Selva de aplicaciones

15 de Abril de 2018

El mercado de las aplicaciones crece y crece, pero no todo lo que pasa por las tiendas es realmente útil: algunas app están llenas de publicidad, otras están mal programadas y algunas incluso son dañinas o están diseñadas para engañar.

“Un buen indicador son en primer término las calificaciones de los usuarios que aparecen en Google Play Store o en la Apple App Store”, señala Matthias Becker, de la revista Chip. En estas valoraciones se suelen mencionar claramente los puntos fuertes y las debilidades de las app. “No es una opinión de expertos, pero desde el punto de vista de un usuario la opinión de otro puede ser mucho más interesante que, por ejemplo, la del fabricante”. También Markus Burgdorf, de la empresa de asesoramiento App Agency, cree que las opiniones de los usuarios son un criterio importante: “Ayuda mirar las capturas de pantalla, leer con atención el texto descriptivo y después las valoraciones”.

Es cierto que existen opiniones falsificadas, pero “en general están mal escritas, breves, no aportan mucho y están hechas sin cariño”, opina. La impresión general debe ser la decisiva, pero para obtenerla hay que dedicar un poco de tiempo. También conviene mirar los permisos. “Una app de linterna puede ser excelente, pero si me pide acceso a mi lista de contactos, no la instalo”, dice Becker.

La seguridad, la protección de datos y el funcionamiento estable caracterizan a una buena app, opina Sven Rill, de la Escuela de Ciencias Aplicadas Hof. “Lo óptimo es que la aplicación no tenga publicidad insistente, no exagere con las ofertas de compra y que sus solicitudes de permisos sean las mínimas”, afirma este informático.

“Una buena app me facilita la vida diaria, no me la hace más complicada”, indica Burgdorf. Un buen programa tampoco trata de aprovechar los datos del usuario ni exige que uno se conecte vía Facebook. Los smartphones de los amigos normalmente son otra buena fuente de aplicaciones.

“Suele haber muchas aplicaciones que ofrecen en un 80 por ciento las mismas funciones. Cuál de ellas tendrá éxito depende del 20 por ciento restante”, comenta Rill. Para conseguirlo, el programa tiene que cumplir en la mayor medida posible con el objetivo anunciado.

Las listas de Top 10 de las propias tiendas de app pueden ser una buena forma de encontrar el mejor software. A veces, lo mejor es probar el programa, aunque siempre con atención para no caer en una trampa. “Algunas app se promocionan como ‘gratuitas’, pero recogen a cambio datos del usuario que después son aprovechados por la empresa que la ofrece”, advierte Rill.

Burgdorf señala que hay algunas que prometen liberar ciertas funciones si uno las puntúa satisfactoriamente o que acaban sacando dinero a través de suscripciones.

Y finalmente existe el peligro de las app falsificadas, dice Burgdorf: “Las aplicaciones exitosas a menudo son copiadas”. Para ello se suelen tomar las capturas de pantalla de las verdaderas e “incluso la descripción puede ser una copia”. Este tipo de programas son habitualmente gratuitos, están llenos de publicidad o no funcionan.

A veces se trata de virus que intentan robar datos del celular o enviar costosos SMS. Becker alerta sobre todo de funciones muy atractivas o inverosímiles. (DPA)

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