Andrea Fiallos y su verde lucha
Andrea Fiallos quiere más árboles en Guayaquil. Su reto actual: ‘Yo voto por un árbol’.
Mi encuentro con Andrea Fiallos en el Malecón del Salado, donde se realizó esta entrevista, trajo a la mesa varias memorias de cuando inició como activista ecológica.
Los arbustos de nim y el estero que acompaña a ese espacio urbano con sus dos brazos verdes, tal como se admira en el paisaje desde el puentecito sobre la entrada de la Universidad de Guayaquil, le recordaron la creación de su libro Árboles de Guayaquil. Se trata de una guía fotográfica que incluye flashes de ese sector y otros, con especies nativas y endémicas, y cuyo fin es difundir sus orígenes y cuidados.
Decidió emprender este proyecto para impulsar la conciencia ecológica justo al tiempo que nacía la fundación La Iguana, para la protección de los árboles de la ciudad. De esto, hace aproximadamente 7 u 8 años.
“El 2009 fue un año decisivo para mí”, continúa relatando. “Tenía 24 años. Quise reorganizar mi vida y qué estaba haciendo, cuál era mi objetivo. Siempre he pensado que tengo un propósito, lo estaba buscando en ese momento”. Ese deseo la llevó a reconectarse con sus días más felices: su niñez. “Crecí rodeada de árboles, recuerdo la hacienda de mis abuelos, su casa en la playa. Mi abuela era una mujer muy conectada con la naturaleza, con sus jardines, bonsáis y plantas”.
“Regresé a los sueños y sentí la impotencia de ver cómo talaban mi árbol favorito para construir un nuevo puente o paso a desnivel. Eso me hizo dar cuenta de que yo tenía el poder de hacer un cambio en la sociedad”.
Cualidades del activista
De sus inicios, ella destaca el coraje, la valentía, la persistencia, la constancia y esa cualidad sin nombre que conocemos todos los ecuatorianos de ‘ser lanzados’ para conseguir lo que más se anhela, sobre todo si lo consideramos justos. Por ello esas características parecen ser obligatorias del activismo.
“Me ‘lancé’ y en el camino iba viendo lo que hacía falta. Seguía trabajando, hice unas primeras siembras, planes pilotos con mi dinero y colaboraciones de mis amigos. Tenía muchas ganas de aprender esto”. Andrea cree que esa pasión le ayudó a conseguir el respaldo de muchos.
La fundación actualmente, afirma, tiene alrededor de 10.000 voluntarios (greenvolunteers), junto con profesionales en medio ambiente (greenleaders) como el ingeniero forestal Francisco Salas, y los ingenieros ambientales Andrea González y José María Vivar. Y hay más personas que siguen sumándose aún, convocados por las campañas en redes sociales o voluntarios que nacieron después de un día de siembra organizado entre La Iguana y empresas privadas.
Igual de preciado para Andrea ha sido una gran dosis de seguridad y confianza que se hace más robusta con las experiencias y los años. “Por ser joven no tenía credibilidad, muchas veces la gente mayor es injusta, no considera lo valioso que pueden aportar los más jóvenes.
A veces, la experiencia del adulto supera el rol de la mujer y el del joven”.
Aún se topa con esos estereotipos, agrega, pero también ha ganado la atención de alcaldes, políticos y empresarios que creen y apoyan su visión.
¿Por qué sembrar árboles? “Porque quiero ver una ciudad más bonita, brindarles a los demás espacios más frescos, que la gente pueda pasear al aire libre en vez de ir a un centro comercial. La vegetación nos provee de todo, de mejor calidad de aire y sombra, reduce los hornos de calor, aísla la contaminación sonora, eleva la plusvalía, mejora la calidad de vida. Somos más felices cerca de un árbol”.
Ecología en marcha
Así mantiene con vida la gran campaña Sembrando una Ciudad, que impulsa desde el nacimiento de la fundación. Con este proyecto ha impulsado plantaciones de caoba, fernansánchez, figueroa y nogal de montaña, en Samborondón y Daule; guayacán, cascol, en Playas; y guayacán amarillo, algarrobo, muyuyo en Guayaquil, en varias avenidas, como Barcelona, San Eduardo y la Francisco de Orellana.
Su siguiente enorme paso es la materialización de políticas en este tema. De ahí la iniciativa Yo voto por un árbol. “Es un llamado de atención a los políticos y ciudadanos para exigir proyectos ambientales reales y posibles”, explica.
Para la presidenta de la fundación, es crucial construir temas agroforestales, alentar microempresas rurales con respeto a los bosques. “Son temas urgentes que jalan votos e incluyen otros sectores del país, como minería, economía, preservación de recursos renovables”. Continúa: “Queremos que los políticos se reúnan con nosotros y conversen sobre nuestros proyectos y así aportar en sus planes”. (I)
Más información: www.facebook.com/FundacionLaIguana, @fundacionlaiguana (Instagram). Web: www.fundacionlaiguana.org.