Cuentas on-line y muerte

27 de Julio de 2014

¿Deberían sus emails, sus páginas web y sus cuentas de internet morir cuando usted muera? ¿O debería heredarlas algún familiar de la misma manera que hereda una casa o un caja de cartas?

Un prestigioso grupo de abogados en EE.UU. dijo que las familias deberían tener acceso inmediato a toda la información en línea del fallecido a menos que se especificara lo contrario en el testamento. El grupo está presionando a los legisladores estatales para que aprueben una ley que permita a los seres queridos de los norteamericanos no quedar excluidos de sus familiares muertos en un mundo que cada vez vive más en internet. “En este tiempo nuestras cuentas de correo electrónico son como eran nuestros archivadores antes”, dijo Suzanne Brown Walsh, abogada de Cummings y Lockwood y líder de esta propuesta. Pero “si usted necesita acceder a una cuenta de correo electrónico, en la mayor parte de los estados no podrá hacerlo”.

La Comisión de Derecho Uniforme aprobó el plan de “activos digitales”. Gracias a él, los seres queridos tendrían acceso, salvo que el testamento dijese lo contrario, a las cuentas digitales del difunto, pero no control sobre ellas. Para convertirse en ley, el plan tendría que ser aprobado por la legislatura de cada estado. “Esto es algo que la mayoría de la gente no se para a pensar hasta que se enfrenta a ello. No tienen ni idea de lo que está a punto de perderse”, dijo Karen Williams, quien demandó a Facebook para acceder al perfil de su hijo Loren (22 años), luego de que se matara en un accidente.

Facebook y otras empresas de alta tecnología se han mostrado reacias a entregar los datos privados de sus clientes, y muchas personas dicen que no quieren que sus familias tengan acceso sin restricciones a su vida en internet. Pero cuando se enfrentan a la muerte, las familias alegan que necesitan acceso para arreglar detalles financieros o simplemente por razones sentimentales.

Es más, ciertas cuentas en línea pueden valer dinero real, como un blog de cocina popular o el avatar de un juego que haya adquirido cierto estatus en la red. Pero los activistas a favor de la privacidad son escépticos acerca de la propuesta. Ginger McCall, directora asociada del Electronic Privacy Information Center, en Washington, dijo que debería ser obligatoria la aprobación de un juez para tener acceso tanto para proteger la privacidad de los propietarios de las cuentas como la de las personas que se comunican con ellos.

“El mundo digital es un mundo diferente” al real, dijo McCall. “Nadie podría mantener bajo su cama lo que ahora suponen diez años de comunicaciones mantenidas con decenas o incluso cientos de personas”.

Muchas personas creen que pueden decidir lo que ocurre al compartir ciertas contraseñas con un miembro de su familia, incluso que podrían dejar esas contraseñas en su testamento. Pero además de exponer potencialmente contraseñas cuando un testamento se convierte en registro público, las leyes contra la piratería y los términos de los acuerdos de servicio lo prohíben. AP

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