Robert Redford: Regresa al drama

08 de Diciembre de 2013

A sus 77 años, Robert Redford asume un nuevo reto: un filme con escasos diálogos y con un solo protagonista. El filme All is Lost (Todo está perdido) podría llevarlo a obtener un premio Óscar.

Luego de haber participado en decenas de filmes y de haber sido considerado, por varios años, uno de los galanes de Hollywood, el actor estadounidense Robert Reford buscaba un papel que representara un desafío profesional.

Fue así como, sin mayores negociaciones, aceptó protagonizar el filme All is Lost, del director J. C. Chandor, el cual fue presentado este año en el Festival de Cannes.

Chandor estuvo nominado en el 2011 a un premio Óscar por Mejor Guion Original por Margin Call.

Redford y Chandor se encontraron por primera vez durante una edición del Festival de Cine Sundance, el cual fue fundado por el propio Redford en 1980.

Luego de conocerlo, Chandor pensó en ofrecerle el papel principal de All is Lost al famoso actor (pedirle a Redford que actúe en sus películas es algo que muchos de los cineastas de Sundance suelen hacer) y para su sorpresa, Redford aceptó.

Esta cinta muestra a un hombre anónimo (en los créditos se lo menciona solo como “nuestro hombre”) luchando por mantenerse con vida en su embarcación en medio del océano Índico, luego de que esta es golpeada por un contenedor flotante.

Desde el principio estuvo claro que el personaje no tendría una historia personal y que la audiencia sabría muy poco acerca de él. Si está casado, si es divorciado o cuántos hijos tiene son cosas que nunca estuvieron en el guion. El público solo lo llegaría a conocer a través de sus acciones y sentimientos en esta batalla contra las fuerzas naturales.

“A estas alturas de mi vida estaba buscando algo que parecía cada vez más difícil de encontrar: una experiencia cinematográfica pura, sin demasiados efectos visuales. La industria ha cambiado de tal modo que parecía imposible”, explicó Redford en una entrevista.

“De repente me llegó este guion de solo 30 páginas y sin diálogos, y como actor eso me resultó muy atrayente porque se remueve la barrera entre la audiencia y tú. Vas a interiorizar muchas cosas y el público tendrá que leer tu comportamiento, así que decidí que quería hacerlo”, dijo. “Aunque grabaríamos en un tanque, la lluvia y el viento serían reales, sin muchos efectos especiales, algo que siento que se ha perdido en las películas, y esta era una excelente oportunidad para regresar a esa pureza”.

Aunque Redford también ha sido reconocido por su trabajo como director, incluso ganó un premio Óscar por su filme Ordinary people (Gente corriente), en esta ocasión decidió que no intervendría de ninguna manera en la dirección y solo disfrutaría de la actuación.

“Me di cuenta de que él sabía lo que hacía, tenía muy clara su visión y me puse completamente en sus manos. Nunca le di ningún tipo de indicaciones, ni discutimos ningún aspecto del filme, yo confiaba completamente en él”, expresó.

Tal es su satisfacción por este proyecto que el veterano actor incluso ha minimizado un accidente ocurrido en el set de grabación, que es el mismo donde se filmó Titanic, diciendo que “todo valió la pena”.

El hecho sucedió en una de las escenas durante el momento más fuerte de la tormenta. Redford debía intentar reparar algo en medio del constante movimiento del barco por las inmensas olas y en las cuatro tomas que se hicieron de esta escena se golpeó repetidas veces el lado izquierdo de la cabeza.

Debido a este incidente, el actor desarrolló una infección en el oído y luego del tratamiento notó que su audición había disminuido.

“Fui con el doctor y me dijo que mi audición en el oído izquierdo había disminuido, le pregunté si iba a recuperarla y me respondió que no”, comentó el actor. “Pero todo valió la pena, estoy muy orgulloso de este trabajo y creo que fue una gran oportunidad de hacer algo diferente y atrevido”.

Un filme sin contaminaciones

La idea del guion surgió, años atrás, cuando el director formó parte de un pequeño grupo que se aventuró a navegar por el sur del Caribe. El bote se enfrentó a una fuerte tormenta en los últimos días del viaje y, tras llegar a tierra, Chandor prometió que nunca en su vida volvería a abandonar la tierra firme.

“En ese entonces no sabía cómo se desarrollaría la historia, pero sabía que empezaría con una carta de despedida de su protagonista para sus seres queridos que dejó en tierra”, explicó.

Ese sería el punto de partida para el futuro guion de solo 30 páginas, el cual rompe por completo los moldes de Hollywood: sin una historia de fondo, sin viajes en el tiempo y sin otros personajes.

Sin embargo, estas particularidades fueron las que convencieron a Redford de aparecer en su filme, convirtiendo a Chandor en el único cineasta independiente con el que el actor ha aceptado trabajar, tras una solicitud personal.

Más allá de los premios que pueda obtener por su actuación, Redford destaca el mensaje de la película: “Cuando todas las probabilidades están en contra, cuando todo parece perdido, cuando no hay esperanza, oportunidades o propósito, mucha gente renuncia. Sin embargo, por alguna razón, otros continúan y lo hacen sin ningún otro motivo especial, sin saber por qué o cómo, solo porque sienten que deben continuar luchando”.

“El bote es casi una idea abstracta, representa un refugio, un capullo, un lugar seguro mientras el mundo enfurece afuera” explica John Goldsmith, director de producción (D.L.A.).
 

Buscaba algo que parecía cada vez más difícil de encontrar: una experiencia cinematográfica pura, sin efectos visuales. La industria ha cambiado tanto que parecía imposible”, Robert Redford

Fuentes: bostonglobe.com, washingtonpost.com, hollywoodreporter.com, vulture.com

 

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