Cristián Rendón: El juguetero de la Trinitaria
Cristián Rendón, usando material reciclado, confecciona a mano muñecos de superhéroes famosos y los de su propia cosecha.
Ocurre en el Guayaquil profundo. Batman, He-Man, Spiderman, Superman y otros superhéroes de revistas, televisión, video juegos y películas tienen como lugar de nacimiento a la isla Trinitaria. Exactamente en la cooperativa Polo Sur. En la modesta vivienda del juguetero guayaquileño de 35 años Cristián Rendón Benítez.
La mañana que lo visito, él está libre porque ninguna empacadora lo ha convocado para que trabaje estibando sus mariscos de exportación. También se ha ganado el pan cargando cajas de banano en el puerto marítimo, laborando en compañías de mudanzas y camiones de aseo de calles.
De niño, por falta de recursos, solo pudo terminar la primaria. Su historia es la de un creativo que necesita auspicios y oportunidades para triunfar con sus propias creaciones.
En julio acudí a un evento del Cómic Club de Guayaquil. En la Plaza Colón, los participantes exhibían y ofrecían publicaciones, recuerdos, superhéroes con marca de fábrica, etc.
Lo original estaba sobre un mesón: un puñado de superhéroes hechos artesanalmente con material reciclado: versiones criollas de Superman, Batman, Spiderman, Alien, Robocop, He-Man y el tigre, Skeletor y otros guerreros que miden apenas de 10 a 15 centímetros. Tras esos superhéroes, medio cohibido, estaba Cristián Rendón. Era la primera vez que exhibía sus muñecos. Se había atrevido a ir alentado por su madre. “Era la primera vez –confiesa– y antes de ir pensaba: si voy, van a decir que soy un loco, un payaso, un ridículo”.
Su original ‘Liga de la furia’
“Desde pequeño me llamaron la atención los superhéroes –cuenta–, entraba a las jugueterías –todavía lo hace y por horas– y no quería salir de ahí, siempre me han gustado las figuras de acción”. Veía todos los programas de superhéroes y también le gustaba jugar pelota.
Todo comenzó a sus 11 años. Utilizando cartón, papel celofán y manteca hizo a las tortugas Ninja, a superhéroes y futbolistas. Como su familia no tenía dinero para obsequiarle esos muñecos, Cristián después de estudiarlos, empezó a confeccionarlos para jugar. Jamás pensó exhibirlos o venderlos. Empleando cartón, madera, frascos de brillantina, tapas de gaseosas, envases de desodorantes, papel de colores, témpera, entre otros. Trabaja con cuchillos, tijeras y principalmente con su fantasía.
“Algunos compañeros del Cómic Club me aconsejaron que debía industrializarme, ya no hacerlos a mano, sino de plástico y utilizando moldes –comenta rodeado un ejército de diminutos héroes–pero para eso se necesita de dinero, de un apoyo”. Durante el evento de julio, le compraron cuatro muñecos, cada uno a $ 5 dólares, aunque él pedía $ 10. Confeccionar un muñeco le lleva hasta 9 días. Lo hace en sus días libres. Cada una de sus piezas son únicas e irrepetibles. Ahora que los tradicionales monigotes –año viejos– son hechos con moldes.
Lo más original y prometedor de Cristián Rendón es que está creando sus propios superhéroes, agrupados en La Furia. “La Furia es una invención mía, es una lucha a lo Mortal Combat, entre el bien y el mal”, dice como un niño feliz. Entre sus personajes están Faxton, una especie de diablo. Otros combatientes son: Roterman y Mackenzie que se enfrentan a los héroes del bien: el monje Isan Liun, la Gárgola y Gallius, en su saga participan personajes históricos como Juana de Arco y Napoleón Bonaparte.
Cuando abordo un taxi rumbo a casa, imagino a Cristián Rendón jugando con sus superhéroes. (I)
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