El trampolín con pared: nuevo deporte que desafía a la gravedad

15 de Abril de 2012
  • Julien Roberge, estudiante de ciencias de la computación y acróbata profesional, durante las prácticas en la Escuela de Circo de Quebec (Canadá).
  • Julien Roberge, estudiante de ciencias de la computación y acróbata profesional, durante las prácticas en la Escuela de Circo de Quebec (Canadá).
  • Julien Roberge, estudiante de ciencias de la computación y acróbata profesional, durante las prácticas en la Escuela de Circo de Quebec (Canadá).
  • Roberge entrena 25 horas semanales en el trampolín.
Erik Olsen - The New York Times

Una combinación de gimnasia y parkour, esta actividad de a poco va teniendo adeptos. Las reglas se están definiendo.

Uno por uno, cinco atletas se lanzan hacia un muro bajo los amplios arcos de lo que fuera la iglesia de St.-Esprit. Cinco metros abajo, caen sobre un trampolín, rebotan hacia la pared y se vuelven a impulsar hacia afuera.

La actividad que provoca vértigo, realizada aquí en la Escuela de Circo de Quebec, es un programa de entrenamiento en artes circenses, se conoce como trampolín con pared. Parte gimnasia, parte parkour, es un deporte naciente con pocos participantes –se autodenominan rebotadores– y un manual que aún se está escribiendo. Sin embargo, los inventores del trampolín con pared, que trabajan en la cámara de la iglesia reutilizada, tienen grandes planes para él.

“El objetivo primordial es que el trampolín con pared esté en los Juegos X”, dijo Julien Roberge, de 23 años, un estudiante de ciencias informáticas y trampolinista profesional.

La esperanza, señaló, es realizar las primeras competencias juntamente con las de patineta, actividades que rebosan el tipo

de energía de estilo libre que Roberge quiere darle al trampolín con pared. “A lo mejor podemos reclutar gente como esa para empezar a entrenar”, dijo.

Tarea difícil

En una demostración, Roberge se lanzó desde arriba de la pared, ejecutando una voltereta y media y un giro completo antes de rebotar en el trampolín abajo, y utilizó la pared para impulsarse hacia arriba y ejecutar una doble voltereta con giro triple. Cada rebote producía su propio ruido que resonaba en todo el edificio. “Usar la pared es muy diferente; tienes que tener conciencia de dónde está exactamente, todo el tiempo, y la precisión debe ser perfecta”, explicó.

Crear un deporte extremo de cero no es tarea fácil. Primero, hay reglas. Entre menos, mejor, dice Roberge. Sus compañeros rebotadores y él dicen que al trampolín tradicional, como se practica en los Juegos Olímpicos de verano, lo constriñen movimientos y lineamientos específicos. Ellos quieren crear una competencia que sea más flexible y abierta a la innovación. “En el trampolín tradicional, es como si necesitaras estar en el ejército para ejecutar porque es demasiado estricto”, comentó Oli Lemieux, un trampolinista profesional que vive cerca de Montreal. “Esto tiene un estilo mucho más libre. Por eso me gusta”.

Manual de reglas

Sin embargo, Roberge, quien entrena como integrante del equipo olímpico de trampolín de Canadá y se le considera uno de los mejores rebotadores del país, reconoce que debe haber una forma organizada para juzgar una ejecución.

Su compañero trampolinista Ignacio Adarve y él redactaron criterios para que los jueces los utilicen para asignar puntos a movimientos y acrobacias. En una contienda típica, los rebotadores ejecutan una serie de 10 acrobacias consecutivas, cada una después de un rebote en el trampolín. El puntaje más alto será para quienes ejecuten las más difíciles. “Si hace algo que se ve muy bien y le gusta a la gente, entonces es increíble. Puedes ganar con un gran movimiento”.

Roberge propone tener tres jueces, uno para dificultad, uno para estilo y uno para altura, y el de estilo asignará la mayor cantidad de puntos. Roberge dice que se alentará la innovación. “Estamos redactando el manual para el trampolín con pared en este momento, para que tengamos mucha más creatividad y mucha más libertad de movimiento”, dijo Genevieve Coutu, de 24 años, una exgimnasta de Ottawa quien entrena cinco días a la semana en la Escuela de Circo.

En anticipación a un creciente interés en el trampolín con pared, la Escuela de Circo de Quebec empezó a impartir la disciplina hace tres años y contrató a tres entrenadores. El director general de la Escuela, Yves Neveu, dijo que están a la cabeza del deporte en Canadá, un país con una cultura circense bien establecida. “El trampolín con pared es importante y es algo que, cada vez más, encontrarás casi en todas partes”, notó. “Tiene un buen futuro”.

Más entusiastas

Hay pocos datos sobre cuántas personas participan en el trampolín con pared. El deporte es más popular en Canadá, aunque varias escuelas de Estados Unidos imparten la disciplina, por lo general, para rebotadores que quieren perfeccionar sus destrezas para espectáculos circenses. La Escuela de Circo de Orlando en Florida y la Werks Shop, una escuela de deportes extremos en Las Vegas, tienen programas de entrenamiento.

Jeff Jay, el propietario de Werks Shop, dijo que 40 personas han aprendido a usar el trampolín con pared en los últimos cinco años en su programa, y la escuela cuenta con dos entrenadores dedicados a enseñarlo.

Cypher Zero, el dueño de Artes Circenses de Nueva York, dijo que le gusta la idea de que el trampolín con pared se convierta en deporte, pero indicó que a Roberge y su equipo les podría costar trabajo que funcione en Estados Unidos. “Realmente no tenemos una tradición de deportes acrobáticos aquí en EE.UU. Aclarado el punto, creo que empezar en Canadá les dará tracción”, dijo.

Claro que, en muchas formas, el deporte se define por su falta de tracción, al menos cuando los rebotadores están en el aire. “Se trata de saber dónde estás en el espacio. Si no sabes volar, quizá no estés en la disciplina adecuada”, dijo Zero.

Entrenamiento constante

Es evidente que Roberge sabe volar. Nacido en la ciudad de Quebec (Canadá), ha competido en trampolín desde que tenía 13 años. Practicaba durante horas en un trampolín en su patio trasero cuando era niño para perfeccionar las volteretas y los giros de rutinas complicadas que, finalmente, permitieron que lo contratara el Cirque du Soleil, la compañía de entretenimiento fundada en la cercana Montreal.

Hace cinco años, Roberge vio una ejecución de trampolín con pared en un espectáculo del Cirque du Soleil llamado La Nouba, y decidió dedicarse para convertirlo en un deporte de competencias.

Todavía ejecuta acrobacias de trampolín con pared regularmente en presentaciones del Cirque du Soleil y otras, y con frecuencia hace más de 250 espectáculos al año en todo el mundo. Roberge entrena 25 horas semanales en el trampolín, gran parte de ese tiempo lo dedica a trabajar con la pared. Los espectáculos lo han ayudado a desarrollar su repertorio.

Las lesiones son comunes, como en cualquier deporte que requiere gimnasia audaz en el aire. El mínimo error en el cálculo de la distancia puede causar que un rebotador no caiga sobre el trampolín. Roberge se ha roto huesos y sufrido numerosos esguinces. Hace dos años, una caída lo dejó con ocho tornillos y una placa en el tobillo derecho, el cual todavía está hinchado. “Se parece mucho a una ferretería”, dijo refiriéndose al tobillo. “Pero no me limita para nada. Quizá su única limitación en este momento sea el techo.

Algunas de las mayores acrobacias que le gustaría ejecutar, como la triple voltereta hacia atrás, lo evaden, en parte, porque el techo sobre el trampolín con pared en la Escuela de Circo tiene solo siete metros de altura.

Al aire libre, dijo Roberge, puedes alcanzar nueve metros o más, lo que permite trucos aún más temerarios.

 

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