POR: MOISES PINCHEVSKY

AL ESTILO militar

Un tipo de enseñanza escolar y colegial donde además de adquirir conocimientos intelectuales se aprende a ser disciplinados sin necesidad de emplear la fuerza.

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aniel Izurieta, de 15 años, era a sus ocho un estudiante indisciplinado. No le gustaba cumplir con las tareas escolares, tampoco le agradaba ser ordenado y menos arreglar su cuarto. Su tía María de Cabrera, quien estaba a su cuidado, atribuía este desinterés a la falta de disciplina escolar. No le revisaban los deberes y los profesores a veces faltaban. Por eso al cursar al primer año de secundaria decidió matricularlo en un colegio con orientación militar.
Desde el primer día de clases le indicaron a Daniel todo el sistema de estudio y las normas, sobre todo que debían cumplir con sus deberes, ser puntual a la hora de entrada y salida, lucir el uniforme limpio y bien puesto y siempre mantener el cabello corto. Era todo lo que su tía anhelaba.
En un mes ella notó el cambio en Daniel. Se estaba convirtiendo en responsable, hacía sus deberes; y, como si fuera poco, lo nombraron cadete mayor. Su tarea era vigilar la disciplina de sus compañeros. Él se sintió contento, con su autoestima alta y ahora que tiene 15 años vive con su padre, es un chico admirable y muy preocupado por sus estudios.
Así como Daniel, Luis o María existen estudiantes en Ecuador que reciben una educación con orientación al estilo militar, mas no militar propiamente, según el vicealmirante Jorge De La Torre Cisneros, rector de la Academia Buque Mayor.

“La comunidad tiene un error de concepto. Cree que estas academias o liceos son centros de formación donde se impone la fuerza o la sobreexigencia para modificar las actitudes conductuales de los niños o jóvenes. Si fuera así estaríamos convirtiéndonos en correccionales o reformatorios”

Academia Buque Mayor. Los cadetes se instruyen sobre cómo usar un equipo de buceo. Lo dicta un suboficial de la Armada del Ecuador.
Las instituciones con orientación militar se manejan bajo sus propios códigos de honor, centrados en formar estudiantes en valores morales y éticos.
Por ejemplo, se enfatiza en la disciplina, la formación del carácter, el respeto, la honestidad, la integridad, el marcarse metas, el esforzarse siempre, el levantarse de las caídas, el amarse y valorarse, entre otros.
Si bien es en el hogar donde los estudiantes deben aprender buenos hábitos de estudios, valores, decoro personal, entre otras, es en este tipo de instituciones donde se las refuerza, según De La Torre.
Cuando se educa a los niños desde pequeños con estos hábitos, en una institución con orientación al estilo militar, se les hace costumbre y se adaptan fácilmente al sistema de estudio.
En cambio, los alumnos que provienen de otras escuelas o colegios donde no acostumbraban a usar uniforme, tenían el cabello largo o llevaban aretes o pulseras, entre otras, les cuesta un poco adaptarse.

Disciplina es vital
En cuanto a la disciplina, dice De La Torre, no puede haber diferencia entre la que se imparte en este tipo de academias o liceos con otros establecimientos educativos, porque esta es un concepto de vida. En lo que sí varía es en su forma.
Algunas academias, por ejemplo, se preocupan de que en la formación los estudiantes estén correctamente parados, sin conversar o mascar chicle, entre otros. Pero depende de las normas basadas en sus respectivos códigos de conducta.
Cuando alguien incumple el código de honor comete una falta disciplinaria y tendrá llamadas de atención. La primera es persuasiva, en la segunda será anotado afectando su conducta; y si reincide perderá cinco minutos de su receso o hará una actividad mínima bajo el control de un inspector.
Por último, dice De La Torre, si se portó inadecuadamente con un profesor o agredió a un compañero, se le comunica a los padres de familia y se lo mantiene en la institución por una o dos horas.

“El objetivo de una sanción por indisciplina es concienciar en el estudiante que debe reemplazar, por ejemplo, el uso de términos vulgares por unos adecuados. Se les enseña a no dejarse vencer por la anticultura, que deben aprender a ser solidarios con el prójimo y que una persona es honesta si es responsable y responde al esfuerzo que hacen sus padres y su familia”

Dar buen ejemplo

El Cap. de la Armada Luis Torres entrega espadines a alumnos de la Academia Almirante Illingworth.
El éxito de la educación con orientación militar radica en dar buen ejemplo, según el cabo Jesús Basantes Correa, jefe de Recursos Humanos del Liceo Aeronáutico FAE 2.
Asimismo estar pendiente de que los alumnos sean ordenados, correctos y educados en todo. Pero, sobre todo, el que se los guíe adecuadamente y se les exija el cumplimiento de las normas dentro y fuera de las aulas.
“La disciplina de hace seis años era muy fuerte. La mala conducta se castigaba con ejercicios como flexiones de pecho o trotes por más de diez minutos, entre otras. O si algún compañero de curso se portaba mal, toda el aula era sancionada”, dice Basantes.
Incluso ciertos mitos quedaron atrás, como el pensar que un alumno bajo de estatura, con sobrepeso u obeso, no podía estudiar en una escuela o colegio con educación militar.
Actualmente, agrega Basantes, el régimen de la disciplina es consciente. Por eso existen muchos métodos de control y en cada paralelo un estudiante encargado de vigilarlo. Se escoge al más destacado y al que tenga autoridad ante sus compañeros.
Para el abogado Elías Sánchez Estrada, rector de la Academia Naval Almirante Illingworth, la disciplina es la piedra donde se asientan las demás virtudes. Dice que se les debe enseñar a los alumnos desde pequeños a ser disciplinados para que aprendan lo que debe o no hacer y actúen según sus principios morales y no por temor.

“Para ayudar al estudiante a ser disciplinado es necesario dar buen ejemplo. Desde los directores hasta los conserjes de la institución educativa saben que deben actuar en todo momento con respeto, orden y pulcritud”

Sánchez agrega que la academia no acostumbra a utilizar términos militares, ya que se los trata de niños o jóvenes. Pero sí se da instrucción militar para el desarrollo del cuerpo. Por ejemplo, trotes ligeros que son alegres. Tampoco hay sanciones físicas. De ocurrir eso, considera él, sería atentar contra el menor de edad y es prohibido.

Conocer la patria
Es importante conocer que los centros de educación militar es donde se forman profesionales en este campo. Sea en la Escuela Superior Militar, la Escuela Superior de la Fuerza Aérea o la Escuela Superior Naval.
En estas, según De La Torre, se forma al elemento humano para una finalidad específica, como el prepararse para su acto máximo que es defender la patria. Ellos saben que tienen que morir o matar, que es un acto de supervivencia y que demanda una preparación mental, física y espiritual, porque la guerra es ciencia y arte.
En cambio, a los niños o adolescentes de las escuelas o colegios con orientación al estilo militar no se los educa y forma para ese fin supremo, sino para que conozcan las distintas actividades de una determinada rama de las Fuerzas Armadas.
Los estudiantes que tienen orientación naval, por ejemplo, aprenden su terminología. Incluso ellos y las aulas llevan ciertas designaciones. También reciben charlas con personal de la Armada del Ecuador sobre la ciencia del mar, el buceo o las ventajas que tiene Ecuador de ser un país marítimo. O practican un deporte relacionado con el agua como el canotaje, el remo, las velas, según De La Torre.
En cambio, los estudiantes del Liceo de Aeronáutica reciben charlas relacionadas con el funcionamiento de los aviones, el tráfico aéreo, por qué se producen las turbulencias, entre otras.
En todo caso, cada institución de primaria o secundaria con orientación al estilo militar tiene su propio código de honor que cumplir, pero todos coinciden en un objetivo común: en la disciplina está la clave del éxito.


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