Fellini, el favorito

Por Carlos A. Ycaza
16 de Septiembre de 2012
  • Maestro de maestros. Federico Fellini, en 1963, durante el rodaje de la célebre escena del ‘harem’ en el filme 8 1/2. Su nombre aparecía encima del título de la película, de la misma manera que lo hacían Alfred Hitchcock e Ingmar Bergman (foto de Tazio Sechiarolli).
  • Edición de aniversario. Los 80 años de Sight & Sound en septiembre: cada diez años, críticos y directores eligen sus películas y directores favoritos. Ahora se incluyen nominados en las nuevas tecnologías y tendencias cinematográficas.
  • La strada (1954). Giulietta Masina (esposa de Fellini) en el rol de Gelsomina, por el cual fue comparada con Charles Chaplin. Su coprotagonista en la película era Anthony Quinn. El tema musical de La strada, creado por Nino Rota, fue también un gran éxito; el compositor trabajó con Fellini hasta que murió en 1979.
  • Las noches de Cabiria (1957). Giulietta Masina y Francois Perier. Una prostituta de las noches romanas y su triste vía crucis, en innumerables desencantos revitalizados por un indomable espíritu de fe en la humanidad.
  • La dolce vita (1960). Un flash inmortal: Paparazzo (Fellini bautizó al personaje, con el actor Walter Sentesso en primer plano), parte de la horda mediática que Fellini presentó al mundo en un inmenso panorama de tres horas sobre la decadencia de la civilización occidental. Desde entonces, ‘paparazi’ es sinónimo de prensa amarilla.
  • Amarcord (1973). Cuarto Óscar de Fellini como mejor película extranjera. Una de las escenas más recordadas: los habitantes de un pequeño puerto navegan en botes a la espera del paso del transatlántico Rex, como un símbolo de todos aquellos soñadores que siempre aguardan lo inalcanzable.
Carlos A. Ycaza

En una trascendental encuesta de opinión, directores eligen las mejores películas de todos los tiempos y su lista derivada: la del mejor director. Federico Fellini la encabeza.

Cada diez años la calentura cinéfila viene de Londres en septiembre, cuando la revista cinematográfica Sight & Sound publica los resultados de un arduo trabajo de encuestas a cientos de críticos y directores de cine de todo el mundo.

En treinta páginas de la voluminosa edición de este mes, la selección depara otras sorpresas, como que Ciudadano Kane (1941) –la ganadora durante las últimas cinco décadas– es ubicada en segundo puesto por Historia de Tokyo (1953), una gloria del cine japonés que ocupa el primer lugar ahora.

También hay otro detalle crucial: al igual que se incorporan críticos de la generación digital que hacen su trabajo en blogs y nuevos medios, se incluyen directores que responden a la vanguardia del cine contemporáneo – algunos de ellos todavía no llegan a los 30 años–, compartiendo sus selecciones con nombres tan reconocidos como Francis Ford Coppola.

En la lista de directores (no en la de los críticos), Federico Fellini tiene el mayor puntaje por sobre los nombres de otros grandes maestros. Aquí lo interesante es que el gran realizador italiano estuvo también en primer lugar en la selección de los directores en 1972.

Fellini falleció en 1993, después de algunos años de que su obra general fue desvalorizada por la crítica de su propio país y por fuertes ataques de otros críticos de EE.UU. y Europa, que lo acusaban de haberse repetido innecesariamente en toda su obra cinematográfica. Pero en la lista actual los directores reflejan lo contrario, pues se destaca precisamente la gran importancia de muchas de las películas más famosas del realizador.

Ahora Fellini es recordado no solo como el autor de 8 1/2 (1962), la cinta que muchos consideran su obra maestra, sino que sobresalen también otras grandes, como La strada (1954), Las noches de Cabiria (1957), La dolce vita (1960) y Amarcord (1972).

Fellini ha estado en el canon mundial del séptimo arte desde su aparición dentro del neorrealismo italiano en los años cincuenta. Lo que se registra finalmente en las páginas de Sight & ++Sound no es un simple devaneo en los gustos de aquellos que profundizan los grandes temas detrás de las películas.

Más que un exponente del “cine de autor” que caracterizó por varias décadas a la producción mundial en las latitudes más lejanas (incluyendo la de América Latina), su legado es palpable por esa firma indeleble que tuvo toda la ardiente humanidad registrada en su cámara.

“Nadie como Fellini para hacernos palpar su propio mundo íntimo, dejándonos exhaustos –y convencidos– de su visión”, decía Tullio Kezich en su biografía.

Y están también sus palabras, muchas veces impresas, como en este extracto de la carta enviada a un periódico romano cuando el Vaticano había vetado la exhibición de El portero de la noche (1974), de la realizadora Liliana Cavani: “¿Cómo podremos cambiar esa indolente, conservadora e infantil mentalidad nuestra, que siempre intenta identificarse con esquemas colectivos y nunca toma posiciones individuales?”.

Así, la palabra felliniesco se integró al léxico mundial después del estreno de La dolce vita. Y hasta se convirtió en materia de algunos libros, como aquel Lexicon de Fellini, del británico Sam Rohdie, en el que el autor se entretiene mágicamente con las incongruencias, las exageraciones, las sorpresas y hasta lo absurdo de algunas de sus imágenes, celebrando lo que él califica como una riqueza única e invalorable.

 

Top Ten

Los directores eligieron sus favoritos en Sight & Sound:

1. Federico Fellini
2. Stanley Kubrick
3. Ingmar Bergman
4. Francis Ford Coppola
5. Andrei Tarkovski
6. Jean Luc Godard
7. Martin Scorsese
8. Alfred Hitchcock
9. Kurosawa Akira
10. Orson Welles

 

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