A29_ 31_08_2014 LR DOMINGO

Decoración - Revista E

V I V I E N DA 28 la re vista Arq.Deberíamos brindar importancia a los edificios construidos entre 1930 y 1960, que se enmarcan en el Movimiento Moderno, antítesis de la arquitectura clásica. ......................... Florencio Co m p te * Mirar a lo moderno Los ciudadanos solemos .......................................................................................................................................................................................................................... Gobernación, deban ser considerados p a t r i m o n i o. Sin embargo, también deberíamos brindar importancia a los edificios construidos entre 1930 y 1960 que se enmarcan en el denominado Movimiento Moderno (antítesis de la arquitectura clásica), que se presenta sin ornamentaciones, con una composición basada en formas geométricas simples, que llegó de manera muy temprana a Guayaquil debido a varios factores. Primero, porque tras el incendio de 1896 se pensó en hacer las nuevas edificaciones con materiales resistentes al fuego, como el hormigón, el cual llegó de la mano con el diseño moderno. Segundo, porque luego de la crisis nacional y mundial de fines de 1920 era muy oneroso construir edificios muy ornamentados. También influyó que por nuestro carácter portuario la ciudad se abriera rápidamente a influencias extranjeras que se materializaron en la obra de arquitectos extranjeros como el checo Carlos Kohn, el chileno Alamiro González, el italiano Francesco Maccaferri, el húngaro Fernando Shimanetz, a los que se sumó el talento de los guayaquileños Rafael Rivas Nevárez y Guillermo Cubillo, y los quiteños Xavier Quevedo, René Denís y Eduardo Gortaire, entre otros. Esta arquitectura está extendida en los barrios Centenario y Urdesa, y en varias zonas del centro, teniendo como buenos ejemplos el edificio Santistevan (Nueve de Octubre y malecón), el edificio Cóndor (Nueve de Octubre y Chile) y el impresionante edificio del Seguro Social, el cual es el inmueble de arquitectura moderna más importante de Guayaquil. Lo curioso es que estos edificios a menudo pasan desapercibidos para los propios guayaquileños por considerarlos parte del paisaje urbano que vemos a diario. pE *Arquitecto, decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. mencionar que debemos cuidar nuestro patrimonio, incluido el arquitectónico. Pero primero debemos entender qué significa “patrimonio”. Con esta palabra englobamos a todo aquello que recibimos del pasado y que debemos conservar como un legado para las generaciones futuras. En el caso específico de la arquitectura, para que un inmueble sea patrimonial es necesario que haya adquirido con el tiempo una representación cultural o el carácter de monumento representativo de una época determinada. Hay que considerar, por tanto, que no todo lo antiguo es patrimonio, ni todo lo moderno no lo es, por lo que podemos incluir en lo patrimonial algo moderno o contemporáneo. Esa representatividad cultural puede estar dada tanto por las características formales como objeto arquitectónico o porque el inmueble haya jugado un papel destacado dentro de la historia de la ciudad, por ejemplo, si allí residió algún personaje importante o porque acogió algún hecho trasce nde ntal. En cualquier ciudad es necesario que el patrimonio arquitectónico sea contextualizado históricamente. En Guayaquil, por ejemplo, sabemos que lo que quedaba de la arquitectura colonial fue destruido en el incendio grande de 1896. Por ello, la arquitectura más antigua de la urbe proviene de fines del siglo XIX, como las casas del barrio Las Peñas. A nadie le queda duda tampoco de que los edificios clásicos de 1920, como el Palacio Municipal y la 28 ESPECIAL de la revista


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