Nuevos mundos: Minecraft y youtubers
“Lo interesante de este fenómeno que va creciendo en las nuevas generaciones es que está marcado por la libertad, la independencia, la autonomía”.
Si alguno de ustedes no comprende por qué su hijo ya no ve tanta televisión es quizás porque ahí no encuentra a Vegetta777, Willyrex, Luzugames, Sara u otro de sus youtubers favoritos. Sí, youtubers. Esos personajes que aparecieron de la nada y que se dedican a publicar cortos. Estos que menciono lo hacen específicamente sobre videojuegos o alguna experiencia personal. Ellos son nuevos líderes de opinión, como lo fue un reconocido Bernard Fougeres, por ejemplo, para generaciones pasadas.
Solo Vegetta777 cuenta con más de 10 millones de suscriptores. Este youtuber español sube a la red videos sobre Minecraft, Mortal Combat, Grand Theft Auto, Dragon Ball, Battlefield, Smite o The Sims. En su página, así como en la de sus demás colegas, hay la opción de convertirse en mecenas y darle apoyo económico para continuar con su producción audiovisual.
Willyrex tiene dos canales en la red de videos: The willyrex, con más de 7 millones de seguidores, y Willyrex, con 5 millones. Muchas veces, los youtubers se conectan entre sí, crean cosas juntos y así los chicos van descubriendo caras nuevas, pero también trucos y formas de jugar más avanzadas. Eso es lo que ellos más aprecian.
Uno de los juegos más populares entre estos youtubers es Minecraft, un proyecto independiente creado en 2009, al inicio solo para PC, por un joven programador sueco llamado Markus Persson, más conocido como Notch. Desde 2011 existió la posibilidad de descargar la app en tabletas, el diseño pasó a manos de Jens Bergensten y su desarrollo quedó a cargo de la compañía sueca Mojang. Actualmente se lo puede jugar en cualquier consola.
En este juego los usuarios crean libremente mundos con todo tipo de materiales, se conectan virtualmente con otros jugadores y se apoyan en sus creaciones. Pueden intervenir de diferentes maneras, ya sea como sobrevivientes, creativos, aventureros o espectadores. Los youtubers hacen lo mismo, pero lo publican.
Lo interesante de este fenómeno que va creciendo en las nuevas generaciones, es que está marcado por la libertad, la independencia, la autonomía. Palabras que inspiran mucho temor y preocupación a quienes quieren controlar, mandar o influir sobre ellos.
Por ejemplo, cada vez que veo a un jovencito con una tableta bajo el brazo me pregunto cómo harán los publicistas para llegar a ellos. Son un público que ya no responde a los paradigmas tradicionales, que no hacen zapping porque muy probablemente ya ni enciendan una TV, que quitan con el dedo índice los banners publicitarios que se anuncian en los videos o se saltan los anuncios, porque los desconcentran de su objetivo. Se identifican con personajes que les parecen alcanzables. Los localizan en Facebook, comentan sus fotos en Instagram, les piden consejos en YouTube. Y ellos les responden.
No es justo satanizar esta tendencia. Más bien es digna de ser observada, analizada y comprendida. Los mundos que crean las nuevas generaciones en sus mentes y en sus consolas podrían, de alguna forma, hacerse realidad. Quienes estamos desde fuera solo podemos poner los pilares para que lo que construyan sea algo mejor y siempre desde su libertad. (O)
