Gloria: Amor a los 58

25 de Mayo de 2014
  • La pareja protagonista de la cinta: Sergio Hernández y Paulina García.
  • La actriz chilena Paulina García encarna a Gloria.
  • Sebastián Lelio, cineasta, junto con la actriz Paulina García.

Gloria fue uno de los filmes preseleccionados para competir en los Óscar como Mejor Película extranjera. Recrea el renacer amoroso de una mujer entrando a la vejez.

Ha llegado a los cines ecuatorianos la muy elogiada película Gloria. Es chilena, la dirige Sebastián Lelio y logra que el público no se desentienda en ningún momento de lo que le ocurre a una mujer de 60 años que se niega a lanzar la toalla aceptando la resignada derrota vital que puede imponer una vejez solitaria. Pero no todo es malo en su vida. Ella trabaja, pertenece a la burguesía ilustrada, se divorció hace tiempo, mantiene una relación cálida con sus hijos, un vecino esquizofrénico le provoca frecuentes insomnios, hay posibilidades de que quede ciega en poco tiempo. Pero no cae en la autocompasión, está consciente sobre las cosas que le gustan seguir haciendo en su vida.

La producción fue ovacionada en el Festival de San Sebastián 2012 cuando obtuvo el Premio Cine en Construcción; en el 2013, la actriz Paulina García fue designada mejor actriz en el Festival de Berlín; otros reconocimientos el año pasado fueron en los Premios Goya, en los Independent Spirit Awards (nominada a Mejor película extranjera), National Board of Review (top películas extranjeras del año), Festival de La Habana, Premios Ariel, aparte de las excelentes críticas de los medios especializados.

“San Sebastián fue un festival muy importante para mí. La película explotó ahí; entre que terminó la función y salimos fuera, ya la querían los festivales más grandes, todo el mundo la quería comprar. Fue como un boom: solo doce pasos y, cuando salí de la sala, había cambiado mi vida”, afirma Lelio (1974).

Gloria es el retrato de una mujer de 58 años que encara su próxima entrada en la vejez con gran fuerza y vitalidad. Con sus hijos ya adultos e independientes, trata de llenar su soledad en salones de baile, donde conoce a Rodolfo (Sergio Hernández), en quien en principio ve su última oportunidad de entablar una relación amorosa.

Para Lelio, lo más emocionante a la hora de abordar este proyecto era la idea de “iluminar” a un personaje y una parte de la vida que no lo merece, “tomar ese personaje y decirle, tú eres una película. La historia de Gloria podía pasar en cualquier país, pero no así. No con esos gestos, con esas palabras, con esa forma de ser tan profundamente chilenos. La única forma de ser universal es ser radicalmente local. La película es casi improvisada, no recurre al diálogo escrito y lo que mana en la interpretación no es otra cosa más que la identidad. La forma de cómo funciona nuestra cabeza, nuestro habitar en el mundo. Y con esos materiales está construida la película. Ahora, que sea transversal y que funcione en todos lados”.

La actriz

Paulina García (Santiago, 1960), más conocida como Paly García, es actriz, profesora de interpretación, dramaturga y directora teatral. Debutó en televisión de su país en la telenovela Los títeres (1984), pero se destacó rápidamente por dirigir grandes obras de teatro y por las distintas caracterizaciones con las cuales impregnó sus personajes, como en las películas Tres noches de un sábado (2002), Cachimba (2004), Casa de remolienda (2007) y Gloria.

García relaciona lo que pasa entre mujeres de distinta edad en su país. “Paseaba por la playa y veía a las señoras de 70 y a las niñas de 5 y a las de 20 sin parte de arriba del bikini, cosa que en Chile es rarísimo, y pensé que a lo mejor esas mujeres encontraban a Gloria un poco anticuada. En cambio, cuando llegué al cine funcionó un montón, la gente me dice, no te das cuenta de lo profunda que es la película, cuánto nos toca, emociona, golpea, alegra, y yo digo, ¿otra vez?. Increíble”, destaca.

El filme entra sin tapujos a retratar la intimidad de su protagonista, incluida su vida sexual, de un modo natural, que no es frecuente ver en pantalla. “La actuación para mí se trata, más que de convertirme en otra, de ponerle luz en aquellos lugares que están ocultos o en la penumbra en mí, y que son menos vehementes en mi cotidiano. Me parecía que Sebastián estaba para Gloria pidiendo un tono más ligero y no por eso superficial, y también me parecía que había que poner un acento en algo más alegre. Entonces no es que me convierto y dejo de ser. Soy la misma persona siempre, el personaje aparece cuando aparezco yo, y de ahí para adelante hay un montón de cosas en el contexto, que influyen para que tú veas: esa es Gloria”, resalta la actriz.

García ha sido nominada a varios premios en distintos festivales de cine por su interpretación en Gloria, un papel que le demandó adentrarse en su personaje a tiempo completo. “Para una actriz es fascinante tener que estar enfocada todo el tiempo y no tener respiro. Es cansador, pero en el trabajo concreto es muy interesante. Al final es como un all inclusive, todo sirve, todo va a caer allá. Sabía y sentía que algunas escenas no estaban bien hechas, pero llamaba a Sebastián a la noche, y hablábamos después de haber estado todo el día juntos, entonces me parecía que las cosas iban a servir aunque yo ni siquiera supiera lo que estaba haciendo a veces”.

El filme narra una etapa en la vida de una mujer divorciada, de espíritu libre, con hijos, que tiene su trabajo, sale, disfruta bailando en clubes de baile para gente de su edad, cercana a los 60; se divierte, y no renuncia al sexo ni a la ilusión. “Es una mujer que al principio de la película ocupa un segundo plano, y en el transcurso de la cinta vas viendo cómo es. No es una tipa vehemente, ni con determinación, pero tampoco falta de carácter. Ella hace de su vulnerabilidad su fuerza. Hace de tripas corazón y logra darle una vuelta a aquello que venía mal”, dice Paulina.

La cinta refleja un pseudohomenaje a la Gloria de John Cassavetes, el filme de 1980, protagonizado por Gena Rownlads. “Lo interesante es que Gloria ha provocado una reflexión en todas las edades. De hecho, un amigo me posteó en Facebook: ‘Soy un hombre, tengo 30 años y me siento igual que Gloria’. Y eso da cuenta de la universalidad del carácter. Ella va hacia los 60, sin duda; esa es la edad central que aborda, pero también habla de toda la humanidad. Y entusiasma a todos. No es que haya un otoño en la vida, sino que hay vida mientras estás vivo. Y después, la muerte. Lo demás es silencio, como diría Hamlet”, finaliza la actriz. (A.C.J.)

Fuentes: Agencias, www.cinechile.cl

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