Emilio Palacio: Pequeños detalles en Miami
En el exilio y junto con su familia, Emilio Palacio, exeditor de Opinión y columnista de Diario EL UNIVERSO, revela algunas particularidades de su nueva vida en EE.UU., pocos días antes de recibir uno de los más importantes galardones del periodismo de habla hispana.
¿Se siente cómodo si lo llamo míster Palacio?, le pregunto a Emilio, para comenzar un diálogo por videoconferencia que habíamos pactado para que nos contara cómo le iba a esta “bestia salvaje” (léase periodista) en su nuevo hábitat, Miami. Trató de disimular que la broma lo había sorprendido y muy sonriente respondió: “Eh, sí, porque sé que los que lo digan lo harán con cariño”.
Y comienza a relatar cómo siente la ciudad, cómo se desenvuelve con el idioma inglés “tengo una pronunciación espantosa”, dice, pero que se esfuerza por hablarlo siempre; qué hace en su día a día... e inmediatamente menciona que quizás cuando se publique esta entrevista ya esté circulando en amazon.com su segundo libro: El periodista de los 40 millones. (En el 2008 publicó Libro blanco de las bestias salvajes).
Datos
20.000 euros (casi
$ 26.000) es la cantidad queEmilio Palaciorecibirá el 14 de diciembreen Cádiz,España
Advierte que no quiere que la gente se cree falsas expectativas pensando que va a encontrar alguna revelación sensacional o escandalosa. “Lo escribí para que la gente tenga mi punto de vista sobre mi propia experiencia, de cómo me sentí yo, mi familia; es un pequeño resumen para que la gente sepa cómo pienso, cuáles son mis conclusiones políticas. Es un libro escrito para extranjeros y para ecuatorianos”, resalta.
El exeditor de Opinión de Diario EL UNIVERSO permanece en Miami desde el 23 de agosto del 2011. Salió del país luego de haber sido condenado junto con los directivos del periódico a tres años de prisión y al pago de 40 millones de dólares, por una denuncia por injurias calumniosas planteada por el mandatario Rafael Correa. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. aprobó su asilo el 19 de agosto del 2012. De esta figura se beneficiaron también su esposa y sus dos hijos.
Se lo nota relajado. Ya no lleva la barba que se había dejado cuando le tocó llegar a la casa de su hermano y empezó a buscar vivienda para recibir a su familia, que arribó en diciembre del año pasado.
Habla desde su departamento ubicado en el sur de Miami. Va narrando episodios de su proceso de adaptación; algunos ahora resultan anecdóticos, pero en su momento le significaron contratiempos y gastos.
Evocando un diálogo de la película Pulp Fiction, sostiene que “la gran diferencia que siempre existe entre dos países son los pequeños detalles”. Por ejemplo, ha tenido más de un inconveniente básicamente por desconocimiento de las leyes del estado de Florida.
Pero de a poco ha ido descubriendo cómo resolver asuntos tan domésticos y básicos como dónde pagar el servicio de electricidad, enterarse de que debía renovar el pago de la matrícula el día de su cumpleaños y no en diciembre –con multa de tránsito de por medio–; cómo abordar la comunicación en la escuela de su hijo menor... “Mil pequeños detalles que abruman y cuestan tiempo. Usted no sabe la cantidad de dinero que se gasta por lo que en Ecuador llamamos ‘pagar derecho de piso’”.
Pero eso es lo de menos, dice; lo menciona para no hablar primero de lo que significa el desarraigo, abandonar a los amigos, la familia, el trabajo que uno quería, “y no hacer de eso un drama, porque en el fondo queremos llevar una vida optimista y feliz”.
Guido, su hijo mayor, está en la universidad y tiene un trabajo por horas. Gabriel, de 8 años, asiste a la escuela pública y se está adaptando muy bien. De los cuatro, su esposa Mindy es quizá quien más ha sentido el cambio de vida, pues “ella extraña mucho la vida en familia, a su mamá, sus hermanas... Acá la gente se encierra en su casa..., pero de a poco vamos haciendo amigos”.
No hacer (del exilio) un drama, porque siempre queremos llevar una vida optimista y feliz”.
Participa de la conversación Carlos Ycaza, editor de La Revista y desde hace poco director teatral, quien le pregunta si no ha pensado en trabajar en otra cosa que no esté relacionada con el periodismo. Emilio le responde que lo intentó: “Empecé a buscar empleo de cualquier cosa, pero estoy sobrecalificado”. Lo dice riéndose, pero aclara que no es broma, “acá eso es un problema jurídico, no se puede emplear a alguien para realizar una tarea si esa persona está capacitada para algo mejor, ya que debe ganar de acuerdo a ello”.
Aunque, añade, él ha desempeñado muchos oficios: ha trabajado en bancos, en publicidad, de profesor... Incluso tiene un título de soldador. “Si tuviera que volver a hacerlo, lo haría; sería una manera de aprender cómo es la vida en EE.UU.”.
Carlos le insiste: ¿Qué trabajo no relacionado con las letras le gustaría realizar en EE.UU.? “Me gustaría ser actor dramático para interpretar, bajo la dirección de Carlos Ycaza, a Galileo Galilei, de Bertolt Brecht”, porque se identifica con ese personaje, que es perseguido por sus ideas, pero que al final termina diciendo: “Y, sin embargo, se mueve”.
Entre risas, el director teatral le dice que lo ve más en el personaje de Mackie, de La ópera de los tres centavos, del mismo autor. Entonces aflora la ironía de Emilio: “Buena idea, yo con el cuchillo... desquitarme de algunos de los que habría que desquitarme” (risas).
Al hablar de sus actuales prioridades, Emilio dice que su meta principal es lograr estabilidad económica para su familia, lo cual aún no ha conseguido. Pero está preparándose para la salida de su próximo boletín, en el que ha estado trabajando bastante, aprendiendo mucho de internet, de televisión.
Empecé a buscar empleo de cualquier cosa, pero estoy sobrecalificado” (risas).
Vía internet, con audio y video, pretende difundir su columna de opinión con una perspectiva internacional. “Me he propuesto un horario de trabajo. Cada mañana voy a un café cerca de mi casa en el que hago oficina y me pongo a trabajar. Hasta ahora en mi libro, preparando el boletín y haciendo emisiones vía Twitter, a las 2 p.m., hora de Miami”. Luego en la tarde le dedica bastante tiempo a la educación de su hijo menor. “Acá la educación es completamente diferente, tiene un sentido muy práctico”.
Emilio Palacio volvió a ser noticia recientemente al ser reconocido junto con Gay Talese como los ganadores de los Premios Internacionales de Periodismo de diario El Mundo. En su caso, el galardón concedido es Columnistas del Mundo, que incluye la suma de veinte mil euros (unos $ 26.000). Para asistir a la ceremonia, que se realizará el 14 de diciembre en Cádiz (España), ha debido hacer una petición a las autoridades migratorias de EE.UU. para que le autoricen viajar a España. “Para mí es un honor. Y el hecho de tomarme una foto junto con Gay Talese es en sí otro premio”.
Esta mañana, desde su departamento ubicado en el sur de Miami, Emilio manifiesta que le gusta esa ciudad: “He descubierto la verdadera Miami, no la que se ve en fotos con rascacielos, sino la que tiene bosques; desde la ventana de mi departamento que está un poco alto veo los esteros”. Dice que eso le recuerda a Guayaquil, seguidamente indica que allá los esteros están muy limpios y cuidados y que casi no se ven anuncios publicitarios ni los tallarines de cables. “Yo diría que es una ciudad ecológica”, y con su característico humor remata: “Seguramente a Alberto Acosta le gustaría muchísimo vivir aquí”.
Dice que al irse tuvo que donar los libros de su biblioteca, solo se llevó la Historia del Ecuador, de Carlos Espinoza. Le pregunto qué es lo que más extraña de su vida guayaca. Sin pensarlo responde: “EL UNIVERSO”.
¿Piensa volver? “Yo tengo ganas de regresar. Viví varias veces en el extranjero, en Buenos Aires, Barcelona, pero volví porque quería hacerlo. La local es importante: dónde nacemos, dónde crecimos... Otra cosa es si se podrá volver pronto, eso no lo sé. Si pasa el tiempo y mis hijos hacen su vida acá... Incluso, el mismo hecho de escribir desde EE.UU. le da a uno independencia para opinar”.
*Coordinadora de Opinión de EL UNIVERSO
El otro ganador
Se desempeñó como reportero del New York Times desde 1956 hasta 1965. Luego escribió para el Times, Esquire, The New Yorker, Harper’s Magazine y otras publicaciones de reconocido prestigio internacional.
Nació en Ocean City, Nueva Jersey, en 1932, y actualmente vive en Nueva York. Su perfil ‘Frank Sinatra está resfriado’ fue considerado como la “mejor historia publicada por Esquire”.
Es uno de los periodistas más reconocidos en todo el mundo por la manera de abordar a sus personajes y acercarlos al lector, por su narrativa limpia, precisa, bella. Ha sido uno de esos periodistas que ha logrado igualar la narrativa periodística con la mejor literatura, sin por ello traicionar las exigencias de cualquier relato periodístico. Le interesa el ser humano sobre todas las cosas y de ello ha dejado un impagable testimonio en sus perfiles.
LO QUE EL DIARIO ‘EL MUNDO’ ESCRIBIÓ
En la web del diario español El Mundo (www.elmundo.es) se menciona que los Premios Internacionales de Periodismo que entrega siempre han mostrado una sensibilidad especial con la defensa de la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo en toda su esencia. En su XI edición, estos valores han guiado al jurado para reconocer la palabra que describe la realidad en todos sus matices y frente a la represión del poder político. Por un lado, el Premio Reporteros del Mundo ha recaído en Gay Talese, mientras que el de Columnistas del Mundo ha sido para el periodista ecuatoriano Emilio Palacio. Ambos premios han sido concedidos por unanimidad del jurado.
Los dos reconocimientos se instituyeron como recuerdo y homenaje a José Luis López de Lacalle, el de Columnistas del Mundo, y a Julio Fuentes y Julio Anguita Parrado, el de Reporteros del Mundo.
El jurado opinó que Gay Talese “es uno de los gigantes de la historia de la Literatura y el Periodismo contemporáneos. Ha elevado la no ficción a categoría literaria. Su obra es periodismo literario”.
El premio Columnistas del Mundo, recaído en Emilio Palacio, ex columnista de EL UNIVERSO de Guayaquil, “es un reconocimiento muy importante, porque Palacio simboliza a todos los periodistas de América Latina que están sufriendo una importante represión. Reconocer a Palacio supone lanzar un mensaje de apoyo y ánimo a aquellos que día a día ven mermada su libertad de prensa. Hay países como Ecuador, Venezuela, Bolivia o la propia Argentina, que quieren vivir sin prensa libre e independiente”, reflexionó el jurado.
En septiembre del 2011, un juez condenó al periodista a tres años de cárcel y al pago de $ 10 millones al Diario y $ 30 millones solidarios a directivos y a Palacio.
El premio a Emilio Palacio tiene, además, un significado especial, ya que este año la entrega de estos galardones tendrá lugar en Cádiz, coincidiendo con la conmemoración del bicentenario de la Constitución de 1812.
“Cádiz se ha convertido en un lugar de encuentro y reflexión, de defensa de las libertades. La entrega de estos galardones va a suponer un espaldarazo”, apunta Teófila Martínez, alcaldesa de la ciudad. El jurado también recordó que Cádiz es la ciudad-puente, el enlace con América Latina.
El jurado de esta edición está encabezado por los directores de cuatro de los periódicos más influyentes de Europa: Pedro J. Ramírez, director de El Mundo; Ferruccio De Bortoli, director del Corriere della Sera; Alan Rusbridger, director de The Guardian y Nicolas Demorand, director de Libération, estos tres últimos representados por sus corresponsales en España. Este año también participó Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, entre otros.
Los galardones tienen una dotación de 20.000 euros en cada una de sus categorías y una escultura de Martín Chirino.