Benjamin Clementine: 'Que mi música no opaque mi historia'

17 de Julio de 2016
  • En concierto. “Todos me observan, están sentados. El público ahora se ha rendido y yo tengo que seguirles demostrando lo que valgo”.
  • Portada. At least for now, álbum debut de Benjamin Clementine.

Antes de tocar en escenarios, lo hacía en las calles. Pero Benjamin Clementine no quiere la etiqueta de ‘cuento de hadas’. Prefiere que se hable de su arte.

La clave fue hablarse a sí mismo. Sus canciones fueron construidas desde la honestidad de sus pensamientos y sentimientos, conectados a su vida en las calles y el metro de París. “Lo que pasa es que nunca creí que alguien escucharía mi música. Pensé que podría decir lo que quisiera. Si lo hubiera pensado de esa manera, habría sido más cuidadoso”, dijo el cantante inglés Benjamin Clementine, para Irish Times. “¿Por qué no hablar de lo que estaba atravesando”, agrega el artista quien por meses no tuvo una residencia fija, mendigó y cantaba para cualquier transeúnte que le regalara una moneda.

Hoy podemos saber lo que estaba atravesando: “Estoy solo en una caja de piedra/ Cuando todo está dicho y hecho/, mientras el viento sopla de este a oeste/, sobre esta cama, mis lágrimas tienen su descanso solemnee”, canta Benjamin en Cornerstone. “Estoy solo, solo en una caja de piedra/. Ellos afirman amarme pero todos mienten/. Estoy solo, solo en mi caja y este es mi lugar, donde ahora pertenezco/.

Es mi casa, mi casa, mi casa, mi casa...”.

Benjamin no es huérfano. Pero siendo todavía adolescente, dejó a sus padres (de origen ganés) y a sus hermanos, en su natal Londres para trasladarse a París.

Londres-París-Londres

Su decisión no fue exactamente ‘huir’, estaba buscando su lugar, como lo acostumbraba hacer desde su infancia.

Según explicó para El País, pasó gran parte de su adolescencia en la biblioteca, que se convirtió en su santuario. Le cautivó la escritura de William Blake e Immanuel Kant, y le interesó en particular la obra del filósofo del siglo XVII John Locke, cuyo Ensayo sobre el entendimiento humano consumió como si fuera “sabiduría paterna”.

“No encajaba bien con mis compañeros ni con los profesores”, dice. “Así que me venía aquí a hacer los deberes, y, de pronto, eso se convirtió en mi vida”. “Quería encontrar a gente como yo, y lo conseguí con las personas a las que leía”.

Benjamin tampoco pensó que se dedicaría a la música. No pensaba que era una carrera que un niño podría elegir. “No fue hasta que no tuve nada más que mi música, que lo hice”, admite con total sinceridad.

Llegó a París con su música, deslumbrado por las luces de la ciudad, sin pensar que pronto él estaría bajo esos reflectores. Varios años después de tocar con una guitarra medio rota y un teclado barato, un agente lo descubrió y comenzó a abrirse camino en la industria musical.

Su voz y su talento explotaron finalmente en 2013 cuando apareció en Later... with Jools Holland, un show de la BBC, junto a Paul McCartney, Earth, Wind and Fire, entre otros artistas. Y su vocación, lo trajo de regreso a Londres donde grabó su primer disco completo: At least for now, con Virgin EMI. Su álbum cautivó a la crítica internacional.

Benjamin selló su conquista al recibir el premio Mercury, que reconoce al mejor álbum de Reino Unido o de Irlanda. El jurado lo describió como destacado pianista y cantante, dramático, íntimo y vibrantemente original.

“Si algún estudiante o niño o joven está viendo esto, quiero decirles que salgan y consigan lo que quieren”, dijo Clementine en su discurso de aceptación en noviembre de 2015. “Yo viví en las calles y entendí que se trata de que todos somos iguales y de ayudarnos mutuamente. Aprendí muchas cosas de París, aprendí a crecer como hombre”.

Sin cuento de hadas

Benjamin se siente hoy muy afortunado de que multitudes escuchen su música, pero no se siente una ‘Cenicienta’ de la industria

“No le desearía a nadie un día de lo que pasé cuando llegué a París”, dijo para el Irish Times. “Pero reconozco que hay quienes han atravesado peores escenarios. Pueden etiquetarme como quieran, pero si me preguntan, les diré que no fue nada fácil”.

¿Y qué hay sobre un segundo disco? Tampoco lo descarta, pero quiere tomarse su tiempo para escribir. “No quiero ser pretencioso y escribir sobre cosas que no están en mi corazón. Escribir sobre asuntos que me involucran, es lo más importante”.

Esa fidelidad a sus sentimientos será lo que marque la continuidad de su trayectoria musical. Hoy toca en escenarios con la misma entrega que lo hacía en los trenes de pasajeros. Y es la misma sinceridad con la que quiere continuar su composición. No escribir hits, solo ser honesto. “Sé, muy en el fondo, que lo que hace mi música lo que es, son mis palabras. Todo empieza conmigo queriendo decir algo. Pero una vez que ya me quede sin cosas qué decir, creo que habré terminado”. (D.L.A.) (E)

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