El Selectivo, colectivo de arquitectura

Un grupo de jóvenes profesionales forma parte de un colectivo de arquitectura que busca generar nuevas ideas. Su nombre, El Selectivo.

Menos de diez minutos en transporte particular es el tiempo que les toma llegar desde la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG) hasta la ‘estación’ de El Selectivo, en Urdesa, a algunos ‘pasajeros’ que trabajan como docentes en esa institución. Otros parten de la Universidad de Guayaquil o de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y unos cuantos viajan de diferentes ciudades para ‘subirse’ a este colectivo de arquitectura (agrupación de individuos unidos por lazos profesionales).

El nombre de El Selectivo, según explican dos de sus integrantes, los arquitectos Filiberto Viteri y Karen Wilson, fue elegido porque querían “jugar con la palabra colectivo”, refiriéndose no solo a un grupo, sino también a un bus.

“Es un espacio en movimiento dedicado a la transportación de ideas y proyectos de arquitectura y urbanismo”, dice Viteri.

“Se ‘moverá’ a través del espacio urbano, abordando diferentes temas definidos como ‘paradas’, permitiendo a los que van a bordo recorrer, observar, investigar, conocer, reflexionar y producir. Así lo presentamos en un video el día de la inauguración de nuestra sede en Urdesa, el 14 de diciembre del 2012. Eso sí, este bus no es un colectivo cualquiera”, acota Wilson.

Ellos explican que al darle la característica de ‘selectivo’, otorgan un valor adicional en relación a otros ‘buses’ (grupos). “Haciendo un poco la comparación, al subirse a un selectivo al pasajero se le exige un aporte mayor, dinero en ese caso; en nuestro grupo esto implica que los participantes aportarán con más comentarios, críticas e ideas para generar proyectos que puedan participar en concursos internacionales”, señala Viteri.

Los mentalizadores de El Selectivo son jóvenes arquitectos con experiencia profesional que han realizado una maestría, en su mayoría en el extranjero, y que en la actualidad ejercen como actualizados docentes en las universidades mencionadas. Los miembros activos del grupo son los esposos Karen Wilson y Jorge Ordóñez, Enrique Mora, David Hidalgo, Filiberto Viteri y los hermanos Ricardo e Iván Sandoya, este último ingeniero en computación.

Tal como lo expresa su descripción en Facebook, Ricardo explica que este grupo de amigos considera que “el pensamiento, la crítica y la innovación de las prácticas ligadas a la arquitectura y el diseño urbano en la Costa ecuatoriana están paralizados”, por lo que opinan que es necesario transmitir que estas disciplinas, además de ser un arte, están en constante movimiento, cuestionamiento y actualización.

“Al principio, los miembros del equipo nos reunimos por la visita de Wilfried Wang, arquitecto alemán y antiguo profesor de la Universidad de Navarra, quien vino a impartir charlas sobre crítica arquitectónica. Este evento marcó la pauta para empezar a frecuentarnos en varios lugares y conversar sobre la problemática expuesta anteriormente. Todo esto hace un año y medio; pero ahora el entusiasmo es mayor porque contamos con nuestro propio espacio físico”, manifiesta Sandoya.

No obstante, Mora señala que la idea radica no solo en quedarse en la crítica o discusión sobre qué problemas hay en la ciudad, sino también en buscar soluciones ‘físicas’ al hacer varias propuestas.

Para ello, Ordóñez dice que desarrollarán conversatorios, exposiciones, talleres, cine-foros, cursos y demás actividades impartidas por sus miembros, que estarán dirigidas a profesionales, estudiantes y demás interesados.

Asimismo quieren involucrarse con otras disciplinas, por lo que hay vínculos con la galería de arte Espacio Vacío, además de que el área donde funciona la sede es compartida con la Casa Morada, un espacio dedicado a la cultura.