Caine y sus juegos: De evento a movimiento

Por Connie Hunter
29 de Junio de 2014

Caine, el niño que fabricó juegos con cajas de cartón.

“El éxito fue tal que Nirvan no solo consiguió dinero para los estudios universitarios de Caine, sino que además contribuyó a la mejora de su autoestima y posteriormente contagió a niños de otros lugares a crear juegos con cajas de cartón”.

No es nueva la costumbre de echar la culpa a las cosas. A los televisores se les solía llamar cajas bobas, porque se decía que atontaban a los niños que pasaban horas frente a estas. A criterio de los expertos, bobos no eran los que permitían que eso ocurriera, sino los que las usaban descontroladamente.

Por hacer una pequeña lista de culpables de todos nuestros males, cito a la comida chatarra que engorda, las gaseosas que suben el azúcar, el alcohol que embriaga y, por qué no, la tecnología y las redes sociales que no sirven para otra cosa que quitarnos tiempo y dañar las relaciones interpersonales.

Por fortuna hay quienes se alían a estas últimas criaturas perversas y aprovechan sus recursos con otras intenciones. Uno de ellos fue Nirvan Mullick, el joven cineasta de Los Ángeles que hizo realidad el sueño de Caine a través de un evento en Facebook.

En su cortometraje publicado en YouTube bajo el nombre Caine’s arcade, Nirvan explica que el 6 de octubre del 2011, en la ciudad de Los Ángeles, él se encontró en su camino con Caine, un niño de 9 años que había hecho en la parte trasera del negocio de su padre un local de juegos con máquinas de cartón. Todo el material que había empleado era reciclado y con mucho ingenio había logrado que cada aparato funcionara manualmente.

El sueño de Caine era que por lo menos una persona jugara con sus maquinitas. Nirvan, con previa aprobación del padre del menor, consiguió que el local se repletara. Creó un evento en Facebook y convocó a la gente de la ciudad para que fuera a jugar una tarde. El éxito fue tal que Nirvan no solo consiguió dinero para los estudios universitarios de Caine, sino que además contribuyó a la mejora de su autoestima y posteriormente contagió a niños de otros lugares a crear juegos con cajas de cartón.

El fenómeno de Caine’s arcade dio origen a una fundación (Imagination Foundation) que actualmente promueve y estimula la creatividad en los niños que, como Caine, tienen todas las ganas de mostrarle al mundo sus ideas.

El Facebook, ese malvado que separa a las parejas y vuelve más chismosa a la gente, se convirtió en un canal por el que se transmitió un mensaje que con el tiempo y la constancia de Nirvan se expandió. YouTube y Twitter fueron sus aliados. Caine había sido trending topic en la ciudad y eso se reflejaba en las veredas de su local.

En su más reciente post, Caine anunció su visita a la Casa Blanca el pasado 20 de junio, para escuchar al presidente Obama hablar sobre la importancia de hacer y pensar creativamente.

¿Moraleja? El problema puede no estar precisamente en aquello que apunta el dedo, sino en el dueño del dedo que apunta. Usar los recursos y la creatividad con buenas intenciones es trascendental. Como lo fue Caine gracias a Nirvan, o como lo son las mil y una causas que se mueven en las redes sociales. Aprovechar el poder de convocatoria de estas para despertar conciencia, contagiar con buenas ideas, pedir ayuda en casos de emergencia, ofrecer apoyo a quien lo busca o simplemente repartir sonrisas con imágenes o frases inspiradoras son algunas de las maneras de hacer a ese supuesto monstruo nuestro aliado.

chunter@eluniverso.com
@conniehunterdg

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