Noticias y ‘noticias’: El riesgo de las redes

Por Connie Hunter
06 de Marzo de 2016

“Lo mismo pasa con noticias de epidemias o de cualquier tema coyuntural que lo fue también en el pasado. Ahora que todos publicamos noticias, la responsabilidad nos atañe a todos”

A más de uno de nosotros nos ha ocurrido que nos enteramos a destiempo de una noticia que fue publicada años atrás y la revivimos en nuestro muro de Facebook, ubicándola sobre la palestra aunque ya no sea realmente novedad. Algunos expertos en los temas publicados aparecen corrigiendo y haciendo caer en cuenta de que esa noticia ya es antigua.

El problema no es grave cuando se trata, por ejemplo, de un personaje muy famoso, ya que la corrección puede aparecer en pocos segundos. Para probarlo, publiqué recientemente en mi muro un enlace de la muerte de Paul Newman con un mensaje que decía “RIP Paul Newman”. No era de sorprenderse la respuesta inmediata de dos personas que decían: Paul Newman murió en el año 2008. Lo que me preocupó en realidad fueron los mensajes de lamento que también aparecieron. Incluso, la noticia fue compartida por mis seguidores varias veces.

Sin embargo, son otras las noticias que reaparecen y confunden al público, pudiendo generar un descalabro. Hace pocos años recibí por whatsapp un mensaje que decía que en Ecuador se iba a extender un feriado para que la gente pudiera hacer turismo interno. Esa noticia que causó alegría a muchos, tuvo que ser desmentida por las autoridades. Quien la compartió en las redes no se percató de que era de algunos años atrás. Curiosamente, el sitio web donde salía publicada originalmente la nota no ponía la fecha y eso generó toda la confusión.

Ya que ahora no somos pocos los que usamos el internet para investigar, es más necesario que nunca ser prolijos con detalles como las fechas y el origen de la información. Escucho decir a maestros de escuela que no quieren que los alumnos lleven el trabajo copiado de Wikipedia, ya que no es una fuente confiable. Eso, señores, tampoco es totalmente cierto. Si somos más acuciosos, podemos recurrir a los enlaces externos de la información publicada por Wikipedia e irnos a las fuentes originales. Es decir que el diablo que nos pintaron de Wikipedia puede ser un canal para llegar a información más precisa de lo que buscamos.

Con la aparición de las bibliotecas en línea, el acceso a textos puede ser muy sencillo. Una de estas es la Ciberoteca.com, un proyecto de Fundación Bancaja, website que se jacta de ser la biblioteca virtual más grande del mundo y de facilitar la localización de los contenidos de carácter literario, técnico o científico existentes en la red.

Pero esta información estática es más fácil de contrastar. Es la dinámica la más compleja, la que nos puede confundir y hacer cometer errores. Esa información activa, la noticia que los humanos generamos por el simple hecho de vivir, es la que debemos cuidar más. Y cuando digo cuidar me refiero a no divulgar todo lo que nos llega. El diluvio de hace 4 años nos llega después de la lluvia de hoy y nos creemos que es de hoy. Lo mismo pasa con noticias de epidemias o de cualquier tema coyuntural que lo fue también en el pasado. Ahora que todos publicamos noticias, la responsabilidad nos atañe a todos. (O)

chunterdg@gmail.com
Twitter: @conniehunterdg

  Deja tu comentario