito que no es nada ”.
Allan Jeffs, artista visual

Ex-Sistencia: origen

La propuesta de arte Ex+Sistencia, de Allan Jeffs fue sustentada y aceptada previamente por el Instituto Antártico Ecuatoriano (INAE) como parte del cumplimiento de uno de sus tres programas (Logístico, Científico, y de Participación y Difusión) que generan los proyectos para las expediciones, en este caso fue el último. Dentro de este se considera la intervención de periodistas, cineastas, artistas, estudiantes que tengan como fin informar a través de diferentes canales de comunicación la labor de la estación Pevima.

Según José Olmedo, director ejecutivo de la INAE, están conscientes de que su trabajo necesita difusión para generar mayor “cultura antártica”.

Allan concuerda con Olmedo, contó que desde 1997 soñaba con hacer algo importante en el continente blanco.

Expresó siempre sentir una extraña atracción hacia los polos, la cual se acrecentó cuando ayudó a hacer una escenografía para un cantante que iba a presentarse en un evento en este lugar años atrás.

Transcurrió el tiempo y su deseo se cumplió el año pasado. Viajó por primera vez a la Antártida para realizar varios documentales para el programa que conduce: ‘Ecuador, más que un punto’, que transmite Ecuador TV. Ahí fue cuando conoce a Olmedo, quien se convierte en un personaje importante para que se concrete su obra artística; además que es quien encauza la expedición.

“Las dos ocasiones que he visitado la Antártida he sentido que hay inspiración, mucho espíritu. Allá uno es tan chiquitito que no es nada”, sostiene Jeffs.

Así fue como este lugar se convirtió en el sitio adecuado para desarrollar el concepto de su obra Ex+Sistencia, que se resume en:

“Existimos desde que la palabra de un otro nos nombra, una palabra que nos hace “aparecer” que nos sostiene. Ex-Sistir transmite que algo “Siste”, es decir, que tiene “Ser” y que deja de estar en el mundo de la existencia para salir de allí y manifestarse en el mundo”.

En este proyecto artístico intervienen lo que Jeffs identifica como entidades o personajes que representan “la meditación, contemplación, hablar desde el silencio, desde el dejar de ser”. “Esta idea viene un poco de mi padre, que era andinista. Me hablaba mucho de los penitentes que son estas formas de hielo que parecen personas”, dijo.

“Cuando pensé en estas entidades quise que fueran hechas por comunidades ecuatorianas para que se sienta de una manera u otra la presencia de ellas en la Antártida”, agregó el artista.

Instalación artística

La obra de Jeffs estuvo ubicada en ocho puntos en la Antártida:

1. Punta Fort William, estación científica Pedro Vicente Maldonado; 2. Glaciar Traub, punta Serrano, en bahía Chile (bahía Discovery) de la isla Greenwich; 3. Glaciar Quito, monte Puyango, en faldas del monte Plymouth (monte Ecuador) frente al paso Orión; 4. Isla Barrientos (cara norte); 5. Isla Barrientos (cara sur); 6. Glaciar Quito, frente a paso Orión; 7. Glaciar frente a la base antártica chilena Arturo Prat, península Guesalaga, caletón Iquique, bahía Chile (Discovery), isla Greenwich; y 8. Glaciar Traub, frente a bahía Discovery (bahía Chile).

En cada uno de estos puntos fueron colocadas las cinco entidades, las cuales en un principio eran doce, pero por efectos de pérdida de equipaje se recuperó solo este número. La estructura de cada uno de estos cuerpos vacíos (compuestos de fibra de vidrio) la elaboraron integrantes de la familia de José Cruz, que tiene la tradición de fabricar años viejos en la calle Seis de Marzo, sur de Guayaquil.

Los mantos o tocas que los cubren fueron tejidos en paja toquilla por comunidades de la Costa como Jambelí, Libertador Bolívar, San Antonio y Cadeate. “El contacto con estas comunidades no pudo haberse dado sin el apoyo de Alejandro Lecaro de Ecua-Andino Panama Hat”, expresa Jeffs.

La obra fue transportada en partes a la Antártida y se la terminó de construir en la estación Pevima.

“Lo que primero imaginé fue la inmensidad blanca de ese espacio totalmente extraño, inhóspito, gigantesco y congelado...”, Fernando Mieles, cineasta

El ensayo cinematográfico

Fernando Mieles estuvo acompañando a Jeffs en todo el proceso de la instalación artística.

Para él cada día en la Antártida le dejó un aprendizaje, por lo que agradece que todo haya conspirado para que conociera el continente blanco. Incluso hasta el contacto con Allan se dio por casualidad.

Mieles se lo encontró en una de las comunidades de la Costa que iba a contribuir con el proyecto artístico de este artista visual. Conversaron del tema e inmediatamente dijo: “Yo quiero ir; quiero hacer una película con eso”.

“Lo que primero imaginé fue la inmensidad blanca de ese espacio totalmente extraño, inhóspito, gigantesco y congelado, donde para mi el tiempo y el espacio parecen unidos con el hielo glaciar. Luego, muy a lo lejos, un pequeño punto rojo que al aproximarse se descubre que es un hombre con un bulto”, dijo el director de Prometeo.

“El hombre sigue su trajinar con esfuerzo por esa geografía de hielo, viento y piedra. Llegando a un punto se detiene. Baja su extraña carga de cascarones recubiertos de paja toquilla. El material y la textura son totalmente ajenos a este mundo de hielo. Como el hombre que toma una de las extrañas piezas vacías, apiladas una dentro de la otra como matrioskas, y las va colocando en un orden sobre la inmensidad blanca: parecen hombres agazapados, meditando en silencio, mudos, mirando desde el vacío. Luego las fotografía, las desarma y se va”, agregó Mieles.

Esta iniciativa de arte fue participada a Mieles en un momento en el que se sentía vacío. “Después de haber hecho Prometeo me sentía así. Me daba miedo aceptarlo. Creo que por eso conecté tan rápido con Allan y su instalación. Y surgió de inmediato la idea de hacer una película que partía de la nada, en todo sentido, del vacío, como los muñecos de la instalación que están ahí desde ese estado. Sabía que era una oportunidad para asumir mi vacío y aprender a mirar desde él, a observar con paciencia, e intentar responderme preguntas sobre el sentido de la vida, la muerte, el arte, el cine, el amor”, dijo.

“De eso se trata la película, del aparente sin sentido que cuando lo descubres y relacionas adquiere un sentido mayor, macro. Tal vez convocar fuerzas, como en la escena que Allan monta su instalación frente a un glaciar y este se desprende. Estábamos ahí en el momento indicado”, agregó.

Hasta el momento, el ensayo cinematográfico tiene un nombre provisional, es el mismo de la instalación de Allan, Ex+Sistencia.

Dificultades superadas

El frío, el viento, la vestimenta pesada, la falta a veces de ayuda y hasta la improvisación fueron algunas de las vicisitudes que estos dos artistas enfrentaron.

Mieles antes de viajar pidió ayuda a amigos para que le prestaran equipos, también para que le enseñaran algunas clases de fotografía, sonido, y demás.

“La película ha sido rodada gracias a la ayuda de amigos de Quito y Guayaquil que confiaron en mi, prestaron equipos y me asesoraron como: Diana Varas, Manolo Larrea, Juanjo Luzuriaga, Arsenio Cadena, Diego Falconí, Cinthia Velasco. Y empresas que se sumaron al proyecto como Corporación El Rosado y la Universidad Casa Grande. Y por supuesto el INAE y el Comandante Olmedo. Ahora con el material filmado estamos buscando auspicios y recursos para la etapa de posproducción”, sostuvo.

Por su parte Allan en la Antártida tenía que cargar a estos personajes que pesaban aproximadamente 55 kg encima de su maleta. Incluso a veces llevaba más peso porque también tenía que trasladar equipos para anclarlas al hielo.

Los dos artistas aclaran que en todo este proceso respetaron las normativas ambientales. Incluso en la actualidad la obra está regresando al país (tiene previsto llegar en mayo) para no dejar vestigio alguno.

Asimismo aseveran que en Ecuador no hay registro de realización de estas obras artísticas en la Antártida, lo que existe son varias acciones de países que están intentando hacer residencia.

Arte y ciencia

Uno de los trabajos que más sorprendieron a Allan y Mieles fue la labor de los microbiólogos que visitaron la Antártida. Con uno de ellos Jeffs tuvo contacto previo en un curso Pre Antártico ofrecido por el INAE; ya que los dos tenían previsto realizar proyectos individuales. Su nombre es Javier Carvajal, biólogo y director del Centro Neotropical para la Investigación de la Biomasa de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), con quien desarrolló varias aplicaciones con levaduras, hongos y bacterias sobre placas Petri (recipiente redondo, de cristal o plástico en el que se cultivan microorganismos), en la Pevima.

“Encontramos un camino diferente de expresión y documentación para el arte. Desarrollamos una residencia de Arte+Ciencia. Las aplicaciones que se generaron dentro de esta residencia son infinitas, dando la oportunidad al artista para experimentar un nuevo camino...”, sostiene Allan.

La microbiología para Allan es la oportunidad de hablar desde la propia esencia de lo que nos rodea. Es irrumpir a través del arte en un mundo habitado por seres minúsculos que desde ahora, para él, nos representan.

 

presencia ecuatoriana

“Maravillado”, así siempre se encuentra José Olmedo (foto), director ejecutivo del Instituto Antártico Ecuatoriano (INAE), cuando visita la Antártida.

La presencia de Ecuador en este continente cumple 25 años en el 2013, tiempo en el que se han realizado 16 expediciones (la próxima tiene previsto iniciar en diciembre) y en el que el país ha desarrollado trabajos importantes.

En la actualidad en la Pevima se realizan investigaciones sobre microbiología, meteorología, alta atmósfera y tienen un plan que pretende incentivar de forma correcta las prácticas ambientales en la estación.

Olmedo destaca que Ecuador en este territorio tiene bastante experiencia sobre cómo aplicar normativas para manejar a los turistas en ciertos puntos dentro del continente blanco.

 

 

Arte microbiano

El biólogo Javier Carvajal (foto) junto con Allan Jeffs impulsan el arte microbian oen el país.

Allan, dentro de su propuesta de arte Ex+Sistencia, le propuso a Carvajal fusionar el arte y la ciencia; a lo que él le respondió:

“Hagamos pinturas con tu habilidad y mis cultivos microbianos. Te doy los microorganismos y los llevas al nivel de arte pintando con ellos en una caja Petri”.

Este tipo de ensayos artísticos los realizaba Carvajal hace cinco años en el centro que dirige; pero haciendo figuras básicas. Fue en la Antártida que Allan y Javier afianzaron sus conocimientos. Este último observó lo interesante que son los ciclos vitales de los microorganismos que viven en los glaciares, ya que se adaptan a sucesivos congelamientos y descongelamientos.

¿Pero cómo se fusiona finalmente este concepto de arte y ciencia? A través de la “siembra”. “Lo que quería hacer Allan es demostrar la existencia a través del arte, ‘instalando unos cuerpos huecos’. En cambio yo, como microbiólogo, quería ‘sembrar vida’ (microorganismos) para que empiecen a existir dentro de un ambiente creado en laboratorio”, dijo Javier.

Esta ‘vida’ se hace evidente, después de pasar por un proceso de incubación a temperaturas determinadas, en diferentes formas y colores de acuerdo a las especies de microbios que están sembrados en las cajas Petri que tienen un medio nutritivo.

Con respecto a esta fusión entre arte y ciencia, Carvajal dijo que también es posible hacer música a través de la codificación del material genético de los organismos. Esta creación será incluida en el ensayo cinematográfico de Fernando Mieles.

 

 

en guayaquil

Se tiene previsto que en los primeros días de junio se exhiba en el Centro Cultural Libertador Simón Bolívar la propuesta de arte de Jeffs.

El tiempo de la muestra durará 21 días, en los cuales se realizarán charlas y conversatorios que se basarán principalmente en la fusión del arte y la microbiología y la presencia del país en la Antártida. También se dictará un curso de microbiología.

 

 

  Deja tu comentario