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POR: KATHERINE VILLAVICENCIO MORA |
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NO HAY EDAD para ser mamá
En plena juventud, llegados los 40 y hasta próximas a los 50 años, estas mujeres trajeron al mundo sus hijos llevadas por el amor y ese instinto natural de protección..
Ketty Guerrero de Pazmiño la maternidad la sorprendió en dos etapas extremas de su vida y en circunstancias totalmente diversas. Se embarazó por primera vez a los 18 años, al terminar la secundaria. Sin experiencia, pero llevada por el amor a ese pequeño se metió de lleno en la tarea de ser mamá.
Empezaba a adaptarse a las malas noches y al cuidado de su bebé, cuando –apenas cuatro meses después– salió embarazada de su segundo hijo, Willy.
Pese a su corta edad, cuenta, los cuidó, educó y llevó una familia junto con su esposo, Víctor Pazmiño. Ser madre fue una experiencia inigualable, pero su desafío mayor como mamá vino después: a sus 46 años, ya con sus hijos adultos y sin haberlo planificado, salió embarazada por tercera vez.
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A sus 46 años, Ketty de Pazmiño trajo al mundo a Andrés, de 5 años, más de dos décadas después de haber tenido a sus primeros hijos. |
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“Había decidido quedarme con dos porque cuando se trabaja es difícil atenderlos y es triste tener que dejarlos con terceros; además ya iba a entrar a la etapa de premenopausia, no me imaginé”.
Sus síntomas de una aparente gastritis en realidad se debían a un embarazo. La noticia la impactó y la llenó de miedo por su edad y los riesgos que podrían traerle a su salud y a la del bebé. Se sometió a una serie de exámenes, de los cuales dependería si era conveniente continuar el embarazo, porque el médico no quería hacerse responsable si algo no estaba bien. Hizo cadenas de oración, puso de por medio su fe y las fuerzas para enfrentar su periodo de gestación.
Al final, todos los resultados le fueron beneficiosos y estuvo apta para seguir con el embarazo. Fue un parto por cesárea, porque el bebé estaba sentado. “Pensaba lo peor por el riesgo, pensaba que me podía morir o tal vez el bebé, pero mi hijo nació bien, sano y grande, y me cambió la vida, es un regalo y un milagro”, dice mientras mira a su pequeño Andrés, de 5 años.
Ketty empezó a cambiar pañales de nuevo, a sintonizar los dibujos animados, a jugar a las escondidas o a Ben 10 y a guiarlo en las tareas del jardín. “Me sentía vieja para estros trotes, pero Dios me lo mandó, y lo disfruto al máximo. Mis amigas me dicen que he rejuvenecido desde que nació”, comenta esta odontóloga de 51 años que divide su tiempo entre el trabajo y la responsabilidad de sus hijos de 32, 31 y 5 años.
La experiencia de cada mujer, de cada madre, es única, personal e incomparable, considera Eduardo Santillán Sosa, psicólogo clínico especializado en afectividad crítica. “Una madre con o sin pareja, biológica o adoptiva, será siempre una madre, sin diferencias. La diferencia se sustentará en la forma de cómo recibe y cría a cada hijo”, explica él.
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Jacqueline de Vázquez, 23 años, acaba de estrenarse como madre hace un mes. |
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Marcela Mendoza, una abogada madre de tres hijos, considera que esa es una de las tareas más difíciles de ser mamá: la crianza. Ella salió embarazada a los 18 años y ahora a sus 31 tiene tres hijos: Mirka, de 12 años; Isaac, de 6; y Salma, de 1 año 9 meses. Cada uno es un mundo distinto.
“No funciona la misma fórmula con todos y aunque aplicas las mismas reglas cada uno reacciona diferente, unos son más dóciles que otros”, relata ella.
Aunque debió postergar sus estudios dos años, logró alternar el cuidado de sus hijos con la universidad y graduarse de abogada. Dice que su deber de madre estuvo por sobre todo y que no se arrepiente de nada.
En ello juega un papel importante el instinto materno. La psicóloga clínica María Daniella Medina de Massuh, especializada en terapia racional emotivo conductual, considera que este es parte del ser mujer, pero actualmente se ha vuelto una elección.
“El deseo de ser madre ha quedado cegado u opacado por una realidad cultural o exigencia social: el desarrollo profesional, y esta búsqueda queda por encima del deseo de ser mamá. Es una elección tomada con base en prioridades de cada mujer”, señala.
De hecho, María Franco postergó su decisión de tener hijos hasta los 38 años por cuestiones de trabajo y porque aún no se casaba.
Enfrentó un parto complicado, por un posible desprendimiento e infección en vías urinarias, que la obligaron a dejar de lado el trabajo y guardar reposo por seis meses.
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A los 18 años fue mamá y ahora, a los 31, Marcela Mendoza de Villavicencio tiene tres hijos: Mirka, de 12; Isaac, de 6, y Salma, de 1 año 9 meses. |
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Dio a luz a la semana 36 a su hijo Roberto Cabrera, que ahora tiene 1 año y medio, porque la placenta maduró antes de tiempo. “Fue difícil, pero es algo que te hace sentir realizada, muy completa en tu vida porque centras todo en tu hijo. Hay momentos en que llegas a cierta edad y estás realizada como profesional, y cuando eres madre es completo”.
María Daniella de Massuh asegura que a más del instinto está el afecto materno, es decir, el amor, la presencia y estabilidad emocional que como madre es capaz de transmitir, dejando de lado intereses personales, deseos propios con el fin de poder cuidar de un hijo, y sin importar la edad.
Jacqueline Cedeño de Vázquez, de 23 años, está consciente de ello. Su vida dio un giro con la llegada de Clementito. Asumió la responsabilidad de un hogar y de criar a un hijo y dice que no añora en absoluto la salida con sus amigas. “Uno no lo asume totalmente hasta que no da a luz y dice tengo un hijo, soy mamá y tengo una responsabilidad para toda la vida”. Tuvo un parto difícil y su bebé permaneció cuatro días en termocuna, pero los asumió con fortaleza porque quería verlo sano. “Nunca más vuelves a dormir profundo, me levanto así no esté llorando, pero todo vale la pena cuando lo agarras, lo miras y ves que es lo mejor que tienes”.
Todas estas mamás coinciden en que la primera vez que tienes un hijo es difícil asumir su cuidado, pero todo se aprende, sin importar la edad o la situación en la que te encuentres, por el amor a ellos.
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TOMAR NOTA
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Existen algunos factores que deben considerar las mujeres que están deseando ser madres:
• Es aconsejable que tenga una pareja responsable y afectiva con quien compartir el embarazo, la educación y los cuidados del bebé, así como su crecimiento continuo.
•Es muy importante para un bebé y/o infante el tener mamá y papá. Una madre soltera puede con esfuerzo encargarse de un bebé, pero si tiene la camaradería y el aporte permanente de una pareja será mucho mejor.
•Estar bien informada sobre los gastos que determina el tener un bebé. Planifique económicamente su embarazo.
•La salud es lo más importante cuando decida ser madre. Además, una buena alimentación conciliada con una vida saludable, la ayudará a quedar embarazada con más facilidad, y también a que tenga un embarazo y un parto más sanos.
•Es importante que no conciba un bebé si está viviendo un periodo de tensión provocado por alguna enfermedad o una separación de pareja, o una crisis laboral. No olvide que el embarazo no soluciona problemas, se constituiría en un problema más. Aléjese de los estados y situaciones tensionales porque pueden repercutir de forma negativa en su estado de ánimo, pudiendo llevarla a estados de ansiedad y depresión. El embarazo no es una enfermedad. Identifique pensamientos positivos en cuanto al embarazo. Aléjese de las ideas preconcebidas y de las quejas obsesivas.
•Es fundamental que aclare todas sus dudas con el ginecólogo en cuanto a quedar embarazada: fertilidad, edad, riesgos, alimentación, salud...
Asesoría: Dr. Eduardo Santillán Sosa Ph.D. neuropsicólogo, psicólogo clínico especializado en afectividad crítica.
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