Marcelo Marchán

11 de Noviembre de 2012

Él fue un amigo a quien solo conocí por sus escritos. Sin embargo, ha sido un gran profesor de redacción y alguien que me hizo reír en las buenas y en las malas. Hoy no está más con nosotros, pero dejó su humor como lo mejor bien dentro de su testamento.

Ya no estará más los sábados de madrugada en la versión online del diario, para recibirme luego de llegar de una fiesta. Aparte de su humor, nos ha dejado otro gran legado, su querido Partido Ecuatoriano de Oposición (PEDO) para seguir su incansable lucha en contra de la bilis establecida. Seguramente hoy vuela más alto que los techos voladores del Miduvi, el Canario Uno de Maruri o sus muy amados Dhruv. Obviamente lo hace gratis como el nieto de cierto presidente de cierta Asamblea Nacional de equis PAÍS.

Desde este 29-O, ¡Prohibido Amargar! Adiós. querido compañero, Tomás del Pelo

Mauricio Torres

 

Para mí fue una gran pena la muerte de una de las personas por la que madrugaba los sábados a leer EL UNIVERSO. Me enojaba si alguien ya estaba en la computadora. Era mi ídolo, me alegraba la vida con sus comentarios todas las semanas. Difícil que alguien lo iguale. Paz en su tumba.

Brenda Villagómez Luque

 

El 13 de octubre a través del e-mail pregunté a Tomás del Pelo por qué la caricatura de su columna se parecía mucho al asambleísta César Montúfar, ¿acaso son la misma persona le decía o se parecen mucho? Respondiéndome el 20 de octubre: “Muchas gracias por escribirme. Aunque un poco tarde, respondo a su inquietud. No soy César Montúfar; soy un periodista guayaquileño vinculado a EL UNIVERSO desde hace casi cuatro décadas. Reciba un cordial saludo y espero que continúe leyendo mi columna allá en Pelileo, la tierra del jean”. Hay un vacío en EL UNIVERSO y una gran nostalgia en los lectores.

Juan Barahona Saá

 

Las cartas que se envían a larevista@eluniverso.com deben adjuntar la firma, el número de cédula y teléfono de quien las escribe. Por razones de espacio  podrán ser editadas.

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