Alfonso Espinosa de los Monteros: Después del Guinness

07 de Septiembre de 2014
Cristóbal Peñafiel V. | Foto: Alfredo Cárdenas

Su presencia ha definido la historia de la televisión ecuatoriana durante casi medio siglo. Alfonso nos recibe en su casa de Cumbayá para un diálogo muy personal.

La noticia ahora es él: Alfonso Espinosa de los Monteros. A los más de 47 años de contar historias tuvo que hacer un alto para escuchar su propia historia: entró en el Récord Guinness como el presentador de televisión que más años ha permanecido en la misma función, en el mismo canal y en el mismo horario.

Y, claro, Espinosa de los Monteros anda feliz. Y agradecido con la vida, con su profesión, con la aceptación de sus televidentes, su gran público.

Pero luego de tanto tiempo refiriéndose a los protagonistas de los hechos, ha tenido que aprender al paso a ser uno de ellos también. Y esto no lo incomoda, más bien lo disfruta.

Nos recibe en su casa de varios ambientes, en Cumbayá, un sector precioso, con una impresionante vista al valle de Tumbaco. Don Alfonso, como se lo conoce, viste casual, con un saco que cuelga de los hombros, una facha nada común para quienes noche a noche lo siguen en su noticiario de Ecuavisa.

Siempre quedan pequeñas frustraciones, cosas que uno hubiera querido hacer y no las hizo, pero no importa, porque uno encontró un camino para realizarse. Estoy muy contento sobre todo por haber escogido este camino del periodismo”, Alfonso Espinosa.

¿Cómo está viviendo esta faceta de entrevistado?

Es más difícil que ser entrevistador, porque ahí uno tiene la sartén por el mango y maneja todo, pero cuando uno es entrevistado, no sabe por dónde va a caer la tormenta.

¿Cuando le piden una entrevista levanta las dos cejas o ninguna?

(Risas) Seguramente levanto las dos. De esos gestos no me doy cuenta, no los hago conscientemente, aunque se me acusa de que hago gestos con intención... pero así somos algunas personas: expresivas.

¿Y qué quiere decir cuando levanta la ceja izquierda?

No quiere decir absolutamente nada... jajaja.

¿Y la derecha?

Tampoco tiene predisposición. Es una manera natural. Un instructor me dijo que yo era muy expresivo y me recomendó que trabajara en televisión. Mis gestos no tienen ningún significado. El significado lo da quien mira.

Pero cuando termina un comentario, usted levanta las dos cejas como diciendo que así sea...

Probablemente estoy reafirmando lo que he dicho o creando un espacio de silencio como para que la persona que oye reflexione.

Quienes lo conocen detrás de cámaras dicen que usted es una persona de muy buen humor, pero en la pantalla eso no aparece...

La verdad es que no sé si sea realmente de buen humor... jajaja; algún sentido del humor probablemente tengo, por ese espíritu crítico que tenemos los periodistas puede ser que me salga alguna cosa así un poco satírica. En la vida normal de repente suelto mis ironías y la gente se ríe...

¿Qué lo pone de mal genio?

(Se pone serio, respira... luego se ríe). Las preguntas incómodas de los periodistas, esa que sea la respuesta... jajaja. No, no es una broma, la verdad es que para ponerme malgenio tiene que ver con el estado de ánimo que tenga. Es típico que uno se ponga malgenio cuando está tenso, allí puede haber un mal gesto o algunas palabras que le dicen que a uno lo han sacado de casillas, pero normalmente soy tranquilo, autocontrolado, sereno y difícilmente me pongo malgenio...

Mantiene la calma en favor del público que usted no sabe en qué actividades se encuentra mientras lo mira en la pantalla...

Trato de ser respetuoso con el público. El hecho de que le abran las puertas de la casa es un privilegio y uno debe responder con cortesía... Muchos, además de que están siguiendo el noticiario, están cenando y por qué los voy a incomodar la cena... Hay cosas que ya no dependen de mí, sino de las noticias... Y hay noticias que incomodan y otras son alentadoras, bonitas...

¿Qué es lo que le levanta el ánimo?

El ejercicio. Hago cuatro sesiones a la semana: camino, troto. Y me gusta nadar. El ejercicio es un motor para prender el ánimo, le pone despierto mentalmente y estable emocionalmente, muy receptivo, muy sensible; eso ayuda mucho...

¿Es de las personas que toman agüita para calmarse o se muerden la lengua?

Jajaja... No... Como soy más bien tranquilo, el agüita tomo únicamente para la sed que es lo mejor...

¿Qué es la vida para usted?

Un desafío permanente. Uno está enfrentando retos grandes y pequeños en todas sus facetas: frente a la familia, en el trabajo, con los amigos. Y en mi caso, con el público televidente... Uno siempre está asumiendo algún tipo de desafío que implica alguna meta. Si estamos siempre respondiendo a este espíritu desafiante que tiene el ser humano, entonces estamos caminando...

El periodismo y la televisión son actividades muy creativas que a uno lo tienen constantemente funcionando; siempre se está produciendo a veces hasta cuando uno está con los ojos cerrados, pretendiendo descansar”.
Alfonso Espinosa

Y después de lograr un Récord Guinness, ¿cuál es su próximo reto?

Más que retos tengo planes: estoy escribiendo mis memorias, tengo un libro avanzado, con historias lindas, no solo anécdotas de mi vida periodística, sino también hechos de la historia del Ecuador, de las últimas décadas. De alguna manera yo he sido el relator de esta historia, entonces creo que vale la pena que sea yo el que la recuerde pero, como dice García Márquez, desde mi perspectiva. Él dice que la historia no es como es, sino como uno la ve.

Pero lo completo es escribir dos libros: el uno como yo me veo y el otro tal como me ven a mí...

El segundo que lo escriban otros, jajaja. Pero más que verme a mí mismo, en el libro trato de ver la historia del país. Desde luego no es una historia en el sentido riguroso de la palabra: no soy un historiador, soy un narrador, alguien que escribe cuenta, informa, recuerda, evoca los hechos que han pasado.

Dicen que cuando alguien anuncia que está escribiendo un libro es porque está a punto de retirarse de la actividad...

(Risas). No sé... Es una cosa que me preguntan siempre y yo me pregunto todos los días: ¿cuándo es el día de retirarse? No porque quiera retirarme, sino porque sé que es algo que tiene que llegar en algún momento. Pero como he visto en los últimos días hay un gran respaldo del público a mi trabajo que yo siento una responsabilidad y digo: no podría retirarme. La gente todavía espera más de mí y prefiero estar ahí en el campo de batalla y seguir adelante para tratar de cumplir con ese público todos los días.

¿Cómo se vería la historia de la televisión ecuatoriana sin Alfonso Espinosa de los Monteros?

Chuzo... jajajaja ¡Poniéndome como televidente yo...!, jejeje. Tal vez sería un poco distinta porque tengo muchos años en el oficio y he tenido continuidad. He logrado cultivar una confianza muy sólida de parte del público, tengo una alta credibilidad. Sería una televisión distinta sin mí, pero no creo que hubiera sido una televisión vacía ni mucho menos, porque otras personas habrían salido a hacer las cosas que yo hago y alguien alcanzaba todavía más confiabilidad que yo...

¿Está contento con lo que ha vivido?

Sí. Siempre quedan pequeñas frustraciones, cosas que uno hubiera querido hacer y no las hizo, pero no importa, porque uno encontró un camino para realizarse. Estoy muy contento sobre todo por haber escogido este camino del periodismo, de la comunicación, que tiene tantas cosas maravillosas. Es un gran servicio público, es cumplir el derecho de la gente, porque el derecho de ser informado y de informar no es solo de los periodistas, sino de todos nosotros. El periodismo y la televisión son actividades muy creativas que a uno lo tienen constantemente funcionando; siempre se está produciendo a veces hasta cuando uno está con los ojos cerrados, pretendiendo descansar. Toda esa creatividad le permite vivir sin aburrimiento.

¿Qué le ha dado Guayaquil?

Soy muy agradecido de Guayaquil. Me dio mucho: la calidez de la gente, ese espíritu abierto entregado del guayaquileño; es fácil entenderse con un guayaquileño; me dio una familia, mi esposa, mis hijos; me permitió ser uno de los pioneros en el periodismo televisado; me dio un equipo de fútbol: Emelec. Me hice hincha de este equipo de la mano de mi padre con quien íbamos al estadio; soy azul, de la época del Ballet Azul, aunque en la familia hay más barcelonistas, incluidos mis hijos...

¿Y cómo viven el Clásico del Astillero?

Con tensiones, jajaja. Es muy interesante. El fútbol guayaquileño es de mucho pegue, es popular.

 

UN ‘BOLEO’ RÁPIDO

¿Qué le dice la palabra libertad?

Es el principio fundamental de la vida. El ser humano nació para ser libre.

¿Récord de Guinness?

Un reconocimiento. Algo que nunca había pensado recibir.

¿Papa Francisco?

Una esperanza para los católicos.

¿Barack Obama?

Un hombre de mucha mentalidad social.

¿Nelson Mandela?

Uno de los seres más admirables que ha dado la humanidad.

¿Fidel Castro?

Persona con habilidad para sostener un país en condiciones difíciles.

¿Velasco Ibarra?

Filósofo, honrado, sano, bien intencionado, pero mal administrador.

¿Julio Jaramillo?

Un ídolo grande.

¿Jaime Roldós?

Fue una esperanza, pero sin tiempo para desarrollar sus ideales.

¿Rafael Correa?

Se me viene a la mente una sabatina dura.

¿Jaime Nebot?

Hombre muy práctico y de muchos valores.

¿Pelé?

Un ídolo de mi niñez.

¿Maradona?

Gran futbolista que no supo manejar su triunfo.

¿Jefferson Pérez?

Ejemplo increíble de superación.

¿Andrés Gómez?

Un gran deportista.

¿Toty Rodríguez?

Una maravillosa compañera de actuación.

¿Charles Chaplin?

Un genio.

¿Cantinflas?

Ser que dejó una huella profunda en la humanidad.

¿Jesucristo?

El Hijo de Dios.

¿Televisión?

Mi mundo, mi vida, lo mío.

 

  Deja tu comentario