Entre la U. y el trabajo

21 de Febrero de 2016

Existen factores importantes al momento de buscar un puesto laboral mientras se estudia. Incluso puede aparecer la decisión de cambiar de especialización.

Después de los 30
Cambiar de carrera

El dicho popular afirma que si no se hizo carrera hasta finales de los 30, ya no se la hace más. Sin embargo, algunos hacen esfuerzos expresos por no seguir ascendiendo en la empresa, muchas veces para poder pasar más tiempo con la familia. En el fondo, albergan la esperanza de poder hacer carrera después de los 40. Y, de acuerdo con especialistas, no se trata de una idea tan descabellada.

El mundo del trabajo cambia a pasos agigantados y las posibilidades de ascenso tardío son cada vez mayores. Por eso es importante preguntarse: ¿Qué es lo más importante en este momento? ¿Podré volver a tener una oportunidad así?

La verdad es que hay pocas posiciones altas que impliquen el paso por varios estamentos previos, de modo que sea necesario empezar a trabajar de muy joven en la empresa. ¿Pero cómo saber si se puede dejar pasar una oportunidad y si habrá una segunda similar?

Lo mejor es estudiar los perfiles de otras personas que trabajen en el mismo ámbito que uno en redes sociales como Xing y LinkedIn. ¿Qué caminos recorrieron? ¿Qué posibilidades tiene alguien con un perfil parecido al mío? Estas preguntas pueden brindar pistas para saber cuándo hay que prestar atención a una oportunidad.

Otra posibilidad es preguntar a conocidos que trabajan en el mismo ámbito cómo ven que uno descarte a los 30 años una oportunidad que quizá no vuelva a repetirse. También se puede consultar con un “headhunter”. Lo ideal es preguntarle a la mayor cantidad de personas posibles para contar con una idea acabada.

Perfil de facebook
Buscando un nuevo puesto

La foto de perfil de Facebook o de otras redes sociales puede ser decisiva cuando uno se está presentando a un nuevo puesto de trabajo. Un grupo de investigadores de la Universidad de Gent envió 2.000 solicitudes de empleo ficticias respondiendo a búsquedas activas en distintos rubros.

La formación y la experiencia de los postulantes eran muy similares, pero sus fotos en Facebook eran distintas.

Los resultados demostraron que los empleadores suelen observar el perfil de los postulantes en las redes sociales. Además, también quedó demostrado que los que tenían una foto de perfil más atractiva tuvieron mejor repercusión.

Ese grupo tuvo un 20 por ciento más de respuestas positivas e incluso fue invitado un 40 por ciento más a una entrevista de trabajo.

Lo que el estudio no logró precisar es qué incidencia tuvo el resto de informaciones que se obtienen a través del perfil de las redes sociales.

Durante la entrevista
Ante todo modestia

Esta cualidad puede ser una ventaja en las entrevistas de trabajo, así lo revelan especialistas quienes afirman que hablar demasiado bien de uno mismo cae mal, sobre todo cuando se busca empleo o se tiene un diálogo por un posible ascenso. Un estudio llevado a cabo por el Instituto de Psicología de la Universidad de Bonn, en Alemania, determinó que mostrar cierta modestia en una entrevista de trabajo rinde más que promocionarse ostensiblemente.

Esto rige sobre todo cuando los candidatos parten de la base de que quien los entrevista conoce de sobra sus fortalezas y capacidades. Esto brinda el perfil de una persona más simpática y capaz que cuando no se hace más que hablar bien de uno mismo.

El trabajo se basa en tres estudios. En dos análisis experimentales los participantes tenían que evaluar postulantes ficticios. Debían evaluar qué tan capaces y simpáticos los consideraban y con qué probabilidad les ofrecerían un puesto. Los candidatos emplearon distintas estrategias: desde halagar al otro y promocionar sus virtudes hasta presentaciones más modestas. La mayoría de las veces fueron mejor evaluadas las presentaciones modestas.

El tercer estudio analizó la relación entre la autopercepción de los empleados más jóvenes en sus trabajos y la percepción que tienen de ellos sus jefes. Los jóvenes más modestos en su propia percepción, y que mostraban eso mismo hacia afuera, fueron considerados más simpáticos y capaces. (I)

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