Facebook propone: Los solidarios disponen

Por Connie Hunter
27 de Julio de 2014

“A cambio nos trajo casi lo mismo pero virtual, portable y accesible. Tanto que a ratos olvidamos programar la privacidad para que no cualquiera tenga completo acceso a nuestras vidas”.

Se llevó el álbum de fotos de cartón y acetato, el diario con llavecita para que nadie leyera nuestras intimidades, el periódico mural del colegio, las páginas amarillas, la diferencia entre amigos y conocidos, el cuaderno de anotaciones, los mensajes en papel que nos pasábamos a escondidas en clase, la timidez al conocer a alguien nuevo, la distancia que se evidencia en el plano real, los carteles de solidaridad, las tarjetas con mensajes amorosos y hasta los papeles de carta perfumados.

A cambio nos trajo casi lo mismo pero virtual, portable y accesible. Tanto que a ratos olvidamos programar la privacidad para que no cualquiera tenga completo acceso a nuestras vidas. Después de todo, nadie pone el diario sin llave en la mesa de la sala para que lo lean las visitas, ¿o sí?

Recuerdo con nostalgia el corcho afuera del salón de clase donde hacíamos el periódico mural del curso, pero me deleito viendo esta red social como un gran periódico mural interactivo y de actualización constante. Entre mensajes personales de repente innecesarios se puede encontrar también información de gran utilidad.

Cuando aparecen los solidarios, suelen hacer maravillas moviendo los corazones de sus contactos con historias y propuestas para ayudar a otros. Una experiencia de este tipo tuve al ver en una foto en la que Roberto Micky Miranda había etiquetado a muchos contactos, entre esos yo.

En su muro publicó junto a dichas fotos un “Ayudemos a Grace” y con este, la posibilidad de participar en la construcción y equipamiento de la casa de una mujer de escasos recursos que vive en Samborondón. Roberto consiguió, gracias a sus amigos virtuales, rellenar el terreno, poner en orden los papeles de la propiedad y continuar con la construcción. Aún hoy el que quiera unirse y ayudar a la causa lo puede hacer.

Este tipo de propuestas son, sin duda, las ganadoras en las redes y por las que muchos deciden apostar a la hora de participar en el mundo virtual. Y las hay de todo tipo, unas con más éxito que otras. Todas tratando de ayudar a cubrir carencias. Desde una casa hasta una vida.

Ayudemos a Laura, por ejemplo, es un grupo de Facebook que nació en el año 2012 a partir de la enfermedad de Laura Herrera, una estudiante de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Laura necesitaba un trasplante de médula ósea, por lo que sus amigos crearon esta comunidad virtual para generar conciencia.

Laura iba publicando mensajes sobre su estado de salud y quienes la seguían le daban ánimo y la acompañaban en su lucha. El año pasado, luego de un silencio de un mes aproximadamente, la community manager de la cuenta de Twitter anunció que Laura había fallecido el 7 de julio.

A pesar de eso, un año después, el grupo sigue activo cumpliendo el mismo objetivo que se planteó desde el inicio: motivar a los argentinos y al resto del mundo a que donen su médula ósea.

La solidaridad no tiene límites y en el mundo virtual hasta se inmortaliza.

chunter@eluniverso.com
@conniehunterdg

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