En el mundo Twitter: usuarios impermeables
“Resulta interesante encontrarse con tuiteros independientes que comparten información que aporta algo a los demás, que no se dedican a hacer comentarios con el hígado...”.
Al crear una cuenta en Twitter, hay usuarios que definen previamente su propósito. Está clara la función de aquellas que corresponden a entidades públicas, gubernamentales o empresas privadas y marcas comerciales. Lo que más bien se va perfilando en el andar son las cuentas de los internautas comunes que, de acuerdo con el panorama del momento, opinan o retuitean alguna noticia o el comentario de otro.
Por eso resulta interesante encontrarse con tuiteros independientes que comparten información que aporta algo a los demás, que no se dedican a hacer comentarios con el hígado y se mantienen al margen de aquellas cosas que no son su especialidad. Un caso así es el de @ceciliaansaldo, tuitera que se describe como literata las 24 horas del día y que es seguida por más de 1.500 personas. Muchos hemos sido sus alumnos en alguna universidad, otros la conocen por su columna en este Diario o simplemente porque ‘les suena’.
La trayectoria de Cecilia Ansaldo ha hecho de su nombre una marca que refiere asuntos intelectuales, más bien serios y quizás menos atractivos que el fútbol o la política. Una seguidora, en algún punto de su timeline, le sugiere usar slang. Ella desconoce lo que es eso. Jerga guayaca, le explica. Cecilia responde: “¿No crees que en mí sería artificial e inauténtico? Me gustan las bellas palabras del español que empiezan a olvidarse”.
Qué alivio siento cuando hago zapping en el Twitter y me encuentro con algún trino de esta maestra. La ausencia de slang es un respiro. Las citas de libros que imagino estará repasando mientras tiene a su lado la computadora, me hacen volar por un momento y alejarme de los temas candentes de los que todos los demás estamos hablando. No es fácil encontrar tuiteros impermeables. Todos, y me incluyo, caemos en el tema del momento. Nos pican los dedos por responder o decir alguna ocurrencia.
Pero lo actual es necesario conocer y no hay que dejarlo a un lado. Por eso, desde que se empezó a hablar de las leyes de tránsito, la cuenta @CTEcuador se convirtió en una de mis cuentas más leídas, pues ofrece datos relevantes e instructivos, como la secuencia que hizo sobre los mitos y verdades del alcoholsimo. Esto me dejó material para compartirlo en mi columna.
Es un MITO que tomar café devuelve la sobriedad al embriagado. La VERDAD es que convierte al embriagado somnoliento en embriagado despierto. Es un MITO que el ejercicio le devuelve la sobriedad a la persona embriagada. La VERDAD es que solo la vuelve en una persona sudorosa. Es un MITO que una zambullida le devuelve la sobriedad al embriagado. La VERDAD es que lo puede convertir en embriagado muerto.
Indudablemente, la CTE tiene mucha actividad por este medio tratando de responder inquietudes y por eso quizás no alcanza a contestarlas todas. “Por qué los buses de la metrovía pueden ir a más de 70 km/h en los túneles”, preguntó días atrás un seguidor. Yo también quiero conocer la respuesta. Mientras tanto, sigo aprendiendo cosas nuevas.
