A26_ 21_09_2014 LR DOMINGO

La Revista - E - Médicos

S A LU D la re vista 25 ......................... “Los buenos profesores son decisivos” para lograr calidad en los aproximadamente 700 doctores que anualmente se gradúan en Guayaquil (500 de ellos en la Universidad Estatal, 150 en la Católica y 50 en la Universidad Espíritu Santo). Las cifras nacionales registran que anualmente se gradúan 2.000 médicos, quienes se suman a los aproximadamente 50 mil profesionales inscritos en el país, de los cuales 10 mil han emigrado. “Solo en Chile hay unos 7.000 médicos ecuatorianos”, comenta el doctor Armando Salcedo, presidente de la Federación Médica E c u a to r i a n a . Salcedo confía en la calidad profesional y ética de los doctores nacionales; “los malos médicos son pocas excepciones”, algunas de las cuales nacen a causa de “ese prurito llamado dinero”, indica. Otra debilidad que observa reposa en la llamada “medicina defe nsiva”, tal como se denomina cuando el galeno evade responsabilidades o acciones riesgosas (pero necesarias) por temor a ser demandado por una supuesta mala práctica. “A veces eso ocurre cuando no hay los insumos necesarios en la clínica o el hospital (…). No somos dioses, siempre puede pasar algo malo. Hasta poner una inyección tiene sus riesgos”, indica. P “El paciente, mi familia” La doctora Carmen Arreaga, con 30 años de ejercicio profesional, está acostumbrada a enfrentar todo tipo La Dra. Carmen Arreaga suele compartir sus valores éticos en charlas. de riesgos como especialista en pediatría y neonatología. Ella, quien es subdirectora de Áreas Clínicas del Hospital Guayaquil, afirma que la mejor manera de ser fiel a la profesión es “observar al paciente como si fuera familia. Si es un niño, como si fuera mi hijo. Si es una señora mayor, como si fuera mi mamá… Solo cuando eso ocurre se puede ser médico y persona al mismo tiempo”. Tal filosofía ayuda a comprender DR. IGNACIO G RA N JA DR. ARMANDO S A LC E D O DR. FRANCISCO V E RA DRA. MELBA TO R R E S verdaderamente el dolor, indica Arreaga, lo cual puede lograrse al trabajar siempre con una visión de ayuda a la comunidad. Arreaga suele transmitir esos valores a los nuevos internos que recibe en el hospital Guayaquil, a quienes les suele decir que un médico nunca debe abandonar la humildad, el compromiso y la planificación. Jessenea Carvache recibió esos consejos como nueva interna del hospital. “Lo primero es ver al paciente como nuestra familia”, dice. Lección bien aprendida. Katherine Reyes también fue parte de la clase con Arreaga. “Los médicos generalmente hemos querido serlo desde siempre. Por ello es una profesión tan especial”, comenta la joven de 24 años. Otra recomendación es aumentar la comunicación entre el galeno y su paciente. “Hay que dialogar inte nsame nte”, afirma la doctora Melba Torres, quien agrega que otro componente de tal relación es el secreto profesional: “Lo dicho por el enfermo queda en la privacidad”, dice ella, quien como obstetricia y ginecóloga puede recibir llamadas en horas de la madrugada para atender partos inesperados. “Es la labor del médico y lo hacemos con a g ra d o ”. El cirujano Ignacio Granja, jefe de la sala San Miguel del hospital Luis Vernaza, considera que la labor del buen médico se resume en “el respeto al paciente, quien es la razón de ser de los médicos”. Granja ingresó por primera vez al hospital en 1962, cuando estaba en segundo año de Medicina. “Toda mi vida supe que quería ser cirujano”. Y desde entonces siempre ha mantenido contacto con ese centro de salud. Esa ha sido su manera de responder al compromiso de servir a los pacientes con menores recursos económicos. “Eso me ha brindado paz en toda esta vida dedicada a la medicina”. Este tipo de profesionales también nos brinda paz para nosotros conciliar el sueño en tiempos de enfermedad. pE ESPECIAL de la revista 25


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