¡Papá Noel ya llegó..., lo vi en avión! Esa fue la frase que Willy, de 5 años, le dijo a su mamá cuando escuchó la noticia por la televisión de que estaría en Mall del Sol.
“Un día, una chica me pidió que deseaba quedar embarazada y al año siguiente regresó con una barriguita de cuatro meses”. Papá Noel del C.C. Mall del Sol. |
Desde ese momento lo único que pedía era estar con él.
“El año pasado solo pudo verlo de lejos y se quedó muy triste, pero esta vez tenía que hacer realidad su fantasía. Soy su mamá. Aún recuerdo cuando yo era niña y también soñaba con conocer a Papá Noel, pero mi padre jamás me complació, su único interés era trabajar y trabajar”, asegura Carmen Vendoval.
¡Le traje a Papá Noel un regalito!, decía Willy. ¡Es una robot Magazin verde! Era de plástico de apenas cuatro centímetros. La ilusión del niño era muy grande. ¡Le pediré que me traiga en Navidad un carrito y un avión!
Willy no dejaba de saltar, estaba ansioso por verlo. Había estado esperándolo en el Mall desde las dos de la tarde, a pesar de saber que llegaría a las seis. Sin embargo, la espera valió la pena. Cuando Papá Noel apareció, Willy y otros niños estaban muy felices, más aún cuando este personaje proveniente del Polo Norte como lo asegura les daba la mano y acariciaba sus rostros con tanta dulzura.
Su llegada fue un momento mágico. Era Papá Noel. Con voz dulce les preguntaba si se habían portado bien, si les hacían caso a sus papitos y profesoras. Sobre todo les explicó que Jesús, el Hijo de Dios, es quien le ordena fabricar los juguetes y entregárselos a quien se haya portado bien.
Willy fue el tercer niño de la fila a quien Papá Noel recibió, pero después de pocos minutos, con un mensajero mandó a decir que sí podía conversar cinco minutos con La Revista. Fue así como explicó que se siente muy contento cuando los niños se acercan a él.
Cuenta que le piden juguetes como es normal, pero que sus solicitudes están cambiando. “Vengo al Mall desde hace diez años. Antes pedían pistas de carreras para armar con papá o mamá o juguetes coleccionables para compartirlos en familia. Pero ahora quieren tecnología, piden teléfonos con internet y juegos de video. Imagínese, hasta laptops”.
Pero los niños no son los únicos que lo visitan, hay adultos, que los ha visto desde que tenían 18 años. “Un día, una chica me pidió que deseaba quedar embarazada y al año siguiente regresó con una barriguita de cuatro meses. Ella creyó en el milagro. Todo porque Papá Noel existe desde el primer instante en que lo llevamos en el corazón”.
Papá Noel del Malecón
El espíritu navideño no solo está en Mall del Sol. También estará desde mañana 27 de noviembre en el Malecón Simón Bolívar. Pero es otro Papá Noel, quien accede a revelar su nombre. Es José Miguel Garcés, un ingeniero mecánico ecuatoriano, de 69 años, que no viene del Polo Norte, sino de San Clemente, California (EE.UU.), donde reside hace 40 años.
Él fue el primer tenor de la Sinfónica de Guayaquil bajo la dirección del rumano Vasile Ionescu y solista del coro de la Universidad de Guayaquil dirigido por Enrique Gil Calderón.
Su gran amor por los niños es su mayor motivación para retornar cada año al país de octubre a noviembre y poder celebrar con ellos el nacimiento de Jesucristo.
Dominar el inglés e italiano le ha permitido cantarles a los niños en tales idiomas, ya sea Jingle bells, Rodolfo el reno, ¡Oh Sole Mío o Torna Sorrento, entre otras.
“Los niños son criaturas inocentes y muchas veces tienen deseos tan hermosos que harían llorar hasta al más rudo de los seres”. Papá Noel de San Marino. |
Los pequeños se le acercan y él disfruta de sus múltiples ocurrencias y solicitudes. Un día, un niño se le acercó y le dijo: ¡Tú te pintas el pelo!, y Papá Noel le respondió con cariño: ¡Tú mamá también se pinta!
Otras peticiones lo han conmovido hasta las lágrimas: ¡Papá Noel, ¿me compras una pierna nueva?, quiero jugar pelota! o ¡No quiero juguetes, lo único que te pido es que mi papá y mi mamá se reconcilien!
Ante estos deseos que no puede cumplir, lo único que le queda es apoyarlos y hacerlos sentir que Papá Noel es solo un instrumento del Señor.
Santa Claus de San Marino
Este gordito de barba blanca comparte las mismas anécdotas de sus colegas. Los niños son sus máximos fans. Según comenta el Papá Noel de San Marino, se ha topado con todo tipo de deseos que podrían hacer llorar hasta el más rudo. Uno de ellos fue el de un niño que le pidió “Que regrese la mamá del cielo”.
Para este San Nicolás, el mayor objetivo en estas fechas es la felicidad del prójimo, promover la caridad, la generosidad, combatir el egoísmo. Objetivos que sin duda alguna cumplen cada uno de estos personajes que regalan año tras año esperanzas de obtener no solo cosas materiales, sino de conseguir los más íntimos deseos que salen del corazón. (S.M.de.C.)