Felicita a Vinteuil
Estimado Sr. Vinteuil: Le escribe un melómano y audiófilo, un convencido wagneriano y bruckneriano, un amante de la ópera, los soundtracks y de la mal llamada música clásica. Es gratificante que la actividad musical clásica siga en Guayaquil y que propongan nuevas obras de compositores no muy solicitados. Se escogió a un compositor muy difícil y hasta odiado se podría decir como es Schoenberg. Y acertaron en escoger una obra muy buena y digerible para el oyente como el poema sinfó nico Noche transfigurada, perteneciente a su época expresiva y aún tonal. Lo que me gustó más del escrito fue que usted va más allá de la mera información de la obra, usted hace la crítica de los conciertos en donde se interpretó o tocó (no son sinónimos) la obra en cuestión. Aunque yo no estuve presente en ninguno de los dos conciertos, su crítica ya me iluminó el panorama. Ya era hora de que alguien que sabe de música clásica escriba artículos sobre este género y, sobre todo, que haga la crítica del concierto. Y no me refiero al solo hecho de mencionar que la orquesta tocó bonito, o que hubo bastante público y que la gente aplaudió. Usted habla de tempos, dinámicas, matices, percepción de lo que se está escuchando y el criterio personal según los conocimientos e idionsicrasia de la obra y el compositor. Siga haciendo esas críticas especializadas de los conciertos clásicos. Si está mal el fraseo, el tempo o falta empuje en una lectura musical, o se nota que falta más preparación o mejor estudio de la partitura, dígalo. Se supone que todo esto se hace para corregir los errores, para mejorar. La música clásica y el público general lo merecen. Esperaré su próximo artículo.
Jaime Cedeño R.