Una casa morada por libros y sueños

17 de Agosto de 2014
Texto y fotos: Jorge Martillo M.

En el sur guayaco, Casa Morada es una nueva opción cultural liderada por la escritora María Paulina Briones.

Esa casa no está habitada por una familia, ni su comedor adornado con una reproducción de La Última Cena. Casa Morada es una librería, una morada de libros. Habitada por un colectivo de iniciativas culturales y literarias. Desde junio funciona en un barrio del sur. Frente al parque Forestal y el teatro del Centro Cívico.

Casa Morada nació en el 2009, al norte, en Urdesa. Esa historia me la cuenta la gestora cultural guayaquileña María Paulina Briones, su creadora y arquitecta.

Ese lunes, el sol tiñe los anaqueles de la librería y hasta sus palabras. El primer antecedente de Casa Morada se da en el 2003 cuando Briones en su blog convocó, con éxito, a un intercambio de libros usados en los portales de bares de la Zona Rosa. Siendo una señal de que la gente en Guayaquil estaba sedienta de actividades culturales alternativas. Esa idea, focalizada en los libros y la promoción de la lectura, le dio vueltas y más vueltas. Hasta que en marzo del 2009, en Calle Primera 500 y Las Monjas nació la Casa Morada.

“Comenzó como un sitio en que realizaba talleres de lectura y escritura y poco a poco se fue transformando en un espacio para intercambiar libros y terminó en una librería de textos usados”. Sobre el nombre comenta que la mayoría cree que es por el color, pero tiene que ver con la idea de una casa morada por libros, aunque para seguir ese juego la pintaron de morado. La Casa funcionó como tal hasta el 2011, cuando Briones fue a Quito a dirigir el desaparecido Sistema Nacional de Bibliotecas. Durante ese tiempo, después de una maestría de edición de texto, en el 2012, junto a Silvia Buendía y Cristina Santacruz, crean la editorial independiente Cadáver Exquisito, que ha publicado cuatro libros, siendo el inicial Álbum de familia, de Gabriela Alemán, y el próximo, en coedición con El Antropófago de Quito: La bondad de los extraños, cuentos de Solange Rodríguez que se presentará el 22 de este mes. Uno de los objetivos editoriales es que los libros también circulen en el exterior.

Cree que en Guayaquil, Casa Morada no es la primera ni la última iniciativa cultural, sino un proyecto personal y mínimo en una ciudad que siempre ha forjado propuestas muy valiosas y alejadas de la oficialidad, propuestas independientes que no han encerrado a la cultura en una elitista urna de cristal. Funciona en un local mediano, sus paredes moradas lucen la imagen de un búho. En anaqueles y mesones están las obras de autores ecuatorianos y extranjeros en gran parte publicadas por editoriales independientes locales y argentinas.

Cuenta que asistiendo a funciones del grupo de teatro Muégano, asentado en el sector, le fue gustando la barriada. “En este momento Casa Morada es una librería en el sur que pretende realizar gestión cultural –reflexiona–, que no es financiar eventos con nuestro propio dinero, sino buscar que, de alguna manera, en Guayaquil, las empresas empiecen a pensar que aportar dinero a la cultura es tan importante como apoyar lo educativo, al deporte o lo social, obviamente, los réditos no son monetarios, pero sí una satisfacción para quienes se acercan a este tipo de proyectos”.

La librería, cada mes, desarrolla su agenda de actividades, algunas fijas como Lecturas en el parque que se realiza el 12 de cada mes en un parque del sur (hasta ahora en El Forestal, Stella Maris y de la Armada) donde se lee la obra de un autor –narrativa o poesía– ecuatoriano o extranjero. “Ahora en los parques de Guayaquil” –comenta– “resulta que hay que pedir permiso, pero nunca vamos a pedirlo”.

Otra actividad al interior de la librería es Noche de poesía, en la que tres poetas leen sus textos. Una vez al mes, en Noche de los libros, hay descuentos del 10 al 15%. Otro evento es Diálogo entre escritores –en julio, Javier Váscones y Ernesto Carrión dialogaron sobre la génesis de la creación literaria–; todos los sábados, a las 18:30, Andrea Crespo dirige Cine Club, por ejemplo, una serie de filmes basados en obras de Julio Cortázar. Otro proyecto comunitario y gratuito será Círculo de Lectura en que los vecinos del barrio, leerán un libro elegido por ellos que se lo prestará la librería, después de unas semanas se reunirán a comentarlos y retornarán el texto. Durante todas estas actividades, la librería ofrece sus textos.

“La Casa Morada es un negocio, y cualquier persona que diga lo contrario de sus otros negocios está en un error, pero eso no impide que se puedan realizar actividades que sean gratuitas y para la comunidad”, aclara.

A manera de identikit

El sol lanza sus últimos destellos dorados contra las paredes de Casa Morada, es cuando intento conocer más de María Paulina Briones, de quien sé que laboró como editora en varios medios escritos. Esta vinculación la llevó a descubrir el Ecuador profundo y la sabiduría de la gente sencilla. “Cuando estás en el ámbito cultural, son voces, voces, todas confusas, y son para mí las voces más simples y sencillas, las que tienen mayor claridad”.

María Paulina Briones Layana cuenta que siendo una niña asistía a eventos culturales de la mano de su tía Blanca Layana, música y profesora del conservatorio. Evoca también la inmensa biblioteca de su abuelo Alberto Briones, con libros que solo acariciaba con ansia porque aún no sabía leer. Años más tarde, su tía le regaló sus primeros libros: Corazón, La cabaña del tío Tom, Mujercitas, ingresando así al mundo de la lectura en la que sigue enganchada. En el colegio, la impactó Crimen y castigo, novela de Dostoievski, a más del Cantar del Mío Cid y Las flores del mal, de Charles Baudelaire, se encerraba a leer y no quería hacer nada más. “Ahí te vas dando cuenta que te gustan algunas cosas que no le gustan a nadie más”, comenta. Durante dos años estudió Derecho en la Universidad Católica hasta que el abogado Gonzalo Noboa le sugirió que estudiara literatura.

Invadida por proyectos y rodeada de libros, manifiesta: “Soy una escritora que ha publicado tarde, cumplí 40 años este año, y el pasado publicaron mi primer libro Extrañas que unos dicen que es una novela cortita, otros que es un cuento largo”.

El próximo mes Línea Primitiva, editorial argentina, publicará su libro de cuentos El árbol negro.

Después de haber postergado su escritura por otras tareas, actualmente escribe con fluidez dos obras: Otras carnes nobles, un poemario, y en narrativa La granja.

“El trabajo de creación es el que más me gusta y es de lo que nunca hablo, porque es algo tan íntimo, que cuando salió Extrañas no quería hacer una presentación, porque tenía que leer y me pongo muy nerviosa” –confiesa–. “Sobre el tema de la escritura no comparto muchas conversaciones, tiene que ser espontáneo, no inducido”.

Cuando el sol cae en Guayaquil, María Paulina cierra las puertas de su Casa, tiene que coordinar un club de lectura. Pero al siguiente día, las abrirá a los amantes de la literatura y otras expresiones culturales.

Casa Morada. García Goyena 1317 y Guaranda, esq. Horarios de atención. miércoles, jueves y viernes de 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 19:30. Sábados de 10:00 a 14:00 y 16:30 a 22:00.

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