Deje que Sebastián Cordero lo dirija

15 de Abril de 2018
  • El cineasta se hospedó en la casa Cino Fabiani mientras filmaba Sin muertos no hay carnaval. Foto: Víctor Álvarez
  • 2009. Rabia llegó a cines ecuatorianos y a festivales internacionales, producida por Guillermo del Toro y dirigida por Sebastián Cordero.
  • Sebastián Cordero hará su debut teatral en la casa Cino Fabiani. Foto: Víctor Álvarez.
  • Sebastián Cordero hará su debut teatral en la casa Cino Fabiani. Foto: Víctor Álvarez.
  • Escenas de la cinta Rabia, estrenada en 2009, bajo la dirección de Sebastián Cordero. Foto: Archivo.
  • Escenas de la cinta Rabia, estrenada en 2009, bajo la dirección de Sebastián Cordero. Foto: Archivo.
  • Escenas de la cinta Rabia, estrenada en 2009, bajo la dirección de Sebastián Cordero. Foto: Archivo.
Diana J. León

La adaptación teatral de Rabia, cinta de Sebastián Cordero, se estrena el 26 de abril en la casa Cino Fabiani.

El cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero dejó su cámara, su monitor y su silla para hacer teatro. Pero no logró desprenderse de su esencia de director. Y, si usted asiste a una de las funciones de Rabia, en la casa Cino Fabiani (Las Peñas), Sebastián ya tiene todo planeado ¡para dirigirlo incluso a usted!

Esta obra no es para llegar y sentarse. Al empezar la función, usted será testigo de una coreografía de actores, objetos y sonidos, moviéndose entre habitaciones, pasillos y escaleras que lo introducirán en la trama de la obra adaptada de la película del mismo nombre (2009).

Esta tarde, un taladro perfora alguna pared del sótano de la casa y el ruido inunda la sala principal, donde estoy sentada junto al creador de Sin muertos no hay carnaval y Pescador. Así que subo un piso más, por las escaleras de madera, junto a Sebastián, quien, al igual que yo, también siente los efectos del calor de una tarde guayaquileña.

Además del sótano, la sala principal y el segundo piso donde nos encontramos ahora, la casa todavía tiene un nivel más arriba. Todos estos espacios serán el escenario de la obra que invitará al público a ver las escenas desde diferentes perspectivas.

Encienden un ventilador para refrescar el ambiente y el ruido del taladro ha desaparecido. “Perdón por el ruido, es que están en obras”, me explica Sebastián.

Su intención y la de Arnaldo Gálvez, productor y propietario de la casa, es reforzar la propiedad para recibir al público (calculan un máximo de 50 personas por función, que se dividirá en dos grupos). También, parte del trabajo es crear nuevos accesos que enlacen diferentes espacios de la casa por donde se moverán los asistentes.

“Pero no es un recorrido como en una casa del terror”, aclara rápidamente Sebastián. Más bien, su idea es que los espectadores imiten ese espíritu voyeurista que manifiesta su protagonista, José María, quien vive escondido de las autoridades en la casa donde trabaja su novia, Rosa, sin que ella o la familia dueña del inmueble lo sepan, y solo puede espiarla y comunicarse con ella a través de llamadas telefónicas.

Trabajo en vivo

“Como director de cine, sé que soy bueno en mi oficio y sé cómo usar las herramientas que tengo”, me dice, mientras le da un sorbo a su café. “Al trabajar en cine, sé que tengo la posibilidad de cortar, editar, mover, modificar, repetir y, con que una vez llegue al momento que necesitaba, es suficiente porque ya tengo la toma; pero en teatro debes hacer todo el recorrido cada noche y que todo funcione bien”, continúa fijando su mirada hacia el paisaje que ofrece el balcón.

Es un desafío que evidentemente le provoca nervios, pero también mucho entusiasmo. “Sentía que era un reto importantísimo como director, el plantearme trabajar en vivo y aprender de esa experiencia”, dice. “Me dio muchísima curiosidad jugar con todo eso; fue como ver toda una nueva paleta de colores y querer ver qué pasa con esto”.

El público, sin embargo, no quedará a la deriva en la casa, pues habrá guías que llevarán a cada grupo a cada escena, según lo ha diseñado Sebastián, para que entiendan y se conmuevan con la obra. Incluso, habrá momentos en que ambos grupos coincidirán en el mismo espacio.

Asimismo, si alguien desea hacer una pausa, también tendrá un área para descansar brevemente. “Pero la idea es que sigan moviéndose por la casa”, precisa.

Al comprar la entrada, usted escogerá si desea seguir el camino de la protagonista, Rosa, o el de José María. “Y si les gusta mucho, pueden volver a verse la obra desde la perspectiva del otro”, apuesta el director.

La casa Cino Fabiani luce alta y llena de habitaciones. Cada uno de estos espacios serán ocupados por seis actores: Alejandro Fajardo (José María), Cilia Figueroa (Rosa), Itzel Cuevas y Diego Naranjo (familia Torres), Víctor Aráuz (hijo de la familia Torres) y Lucho Mueckay, quien interpreta a seis personajes diferentes.

“La obra nunca se llega a poner incómoda, pero sí se pone intensa. He visto ya, en los ensayos, que tiene potencial, es única y creo que dará mucho de qué hablar”.

Estreno: La obra durará 90 minutos, aproximadamente. Habrá funciones del 26 de abril al 16 de junio, los jueves, viernes, sábados y domingos. Entrada: $ 25.

Al trabajar en cine, sé que tengo la posibilidad de cortar, editar, repetir y, con que una vez llegue al momento que necesitaba, es suficiente porque ya tengo la toma; pero en teatro debes hacer todo el recorrido cada noche”.
Sebastián Cordero

Sebastián Cordero recuerda su trabajo junto a Guillermo del Toro, productor de la cinta Rabia: “Guillermo es productor de Rabia y de Crónicas. Bertha Navarro es su socia en México y tenían una empresa que se llamaba Tequila Gang y se convirtió en la empresa coproductora de Crónicas. Guillermo leyó el guion y decidieron entrar al proyecto, entonces él estuvo involucrado de lejos porque entonces él estaba haciendo Hellboy. En Rabia, nuevamente entró como socio de Bertha y le encantaba la idea de la metáfora de la migración. Cómo se jugaba con la casa, como si fuera una historia de fantasmas, pero en este caso son migrantes, gente que vive en el día a día con su invisibilidad. Le gustó mucho el proyecto y el guion.

En momentos críticos  teníamos una sesión de retroalimentación y de comentarios valiosísimos. Realmente él tiene un gran criterio, ahora puede sonar obvio lo que estoy diciendo, porque ha ganado el Óscar. Me da mucho gusto verlo triunfar porque es alguien que ha tenido un enfoque tan claro y se ha metido a elevar el cine fantástico que normalmente se lo pone en la categoría B y él lo ha convertido en cine de la más alta categoría”.

Sobre su vínculo con Guayaquil: “Pasé mucho tiempo en esta casa, en época de Sin  muertos no hay carnaval. Soy muy amigo de Arnaldo (Gálvez) y hubo varias veces en que me hospedé en la casa y siempre me pareció una casa increíble. Eso me sedujo. Siento que con Guayaquil tengo un buen vínculo. Me ha encantado filmar aquí y, en general, la recepción del público de aquí, con mis películas, ha sido muy buena. Siento que hay una conexión y también con el pequeño boom del teatro en varios formatos. Yo soy mucho de dejar que la vida me lleve, y si las cosas se dan, ¿por qué no vivirlas?”.

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