Muy cerca de su público

De la tele a las tablas. Los actores de Ecuavisa estrenan este viernes, El bombazo, una comedia en torno a un amor imposible. Se verá en el Teatro Fedenador.

Este montaje teatral genera muchos contrastes en la vida de uno de sus intérpretes, el actor Jonathan Estrada, de 28 años.

Sus seguidores lo conocen como Marcelo Guamán, personaje que los hace reír cada noche en televisión. Pero antes de El combo amarillo, de Ecuavisa, Jonathan era un actor de teatro, alejado de las cámaras y protagonizaba Bodas de sangre, nada menos que una obra trágica de Federico García Lorca.

El género y el escenario no son lo único que había cambiado. “Cuando empecé a hacer las primeras obras universitarias, ¡yo invitaba para que vinieran a verme! Nadie pagaba”, recuerda Estrada.

Hoy, Jonathan y sus compañeros de El combo amarillo son figuras muy queridas en el país. Y lo saben, no solo por los comentarios que reciben a través de redes sociales, también tienen premios que lo ratifican. El programa ha ganado tres años consecutivos como Mejor Programa Comedia en los premios del Instituto Superior de Estudios de Televisión (ITV). Jonathan triunfó también en tres ocasiones como Mejor Actor de Comedia.

En un esfuerzo por acercarse a ese público que los sintoniza todos los días, alistan la puesta en escena de El bombazo, una comedia romántica en la que mantendrán la esencia de sus personajes televisivos, pero esta vez dejarán las cámaras para pararse a pocos metros de sus seguidores.

“En cualquier parte del mundo, los actores de televisión también hacen teatro. Ellos son excelentes y el público no ha tenido la oportunidad de verlos en vivo”, comenta Paco Cuesta, director general. “Para ellos también es importante sentir esa respuesta del público, se alimentan de ese contacto directo”.

Los actores se vestirán de nuevos personajes en esta historia que se aleja de la trama de El combo para contar el encuentro del cabo Becerra (Estrada) y Lucía (Krysthel Chuchuca). En una especie de Romeo y Julieta (a la ecuatoriana), este policía quiteño quedará flechado al conocer a Lucía, una guayaquileña que trabaja de garota en shows de La hora loca.

La falla (como se diría en jerga guayaca) es que Becerra ya tuvo un revés amoroso con una guayaca (y ahora tiene miedo de involucrarse sentimentalmente). Lo turro es que también la mamá de Lucía (María Mercedes Pacheco) tuvo una mala experiencia con alguien de la Sierra. Pero pese a todos estos conflictos, Lucía y el “chapa” sí se han enamorado. ¡Esa es la plena!

Impulsado por esa fuerte atracción, el cabo hará todo por conquistarla. ¡Aunque tenga que disfrazarse de un mismísimo guayaco! Y para lograrlo, le pedirá ayuda a su mejor amigo, Don Day.

Los acompaña la actriz Tábata Gálvez, quien tiene varios roles, entre ellos, la novia de Don Day, otra guayaca sabrosa, como la describe Cristian Cortez, quien elaboró el libreto junto a Miguel Calero. “La historia tiene un cierto fondo social, es una crítica al regionalismo que, en este caso, hace que una pareja no pueda estar junta pero siempre prevalece la comedia”, explica Cortez.

“Queremos abordar las discrepancias que a veces se dan entre Costa y Sierra, pero siempre con humor. Esta vez, a través de una comedia romántica con un chico de la Sierra y una costeña. Él quiere acercársele, incluso alejándose de sus raíces, pero al final descubrirá que la mejor estrategia es siempre ser uno mismo”, comenta Andrés Garzón, director de la obra, quien por su trayectoria está familiarizado con el contexto televisivo y teatral.

Junto a este grupo de actores, que incluye a José Northia, como el papá de Becerra, Andrés trabaja para ajustar el carisma que ellos muestran en la pantalla chica a los parámetros teatrales, expresión corporal, manejo del espacio, uso de la voz, el ritmo de los diálogos, entre otras claves. “Todo esto les permite probar nuevos recursos, que el público los vea con destrezas diferentes. Y todo esto demostrará que son actores suficientemente hábiles como para estar también en un escenario”, dice Garzón.

Esta versatilidad se verá fortalecida por la escenografía, que estará dividida en algunas áreas, lo que les permitirá a los actores ejecutar escenas simultáneamente.

‘Soplaron’ con el montaje

El tiempo de montaje ha sido breve. La ventaja, dice Jonathan, es que ya son un equipo consolidado. “Ya tenemos cinco años trabajando juntos ¡y ya sabemos de qué lado dormimos y roncamos!”.

Este sentido de familia se extendió a la nueva integrante: la actriz Krysthel Chuchuca, de 23 años, quien colaboró por dos años junto a Flor María Palomeque y David Reinoso en La pareja feliz y Vivos. También integró el elenco de Ramón y Ramona 2, obra que se presentó en el Teatro Fedenador y en el auditorio del MAAC.

“Hacer televisión y teatro es totalmente diferente. Pero el estar en vivo frente al público es mucho más emocionante. Escuchas sus aplausos, los nervios te comen, pero luego esa adrenalina se convierte en la energía que necesitas para salir al escenario”, comenta Krysthel.

“Estoy muy agradecida, el equipo es fantástico. Sé que ellos tienen mucho tiempo trabajando juntos y pensé que sería difícil para mí, por ser completamente nueva, pero son actores muy profesionales que me apoyan muchísimo y me han ayudado a acoplarme”.

¿Las expectativas para la noche del estreno? “¡Que se llene!”, dice Estrada, entre risas. No solo por el factor económico, aclara. Ver la sala llena, en lugar de intimidarlo, lo inspira, lo llena de energía. “Al terminar la función sí quisiera decirme a mí mismo: Volviste al lugar donde empezaste: al teatro”. (D.L.) (I)

“La historia tiene un cierto fondo social. Es una crítica al regionalismo que, en este caso, hace que una pareja no pueda estar junta, pero siempre prevalece la comedia”, Cristian Cortez, libretista.

Funciones: El 3, 4, 10, 11, 17 y 18 de julio, a las 20:30, en el Teatro Fedenador. Entradas: $ 15 (planta alta), $ 20 (planta baja), $ 25 (vip) y $ 30 (golden). A la venta en Ticketshow (Musicalísimo del Mall del Sol, isla de San Marino y en Mr. Books del Village Plaza). Los días de función se venderán todo el día en el teatro.