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Expertos en Bodas - La Revista

An:2 Comienzos felices Dos parejas nos narran las anécdotas que los marcaron felizmente en el inicio de su compromiso matrimonial, con lo cual comprueban que el amor puede viajar de muchas maneras. Amor por lo alto la re vista ......................... Novios de los años setenta E N OV I A S 34 ESPECIAL de la revista Cuando José planeaba volver al país tras estudiar su carrera en Estados Unidos, le propuso a Patricia que lo acompañara. Él tenía como plan viajar un año por toda América del Sur antes de establecerse nuevamente en Ecuador y pensó que lo ideal sería que su novia lo hiciera con él. Pero había un inconveniente. Su familia no aprobaría que ellos viajaran juntos a menos que estuvieran casados. Así que la propuesta fue: llegamos a Guayaquil, nos casamos, hacemos el viaje por Sudamérica y al volver decimos que no nos va bien como pareja y nos divorciamos. Patricia aceptó la propuesta, agarró su mochila y emprendieron el viaje. Décadas después, con dos hijos adultos, un nieto y muchas historias más que contar, José confiesa: “Aún seguimos postergando el divorcio. Al volver a Guayaquil, cada cierto tiempo nos preguntábamos si ya debíamos cumplir con la última parte del trato y nos decíamos que no, que esperemos otro tiempo más”. Al parecer, no ha llegado aún el momento. pE Cuando Pamela Villavicencio y Marco Flores llevaban un año de novios, una amiga en común le pidió a ella que la acompañara a hacer un sobrevuelo por Guayaquil en helicóptero para una filmación que estaba realizando en el estadio. La idea era que, mientras filmaban, Pamela hiciera fotos aéreas. A ella le pareció buena idea y aceptó. Lo curioso fue que su novio también estaba invitado a este plan. Pamela recuerda: “Arriba empecé a ver unas luces en el estadio y empezaron a formarse las palabras ‘cásat conmig’. No habían alcanzado las vasijas para la e y la o. Yo pensaba que estaban grabando algo, pero al mismo tiempo Marco me mostró el anillo y no podía creer que eso era por mí. Nunca imaginé que eso iba a pasar así. No solo me pidió que fuera su esposa, sino que me regaló una experiencia, un recuerdo. Dios me mostraba la belleza desde arriba, la inmensidad, y lo que mi esposo podía hacer con amor. Yo me quedé muda, así que el piloto preguntaba si aceptaba o si me lanzaba del helicóptero (risas). Por eso ahora suelo molestar a Marco diciéndole que mi vida peligraba, que fui obligada”.pE CONNIE HUNTER Marco y Pamela en el día de su boda. La pareja afianzó su relación cumpliendo una aventura como mochileros. FOTO A rc h i vo


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