Martha Ontaneda: gobernada por el teatro

20 de Mayo de 2012
Sheyla Mosquera de Calderón

Actriz de varias facetas, la guayaquileña Martha Ontaneda confiesa a La Revista una vida plena de trabajo y... dolores.

Martha Ontaneda es de aquellas actrices de teatro y televisión que llevan en su sangre el don para hacer reír o conmover al público. No solo trabajó en las telenovelas Valeria o El Cholito, producidas por Ecuavisa, también actuó en la serie de comedia La Pareja Feliz, en Teleamazonas. Pero, sobre todo, en las tablas con reconocidas actrices como Marina Salvarezza.

Pero ¿quién es realmente Ontaneda? Para conocerla mejor, ella retrocede en el tiempo cuando tenía 10 años. Época en que disfrutó de toda la libertad que le ofrecía pasar unos días en el campamento minero de los ingleses situado en Ancón, provincia de Santa Elena.

Esos momentos nunca los ha podido olvidar, dice, sobre todo porque los vivió con sus padres, Miguel Ángel Ontaneda y Colombia Miranda, ambos fallecidos. Él como médico atendía a los trabajadores de la empresa inglesa Anglo Ecuadorian Oilfields Limited.

El campamento, recuerda, era como una urbanización cerrada donde todos se conocían. Las casas de madera al estilo inglés tenían energía eléctrica y las cocinas funcionaban con gas subterráneo, a diferencia de las que había en las ciudades que funcionaban con queroseno.

“Allí andaba en bicicleta sin que mis padres tuvieran que preocuparse por mi seguridad, como sucedía cuando estábamos en nuestra casa de Guayaquil, en las calles 10 de Agosto y El Morro, donde nunca me dejaban salir a la calle a jugar”, asegura.

Su padre, dice Ontaneda, prefería comprarle todas las semanas revistas para que leyera tranquila en la casa, pero después fue ella quien, a sus 11 años, le pidió El Quijote de la Mancha.

A medida que el tiempo pasaba, su gusto por la lectura y todo lo relacionado con el arte era cada vez más intenso. Su madre, agrega, fue su gran inspiración, porque le encantaba leer poesía y, además, las escribía.

El arte lo lleva en la sangre

Ontaneda tenía 12 años cuando con su primo Jorge Miranda, ahora cirujano plástico, armaban shows en los que imitaban a todos los de la familia para que “se murieran de la risa”. Es que dice: “El actor es un imitador que tiene diferentes facetas y cualidades”.

Pero su actuación no siempre causaba admiración. Cuando estudiaba en el colegio María Auxiliadora imitaba a las monjitas y, como no la soportaban, le negaron la matrícula del siguiente año escolar. Después pasó, cuenta, al colegio Americano, donde también le pidieron no volver, porque dejaba pasar a las aulas a perritos; y luego se graduó en el Urdesa School.

Posteriormente, Ontaneda estudió Secretariado Bilingüe y trabajó en la Empresa Eléctrica de Guayaquil. Sin embargo, se daba tiempo para asistir a eventos culturales de la ciudad como, por ejemplo, las operetas que se presentaban en los teatros Olmedo o Nueve de Octubre. Incluso acudía a las iglesias San Francisco, Catedral o María Auxiliadora a grabar los conciertos que ahí se presentaban.

Es que su vida estaba gobernada por el arte. En 1983, Ontaneda empezó a hacer teatro de títeres para niños con el grupo Arcoiris. Pero dos años después tuvo que dejarlo cuando estuvo a punto de morir a causa de un absceso amebiano que estaba encapsulado en el hígado.

“Fue un milagro que sobreviviera”, recuerda. “Mientras dormía escuché la voz de Dios que me dijo que ya no me preocupara más porque estaba curada. Me desperté y le conté a mi mamá lo sucedido y se puso a llorar. Los cinco médicos que me examinaban dijeron que mi enfermedad estaba cediendo”.

A partir de este suceso, en 1986 subió a las tablas del Teatro Experimental Guayaquil con Marina Salvarezza para interpretar el rol protagónico en La casa de Bernarda Alba, escrita por Federico García Lorca. De ahí vinieron más actuaciones en teatro y televisión.

Luchadora

El mayor logro en su vida, dice Ontaneda, es haber luchado muy duro para sacar adelante a sus tres hijas: Andrea, Estefanía y Denisse Armijos, después de su divorcio. Trabajó haciendo transporte escolar durante quince años, vendió seguros para carros, juguetes, ropa y bienes raíces. Pero, dice: “Mi tristeza es no haber tenido más tiempo para estar con ellas, pero no podía hacer otra cosa: o trabajaba o no comíamos”.

También comenta que sus tres nietos: Valentina, Alexa y Juan Andrés Abad Armijos, son sus tesoros, así como lo es su esposo, Roberto Mastalir, con quien se casó en 1993 y a quien dice también amar por querer mucho a sus hijas y haberlas respetado.

Después, en el 2006, Ontaneda continuó luchando. Creó MO Producciones Teatrales y su primer trabajo fue Ocho mujeres, una ronda de arpías, adaptada para el teatro por Cristian Cortez.

“Como productora fui la primera que hizo convenios con los actores para pagarles por sus actuaciones. Los reunía y llegábamos a acuerdos”, recalca orgullosamente.

Un año después, en el 2007, el tiempo le resultaba corto a Ontaneda. Mientras de lunes a viernes grababa en Ecuavisa la novela El Cholito, el fin de semana corría a Salinas para atender su negocio Chocolat & Crepes, pero lo cerró porque esto la agotaba y porque en ese año murió su padre, a quien estaba muy unida.

Otra gran tristeza sintió el año pasado con la muerte de su perra Canela, una Golder Retriver que tuvo por quince años y nunca ladró. “Era muy especial, solo le faltaba hablar y tenía un sistema de comunicación extrasensorial. Solo con la mirada o los gestos nos entendíamos”, dice.

El cáncer

Definitivamente, Ontaneda es de esas mujeres que nunca se dejan vencer. En febrero de este año fue operada de cáncer en la mama derecha. Lograron extraerle el nódulo y un ganglio. Recibió quimioterapia y aún le faltan cuatro radioterapias.

“Siempre he pensado positivamente y sé que el 90% de sanación que tengamos depende solo de nuestro optimismo y de pensar que Dios está siempre con nosotros. No hay que ponerse a llorar y menos dejarse morir porque la familia también sufre”, asegura.

La única preocupación de Ontaneda, confiesa, era tener que suspender la presentación de sus obras que tenía programadas para marzo con Prisca Bustamante y César Andrade. Incluso tuvo que postergar para julio la comedia de humor Las González, porque no sabía cómo iba a reaccionar su cuerpo, pero ella dice: “Ahora es un hecho”.

Entre sus planes incluye seguir disfrutando de la vida con sus hijas y nietos y, sobre todo, con su esposo en su casa de Salinas, pero a su manera: metida en la piscina o leyendo a sus autores preferidos: Shakespeare, Borges, Benedetti, García Lorca o Porfirio Vargas. O simplemente planificando nuevas obras teatrales.

‘Las González’

Es una obra de humor de Hugo Saccoccia que cuestiona si las mujeres sesentonas pueden aún tener deseo sexual y ser correspondidas. La comedia Las González será dirigida por Andrés Garzón e interpretada por Martha Ontaneda, Estela Álvarez, Prisca Bustamante y Mélida Villavicencio.

Lugar: Centro Cultural Simón Bolívar (antes MAAC).
Fecha: Del 19 al 22 de julio. Hora: 20:30.
Informes: 6035-175, 3945-214.

 

  Deja tu comentario